La intención es que ayude a frenar el avance del cambio climático en Chile. Esa es la explicación que Manuel Paneque, científico y académico de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, da tras haber creado un "pulmón verde" en pleno desierto de Atacama, que permitirá la reducción de CO2 en un lugar donde a caen a penas unas gotas de lluvia al año.
El "desierto verde" tiene cuatro hectáreas y se comenzó a desarrollar desde 2012 en una zona de explotaciones mineras en la Región de Antofagasta.
Este pequeño foco de vegetación permite que se absorban nueve toneladas de CO2 por hectárea, aproximadamente. Según el académico, "si sabemos la huella de carbono de la producción de cualquier industria, podemos calcular cómo una empresa puede comprometerse a sembrar suficiente cantidad de hectáreas para capturar el CO2 que emite".
Este oasis -plantado a tres mil metros de altura- contiene pimientos, tamarugos, chañar y tara. Pero además destacan diversas especies de atriplex, una variedad vegetal acostumbrada a florecer en terrenos salinos como el de Atacama. Esta planta "un poder calorífico altísimo", dice Paneque que asegura que también puede utilizarse para la generación de biomasa para fabricar madera o como combustible para bioenergía.
Pero los beneficios del atriplex no terminan ahí: tiene una gran cantidad de proteínas, entre un 20 y un 30%, con una importante utilidad ecosistémica por la cantidad de CO2 que es capaz de captar.
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Foto: EFE[/caption]
El terreno es regado con aguas residuales tratadas que provienen de la minera Zaldívar. "Es un ejemplo de economía circular", añade el académico que agrega que el agua se trata mediante el sistema "Tohá", que consiste en la utilización de lombrices que procesan la materia orgánica para la filtración posterior del agua y su tratamiento con radiación UV que elimina las coliformes.
Vida en suelo estéril
Además de ayudar a reducir las emisiones de CO2 de las industrias de la zona, el "desierto verde" tiene otro beneficio en materia de desertización. Este proceso erosivo reina en la mitad del norte de Chile, por lo que Paneque señala que de las cuatro hectáreas toma las plantas que mejor sobreviven y mayor cantidad de biomasa producen, para llevarlas al laboratorio y generar clones.
"Con ellas hacemos estudios específicos para ver cuál es la tolerancia que tienen a la sal y a los distintos metales pesados que podemos encontrar en la zona norte de Chile para generar bosques áridos con las especies apropiadas", dice.