De acuerdo a la Unesco, menos del 30% de los investigadores del mundo son mujeres. En el marco del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que se conmemora los 11 de febrero, es necesario recordar el papel que cumplen las científicas en el país y cuáles son las adversidades y desafíos que enfrenta la sociedad en esta materia. Pero, ¿por qué y cómo surge este día?
La efeméride fue proclamada en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, con el fin de lograr el acceso, empoderamiento y la equidad en la ciencia para las niñas y mujeres. El día, que es una de las muchas aristas que busca alcanzar la igualdad de género, es un recordatorio de que las mujeres y niñas desempeñan un rol fundamental en las comunidades de ciencia y tecnología, por lo que su participación activa debe fortalecerse. Ahora, ¿qué pasa con las cifras de desigualdad en Chile para esta materia?
Según la última Síntesis de Resultados Encuesta Suplementaria de Ingresos, del 2021, la brecha de género en el ingreso medio se ubicó en -21,7% en desmedro de las mujeres. Además, el 50% de las mujeres recibieron “un ingreso mensual menor o igual a $405.348, mientras que en el caso de los hombres este fue de $500.000″, de acuerdo al documento.
Entre las dimensiones de la brecha de género no se encuentra solo la desigualdad salarial, sino que hay múltiples aristas. En particular, en la ciencia hay una larga lista de aspectos por mejorar en términos de equidad de género, según las estadísticas dadas a conocer por la Subsecretaría de CTCI, y que realiza la Unidad de Estudios y Estadísticas de la cartera.
¿Cómo es la desigualdad salarial en la ciencia? Un estudio del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, denominado “Evaluación de brechas de género en la trayectoria de investigación”, evidenció que las investigadoras en Chile reciben una remuneración un 11% menor en comparación con sus pares masculinos por desempeñar las mismas labores.
El informe consideró factores, tales como la edad, antigüedad en la actividad de investigación, la productividad académica, adjudicaciones previas de FONDECYT y FONDEF, y las características del empleador de investigadores e investigadoras de los fondos nombrados anteriormente, que cuentan con información de salarios en la base de datos de la Administradora del Fondo de Cesantía Solidario.
Actividades de investigación
Otros de los datos del estudio sobre la brecha en investigación revelan que el panorama es más complejo en las áreas STEM, llegando a un 16% la brecha de remuneración de las mujeres en relación con los hombres. En las áreas no STEM la brecha alcanza -5%.
A su vez, dos características del empleador caracterizan esta desigualdad: cuando las mujeres trabajan para un empleador que no pertenece al sector tradicional de enseñanza (-14%) y cuando el empleador se ubica en la Región Metropolitana o de Valparaíso (-10%y -12%).
Los resultados son concluyentes, detalla el estudio, y apuntan a que “a igualdad de atributos entre hombres y mujeres, como productividad académica y adjudicación de fondos para conducir investigación, las mujeres son remuneradas con un salario inferior”.
La coordinadora de Transferencia Tecnológica en Know Hub Chile y miembro del Consejo Consultivo de ScienceUP, Jovanka Trebotich, añade que hay brechas que aún faltan por disminuir en el ámbito STEM y que han sido detectadas en el estudio. Se refleja que las investigadoras en Chile publican en promedio menos artículos científicos que los investigadores, junto con el hecho de que el sistema de financiamiento a la investigación científica no trata de igual manera a hombres y mujeres. “Existen diversas barreras que impiden progresar a las mujeres en la carrera de investigación científica. Las investigadoras reciben un salario 11% inferior al de sus colegas hombres teniendo los mismos años de experiencia, productividad científica y adjudicaciones de fondos públicos”.
Brecha en publicaciones
Chile muestra buenos estándares de calidad en publicaciones científicas a nivel internacional. Eso se refleja en el número de citas por publicaciones por año. Al año 2018 en promedio los artículos científicos chilenos fueron citados 3,7 veces, y el promedio de la OCDE 3,8 veces. “Si se considera el hecho de que poseemos una comunidad de investigación pequeña (1,1 personas dedicadas a I+D -Investigación y Desarrollo- por cada mil trabajadores), comparados con el promedio de la OCDE (8,6 personas dedicadas a I+D por cada mil trabajadores), es algo muy sobresaliente”, dice Trebotich.
Sin embargo, el estudio del Ministerio de Ciencia indica que las investigadoras en Chile publican en promedio menos artículos científicos que los investigadores hombres. Se deduce, dice el estudio, que “existe una real dificultad para compatibilizar las actividades académicas con las responsabilidades de cuidado, una tensión que por lo general coincide con el inicio de la carrera académica, donde la productividad científica debiera ser maximizada para poder acceder a financiamiento para liderar proyectos de investigación”.
Para Jazmine Maldonado, directora del área de Innovación del Instituto Milenio Fundamentos de los Datos, “si bien en este último tiempo hemos visto avances importantes, sobre todo gracias a los incentivos enfocados al liderazgo y la incorporación de las mujeres en proyectos de investigación y emprendimiento, la brecha se sigue viendo en todas las áreas de la investigación y desarrollo de la ciencia”.
Es necesario atacar el problema de la brecha de género en STEM considerando que es un problema cíclico que se retroalimenta, indica Maldonado. “Buscar cómo podemos incorporar más mujeres en STEM desde su niñez y también mantenerlas durante sus carreras. Programas como Niñas Pro, que motivan a escolares a conocer nuevas áreas o encuentros como ChileWiC, han dado resultados muy positivos: sabemos la importancia de crear comunidad entre nosotras. También estamos muy conscientes de la representatividad, que otras mujeres y niñas vean que estamos y que estas son carreras que pueden ser interesantes para ellas, en las que se pueden desarrollar”.
“Debemos seguir mejorando también en la cantidad de artículos científicos que son publicados por mujeres, la progresión equitativa en la carrera científica de las investigadoras en universidades y centros de investigación, el apoyo en el aumento de emprendimientos liderados por mujeres, y en aumentar la participación de mujeres en el mercado laboral y en sectores intensivos en conocimiento como los sectores de tecnología, innovación y emprendimiento tecnológico”, concluye Trebotich.
El rol de la mujer en la ciencia
Sobre el prejuicio hacia las jóvenes que se dedican a la ciencia, la premiada emprendedora Stem 2022, Bernardita Díaz, explica que el hecho de que existan trabajos para hombres o para mujeres es un mito. Parece algo obvio, pero comenta que en ocasiones le han dicho que hace un buen trabajo motivando a las niñas a estudiar “carreras de hombre”. Eso no existe: “No hay una carrera con género”, aclara.
Díaz, quien también es SEO de Sustrend Lab, es enfática en muchas cosas, pero hay una primordial: el rol que cumplen las mujeres en la ciencia es fundamental.
“La mujer en la ciencia es realmente clave para entender el desarrollo de nuevos proyectos, ya sea tecnológicos o de innovación. Es esencial para las empresas exitosas y para el desarrollo de la cultura organizacional” señala, y no solo eso, la diversidad y las distintas miradas son imprescindibles en las instituciones. Siguiendo esta línea, explica que es importante incitar a las generaciones nuevas, porque el desafío se encuentra, más que nada, en las instituciones más antiguas o arcaicas.
Ejemplifica con algo que ocurrió cuando ella, junto a un compañero más joven, presentaban en una reunión. Una persona adulta se dirigía a su compañero como si él fuera quien lideraba el proyecto, cuando Díaz era la encargada. La CEO manifiesta que lamentablemente hay lugares donde solo “se escuchan entre hombres”, que existe una barrera que provoca que las mujeres deban ingresar al campo de forma estratégica.
Sin embargo, no todo son desafíos y adversidades. La emprendedora realiza una mirada panorámica y advierte que las generaciones nuevas tienen algo clarísimo: “Una vez una joven me dijo ´yo no sé lo que quiero hacer, pero tengo claro lo que no quiero´”. Sostiene que es fundamental que haya madres, padres e instituciones que promuevan la ciencia en lugar de imponer barreras, porque aviva el empoderamiento de las niñas. Va a llegar un momento en el que las mujeres ya no tengan ese límite para dedicarse a la ciencia, finaliza.