Hace algunos años las políticas de conservación marina en Chile hicieron que el país tomara un rol preponderante en la escena mundial.
En estos logros, la ciencia jugó un papel fundamental.
Si hoy Chile se destaca en el mundo como un país que está cumpliendo con los acuerdos internacionales que suscribió para proteger los océanos, es gracias a la ciencia que ha permitido levantar información valiosa sobre la composición de la fauna marina y los ecosistemas de nuestras islas oceánicas.
Para determinar la biodiversidad de estas ecorregiones e identificar los factores que las amenazan, el Estado lanzó la Iniciativa Científica Milenio, bajo el alero del Ministerio de Economía, un programa que fomenta el desarrollo de centros de investigación de excelencia en nuestro país, y el programa de investigación ESMOI (Ecología y Manejo Sustentable de Islas Oceánicas). Gracias a este último, se generó la base científica necesaria para desarrollar los planes de manejo sustentable y de conservación de la biodiversidad de los montes submarinos de la ecorregión de Isla de Pascua, (Rapa Nui y Motu Motiro Hiva), de Islas Desventuradas (San Ambrosio y San Félix) y del archipiélago Juan Fernández (Robinson Crusoe, Alejandro Selkirk, Santa Clara).
Han sido años de meticuloso trabajo científico, aplicando los últimos avances en tecnología marina que incluyen robots submarinos, mini-submarinos tripulados y sensores autónomos para el registro de datos oceanográficos. Hoy, existen filmaciones de la mayoría de las cumbres de los montes submarinos que se ubican cerca de las islas oceánicas, mientras que investigadores de distintas universidades y centros de estudio han realizado muestreos biológicos identificando especies nuevas para las ciencias, desde grandes tiburones de profundidad hasta pequeñas especies de invertebrados que forman el plancton.
A modo de ejemplo, solo alrededor de Isla de Pascua durante los últimos cinco años, se han detectado seis especies nuevas de peces, dos de corales y 20 especies de equinodermos de las cuales apenas cinco habían sido observadas anteriormente. El conocimiento de la fauna que existe en lugares tan remotos como Isla de Pascua o Desventuradas, ha permitido entender cómo las especies evolucionaron en esta parte del Pacífico.
Si hoy nos impusimos como misión proteger el planeta, la ciencia es una guía, una herramienta noble de trabajo a la que debemos prestar toda la atención. Precisamente, en la actualidad es válido decir que más del 40% de la zona económica exclusiva de Chile se encuentra bajo alguna figura de protección gracias al éxito de la ciencia y de la investigación sistemática para mostrar la importancia de los ecosistemas marinos de Chile. Por eso, en el Día Mundial del Medio Ambiente: Escuchemos a la Ciencia.