Según los registros de la Organización de Naciones Unidas (ONU), 2.200 millones de personas en el mundo viven sin agua potable que en este nuevo Día Internacional del Agua busca que las personas la, sobretodo en esta pandemia por Covid-19 donde se ha visto el gran papel que juega en la lucha por frenar el coronavirus.
¿El problema? Es que no en todos lados se puede optar a tener agua potable o incluso a se es viable llegar de una manera directa a este recurso natural que es fundamental para la vida humana, como para las distintas especies que habitan la Tierra.
En el marco de la celebración de este día, te contamos de cinco tecnologías que buscan de diferentes maneras conseguir agua potable y de esa manera contribuir con la gran crisis hídrida que se vive hoy en día.
1.- Agua de lluvia
Isla Urbana, es el nombre de este proyecto proveniente de México que fue fundado en el año 2009 y que busca darle una solución a la crisis mundial del agua a través del diseño y capacitación de agua de lluvia en los techos de las casas. Brindando de esta manera una fuente alternativa de agua potable en comunidades vulnerables de forma eficiente y sostenible.
Con el lema “lluvia para todos”, el trabajo de esta iniciativa está enfocado en aprender a captar la lluvia de la forma más práctica posible para poder abastecer de agua a comunidades marginadas. A través de filtros colocados en casas o comunidades que captan las aguas lluvias, han conseguido que más familias tengan un acceso directo a este recurso natural.
Además, este proyecto obtuvo el primer lugar en la competencia Softys Water Challenge 2020, iniciativa liderada por Softys en alianza con el Centro de Innovación UC y Fundación Amulén, que desde enero convocó a emprendedores/as con soluciones que dieran acceso a agua potable en Latinoamérica.
2.- Purificador de agua
Slingshot, es el nombre del purificador de agua que fue desarrollado por Dean Kamen, empresario e inventor estounidense quien ha estado trabajando en esta idea durante años para entregar un producto final que a pesar de los defectos que aún tiene, marca un verdadero hito en el tratamiento de agua.
Aunque este invento que se ve como un refrigerador pequeño de color negro por fuera y por dentro utiliza un sistema simple de destilación para purificar el agua no es muy novedodoso, lo que lo diferencia de otros proyectos similares es su bajo consumo. Ya que este invento consume la misma energía que un secador de pelo convencional.
El Slingshot puede generar hasta 1.000 litros de agua potable al día, partiendo de agua salada o agua contaminada. Y lo mejor es su costo: dos centavos de dólar (14.34 pesos chilenos) por cada litro de agua.
3.- Agua desde la neblina
Cerca de 10 metros de altura mide la Torre Warka. Una estructura de bambú que tiene forma de un florero gigante y que sostiene cientos de metros cuadrados de una fina malla de poliéster, la cual es capaz de recoger la neblina de la mañana y de esta manera generar agua potable.
El sistema de recolección, que escurre la neblina a un estanque subterráneo a través de un sistema de filtración a base de piedra, fue diseñado por el arquitecto italiano Arturo Vittori, quien tuvo la idea mientras diseñaba una base lunar para la Nasa.
Esta iniciativa, que tuvo su primera construcción en Etiopía el 2015, produce agua constantemente gracias a las nieblas estacionales de esa zona. “Pero incluso cuando no hay lluvia ni niebla, la condensación nocturna todavía se da”, dijo Vittori en una nota a la BBC. “La capacidad de nuestro tanque de agua varía de los 1.600 litros hasta los 100.000”.
Esta torre no utiliza ni energía ni una mecánica externa, todo funciona gracias a la gravedad, aire y viento, lo que no permite que pueda llegar a funcionar en las noches más secas. Sin embargo, es un problema que se puede llegar a solucionar con un poco de tecnología externa, explicó su creador.
4.- Agua de mar
Un equipo de investigadores desarrolló una tecnología pionera que logra en menos de 30 minutos convertir grandes volúmenes de agua de mar en agua segura para beber.
Este adelanto tecnológico podría proporcionar agua potable a millones de personas en todo el mundo utilizando la energía de manera más eficiente que las prácticas actuales de desalinización, señaló un comunicado de la Universidad Monash, con sede en Melbourne, Australia.
Esta iniciativa trata de un filtro especialmente diseñado que puede generar cientos de litros de agua potable por día y solo requiere luz solar directa para purificarlos, lo que hace que el proceso sea energéticamente eficiente, de bajo costo y sostenible.
El profesor Huanting Wang del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Monash en Australia, líder del proyecto, señaló en un comunicado que por su bajo consumo de energía y sin necesidad de productos químicos durante el proceso, esta nueva tecnología con luz solar puede ser parte de las futuras soluciones de agua limpia.
Aunque el proyecto aún continúa en estudios, se espera que en un corto plazo de tiempo, esta tecnología esté disponible para el público general.
5.- Sin electricidad
El dispositivo SunSpring Hybrid, busca tratar las aguas residuales, las cuales casi en un 80% no son tratadas en los países en desarrollo y emergentes.
Este proyecto en forma de cilindro, cuenta con un sistema de filtración que puede convertir diariamente más de 20.000 litros de agua sucia en agua potable. Además, uno de los puntos más atractivos de este dispositivo es su rápida instalación en cualquier lugar que tenga una fuente de agua como un río o un pozo cercano.
Gracias a los paneles solares incorporados y a una turbina de viento opcional, el sistema no necesita fuente de alimentación, y puede funcionar durante diez años sin mantenimiento, lo que lo hace ideal para regiones remotas sin conexión a la red.
En tanto, la ONU invita en este Día Internacional del Agua a que la población reflexione que “la forma en que valoramos el agua determina cómo se gestiona y se comparte. El valor del agua es mucho más que su precio: el agua tiene un valor enorme y complejo para nuestros hogares, la cultura, la salud, la educación, la economía y la integridad de nuestro entorno natural. Si pasamos por alto alguno de estos valores, corremos el riesgo de gestionar mal este recurso finito e insustituible”.