Un equipo de investigadores de los Laboratorios Nacionales Sandia (SNL) en Nuevo México, dirigido por Daniel Bowman, descubrieron sonidos de baja frecuencia en la segunda capa de la atmósfera terrestre que no pueden atribuirse a una fuente conocida.
La misión fue llevada a cabo por globos aerostáticos impulsados con energía solar que se elevaron a más de 20 kilómetros en el cielo alcanzando la estratosfera, una capa relativamente tranquila de la Tierra y rara vez perturbada por aviones o turbulencias.
Así detectan los misteriosos sonidos en la estratosfera de la Tierra
Los micrófonos en la estratosfera pueden detectar sonidos que no se escuchan en otra parte, como sonidos naturales de las olas del mar y truenos que chocan, o sonidos creados por el humano como turbinas eólicas o explosiones, e incluso sonidos con orígenes desconocidos, explica un comunicado.
“Cuando empezamos a volar globos hace años, no sabíamos muy bien qué íbamos a oír”, explica Daniel Bowman, de SNL, según informa New Scientist. “Aprendimos a identificar sonidos de explosiones, caídas de meteoritos, aviones, tormentas eléctricas y ciudades. Pero prácticamente cada vez que enviamos globos, encontramos sonidos que no podemos identificar”, agrega.
Para recopilar los datos, Bowman y sus colaboradores construyeron globos de entre seis y siete metros de ancho, con materiales comunes y corrientes. De hecho, para cada globo solo necesitaron alrededor de 40 mil pesos chilenos (US$50).
“Nuestros globos son básicamente bolsas de plástico gigantes con algo de polvo de carbón en el interior para oscurecerlas. Los construimos usando plástico de pintor de la ferretería, cinta adhesiva y polvo de carbón de las tiendas de artículos pirotécnicos. Cuando el sol brilla sobre los globos oscuros, el aire del interior se calienta y se vuelve flotante. Esta energía solar pasiva es suficiente para llevar los globos desde la superficie a más de 20 km en el cielo”, dijo Bowman en el comunicado.
Comenzaron con su primer lanzamiento de globos en 2016. Los investigadores enviaron 50 globos al cielo para tomar muestras de los estruendos de la estratosfera e inicialmente se propusieron registrar los sonidos de las erupciones volcánicas.
Pero entonces él y su asesor Jonathan Lees, de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, se dieron cuenta de que “nadie había intentado poner micrófonos en globos estratosféricos en medio siglo, así que pasamos a explorar qué podía hacer esta nueva plataforma”, explicó Bowman a CNN.
Instalaron los microbarómetros al interior del globo, capaces de detectar sonidos de baja frecuencia, y midieron señales infrasónicas, es decir, sonidos con una frecuencia de 20 hertzios (Hz) o menos, que son inaudibles para el oído humano.
Una vez soltados rasteraron sus rutas con GPS, debido a que como se mueven cientos de kilómetros, al momento de aterrizar debían encontrar el lugar exacto donde estaban para revisar los datos.
Los científicos no saben lo que es
Fue durante estos vuelos que los investigadores registraron sonidos persistentes y de baja frecuencia, cuyo origen no pudieron identificar. Los científicos tienen varias teorías sobre el origen de estos ruidos misteriosos, que van desde posibles formas de turbulencia atmosférica no registradas anteriormente, hasta ecos distorsionados provenientes del suelo que resultan irreconocibles.
“[En la estratosfera,] hay misteriosas señales de infrasonido que ocurren algunas veces por hora en algunos vuelos, pero la fuente de estas es completamente desconocida”, dijo Bowman en el comunicado.
Gracias a que los globos son baratos y fáciles de construir y lanzar, podrían utilizarse no solo para investigar más a fondo estos misteriosos sonidos de la estratósfera, sino que muchos más lejos de la Tierra.
En particular, Bowman está colaborando con la NASA para desarrollar una tecnología similar para explorar la atmósfera de Venus y analizar su actividad sísmica y volcánica. Dado que la atmósfera de Venus es muy densa y caliente, los globos robóticos podrían ser una herramienta invaluable para obtener información que de otra manera sería inaccesible.
Los hallazgos fueron compartidos por Bowman el jueves en la 184ª Reunión de la Acoustical Society of America en Chicago.