En 1994, cuando aún era alumno de doctorado y junto a su profesor estudiaba más de 100 estrellas en un observatorio en el sureste de Francia, el astrónomo suizo Didier Queloz (55) hizo un descubrimiento que remeció la comprensión mundial del cosmos.

Junto a su mentor, el astrofísico Michel Mayor, notó que una de las estrellas que observaban se tambaleaba, una señal de que la gravedad de un planeta podría estar “jalando” de ella.

Un año después, los dos científicos se pararon frente a la comunidad científica mundial para hacer un sorprendente anuncio: aseguraron haber descubierto el primer planeta fuera del Sistema Solar que gira alrededor de una estrella similar al sol, cuerpos que hoy se conocen como exoplanetas o planetas extrasolares.

Pero, ¿cómo era posible encontrar un planeta que se encuentra a años luz del nuestro? Durante los años ochenta, varios astrónomos establecieron patrones del reflejo de la luz de las estrellas en los planetas, provocando un “tambaleo” de ese destello, lo cual hacia sospechar que un “coloso” orbitaba el astro.

Pero Didier dió con otro método: mientras estaba procesando la información de la estrella 51 Pegasi, identificó entre las ondas registradas un leve movimiento. Junto a Mayor revisaron incesantemente este movimiento, tratando de confirmar el hallazgo, y tras meses de revisión, en octubre de 1995, confirmaron la existencia del exoplaneta nombrado 51 Pegasi b.

Recreación artística de Pegasi 51 b. Ilustración: ESO

“Los primeros años fueron complicados porque las personas nos atacaban, no nos creían, y fue muy aterrador para mí como joven científico, así que los primeros años fueron netamente sobrevivencia y, además, como joven científico te das cuenta que esta es el mayor descubrimiento de la vida, recién en el inicio de tu carrera, es una situación un poco extraña”, dice a Qué Pasa desde Suiza. El astrónomo es uno de los invitados estelares de la próxima edición del Congreso Futuro, que se inicia este lunes.

Hoy, 25 años después de su hallazgo y tras ganar el Nobel de Física en 2019, Queloz repasa el alcance de su descubrimiento. Este primer exoplaneta desafió todo lo que se conocía hasta entonces. Era una gran bola de gas similar a Júpiter, pero que orbita seis veces más cerca de su estrella que Mercurio del Sol, completando su traslación en en solo cuatro días, y su proximidad a su estrella ocasiona que su superficie alcance los 1000 grados centígrados.

Por lo mismo, el descubrimiento derrumbó todas las nociones conocidas por la comunidad científica hasta ese momento. “Nadie pensaba que un planeta podría ser tan diferente. Tuvimos que rearmar la teoría, la rompimos completamente”, dice Queloz recordando el momento en que presentó su hallazgo al mundo.

-Antes se pensaba que el Universo era solo nuestra galaxia o que los agujeros negros eran una teoría. Pero luego se confirmó que el Universo era mucho más extenso y que los agujeros sí existían. Pasó lo mismo con los exoplanetas. ¿Cuál cree que es la relevancia de su hallazgo?

Siempre es difícil identificar la relevancia de tu trabajo. Pero claramente hay un mundo antes y después de los exoplanetas y ha cambiado completamente nuestra percepción de cómo somos. Ahora sabemos que hay miles de otros planetas, y el aspecto más fascinante de estos planetas es que la mayoría de ellos pareciera que son diferentes a los del Sistema Solar. Es interesante este proceso de aprendizaje que estamos pasando ya que la gente estaba obsesionada con la idea de que todos los sistemas fueran como el nuestro y que encontraríamos algunos planetas eventualmente. Pero hemos detectado muchos planetas que no eran esperados.

Esto tiene varias consecuencias. La más profunda es estimular un nuevo desarrollo sobre encontrar vida nueva y el origen de la vida en el Universo. Esto fue un efecto gigante del descubrimiento de los exoplanetas.

Era prácticamente imposible que encontráramos un planeta así, era imposible. Uno similar a Júpiter orbitando muy cerca de una estrella era algo no predicho por la teoría. Tenías una idea de lo que eventualmente ibas a encontrar basado en lo que sabes, y te das cuenta que lo desconocido es mucho más grande de lo que esperabas. Nadie pensaba que un planeta podría ser tan diferente, tuvimos que rearmar la teoría. Fue difícil para nosotros, primero, asegurarnos que estábamos en lo correcto, y luego, luchar contra prácticamente todo el mundo, tratándolos de convencer que esta era la única explicación. La ciencia no se basa en teoría, sino en hechos.

-¿Cuándo pudo dimensionar la importancia de su hallazgo? En 2019 ganó el Nobel, ¿o tal vez aún no termina de dimensionar la importancia de su descubrimiento?

La primera señal de haber encontrado algo fue una sorpresa para mí porque era imposible que pudiera ser un planeta, esa fue mi primera reacción. Dediqué mucho tiempo asegurándome que fuera real. Me comuniqué con mi supervisor, y al final le mencioné que creía que había descubierto un planeta porque no tenía otra explicación, y mi supervisor, Michael Mayor pasó por el mismo proceso; al principio no me creyó, pero después llegó a la conclusión que era la única explicación posible a lo que había encontrado. Luego, tratamos de hacer predicciones, las confirmamos, y en ese momento nos dimos cuenta que esto iba a ser algo serio, y que deberíamos comunicarlo. Estaba consciente que era algo muy grande, pero era tan joven en ese momento que realmente tenía miedo, porque era muy grande. Me tomó un par de años disfrutar el descubrimiento. Los primeros años fueron complicados porque las personas nos atacaban, no nos creían, y fue muy aterrador para mí como joven científico, así que los primeros años fueron netamente sobrevivencia y, además, como joven científico te das cuenta que esta es el mayor descubrimiento de la vida, recién en el inicio de tu carrera, es una situación un poco extraña. Podría haber dejado de trabajar, pero no lo hice porque amo la ciencia, pero sé que no podré hacer algo mejor, así que tengo que vivir con eso.

-¿Cree que alguna vez podamos fotografiar un exoplaneta, o mejor aún, poder viajar allá?

Ya podemos tomar una especie de “foto”, entendido como conocer parte de las características principales, pero todavía no podemos tener una imagen debido a que están muy lejos. Asi que todavía no podemos tomar una foto como la tomaríamos de la Tierra desde la Luna, pero nadie te limita a hacerlo, es solo cuestión del tamaño del telescopio que estás usando. Si usas el telescopio del tamaño de la ciudad de Santiago, serás capaz de tomar una foto, el problema es que no sabemos hacer eso ahora, pero hace mil años no sabíamos cómo hacer el gran telescopio que tienen en San Pedro de Atacama. La evolución de la tecnología es impredecible, y nada te limita en teoría a tomar fotos de planetas. No tenemos fotografías de la mayoría de los planetas, pero sabemos lo suficiente, sabemos su masa, tamaño, órbita, a veces la temperatura, la atmósfera, así que somos buenos detectando cosas y entendiéndolas sin tener una foto, pero sólo es una cuestión de tiempo.

Exoplanetas.

Ahora, viajar es un problema más complicado, ya que te enfrentas a unos límites fundamentales de la física. Una de las limitantes es que la luz es una velocidad que no puedes superar. Así limita las posibilidades, incluso si viajas muy cerca de la velocidad de la luz, todas las estrellas están muy lejos. Lo que pasa es que las leyes de la física te dicen y uno lo puede observar todos los días cuando haces un experimento, es que mientras más te acercas a la velocidad de la luz, la masa se vuelve más grande. Así que los conceptos de masa, tiempo, no es el mismo que experimentamos nosotros, es mucho más complicado, y prácticamente, no se tiene la energía suficiente para llegar a la velocidad de la luz y acelerar y desacelerar por el momento para moverte a otro planeta e incluso si lo tuvieras, si pudieras viajar al 10% de la velocidad de la luz, la estrellas más cercana está a 4 años luz de distancia, así que te tomaría 40 años viajar allá y 40 años volver, y la duración más larga de viaje en el espacio que hemos hecho fue solamente cuatro años cuando viajamos a la Luna, nunca hemos podido viajar más lejos.

Así que creo que viajar es prácticamente imposible dentro de los próximos mil años, solamente por las limitantes prácticas, pero antes tendremos muchas fotos, estoy muy seguro. Si extrapolas el progreso hecho, si te das cuenta el incremento del tamaño de los telescopios, empezando desde el primer experimento hecho por Galileo Galilei en Italia en el siglo XVI usando un pequeño telescopio, a diferencia de los telescopios que ves ahora en Chile, son solo 400 años… no sabemos lo que puede pasar en los próximos 400 años… si arreglamos el problema del calentamiento global, es muy probable que podamos ser testigos de más descubrimientos.

-¿Cree que exista vida inteligente en alguno de estos lugares?

Tiendo a ver “la vida” algo así como reacciones químicas, complejas, pero como reacciones químicas. Si pasa en la Tierra, no veo porque no pueda pasar en otras “Tierras”, ya que la química es igual en todas partes. Lo que no sabemos es la serie de eventos que necesitamos unir para lograr una forma viva. Ahora realmente no lo sabemos porque no hemos podido entender el origen de la vida en la Tierra, pero en los últimos diez años se ha progresado, principalmente en el área de la bioquímica. La gente en bioquímica entiende de mejor manera las etapas tempranas de la vida en estos momentos. Estamos haciendo experimentos en conjunto con astrónomos, geofísicos, químicos, geólogos y bioquímicos para tratar de entender la fase previa a la vida en la Tierra y saber cuál es el mínimo de reacciones químicas necesarias para permitir el inicio de la vida. Y es algo misterioso, si miras la vida en la Tierra, es que esencialmente estamos formados por 20 elementos, llamado el “bloque de la vida”, son los aminoácidos, uno podría decir ¿por qué sólo estos y no otros? Bueno, las personas en el laboratorio que trabajan con esta teoría piensan que hay unas condiciones mínimas que necesitas para construir estos aminoácidos y eso no es extravagante… necesitas un planeta, agua, luz ultravioleta, actividad volcánica y una especie de atmósfera, pero nada tan especial, y luego la química sucede y creas estos aminoácidos. Luego, si ayudas un poco a la química con algunas condiciones, algunos lagos, ríos terminamos concentrando estos aminoácidos en determinada manera que empiezas a crear vida. Hay algo fascinante sobre la vida, si terminas haciendo esta reacción química que inicia la vida, esta toma las riendas y no lo puedes detener porque seguirá por sí sola, no necesita nada, continúa sola, si tiene suficiente materia prima evolucionará y evolucionará y terminará creando una forma de vida compleja y ésta sigue evolucionando. Así que no sabemos exactamente cómo esto sucede, pero creo que el inicio debería suceder casi en cualquier parte cuando tienes las condiciones necesarias. No sabemos todavía cuáles son estas condiciones, pero iremos a Marte, lo analizaremos en detalle, ya que es una impresión interesante de nuestro pasado. Los primeros billones de años en Marte eran bastante similares a los de la Tierra, y sabemos que las primeras trazas de vida en nuestro planeta son cercanas a esta fecha, así que esperamos que la vida haya empezado de la misma forma en Marte, y cuando logremos entender esto podríamos adivinar cuál sería el impacto de la vida en un planeta. El impacto más evidente que tenemos en nuestro planeta es el cambio radical que ha tenido la atmósfera, esta es un producto de la vida en la Tierra. El resultado de que tengamos oxígeno en el planeta es la vida. No es el único signo, pero la clave acá es el hecho que haces algo en el planeta, tiene un impacto en la manera que el planeta reaccionaría, es parte de la historia de vida del planeta. La idea de los astrónomos es mirar a los planetas para entender cuánto es su parecido a la Tierra, y mirar la atmósfera, ver si hay actividad volcánica, y esto es posible de forma remota, podemos hacer predicciones sobre el clima en la Tierra solamente usando satélites, o imágenes, por supuesto, no tendríamos el nivel de detalle, pero eventualmente lo tendremos, es por eso que creo que encontraremos vida, porque no puedo creer que somos los únicos productos químicos o forma de vida en todo el universo. Hay demasiadas estrellas, planetas y galaxias para que estemos solos.

-Chile tiene uno de los cielos más limpios de la Tierra y alberga alguno de los telescopios más importantes. ¿Ha venido al país? ¿Qué sabe de nuestros telescopios?

Sí. He pasado por lo menos dos años de mi vida en Chile. Estaba construyendo un par de instrumentos, instalé un par de telescopios, he estado en muchas oportunidades. Conozco la cocina chilena, logré manejarme lo suficiente con el español para sobrevivir. No he ido a todos los lugares, pero Alma, La Silla si he estado. Chile es un país increíble, tienen elementos geográficos muy particulares, están cerca del océano, uno muy helado, y tienen cimas muy elevadas, y las nubes alcanzan una altura determinada. Así que su país compite con los lugares con volcanes como Hawái, lugares particulares. Son muy afortunados de tener un país así. Vivir en Atacama no es muy agradable, es muy seco (risas).

Didier Queloz (izquierda) junto a Michel Mayor en el Observatorio de La Silla, en la Cuarta Región, en 2011. Foto: ESO

-Normalmente, el Nobel es el corolario en la carrera de un científico, pero eres muy joven…

Si, bueno, no soy tan joven, tengo 55. No soy el único, han existido otros premios nobel jóvenes también. Es una situación muy interesante, lo que obtienes de un Premio Nobel es atención de más personas a lo que estás diciendo, no hablo de la comunidad científica, sino de la humanidad en general. es interesante poder hablar con alianzas gubernamentales sobre políticas globales, y cómo puedes ayudar a defender a la ciencia. De alguna forma, tengo una tarea de tratar de ayudar, aunque sea un poco, a los científicos jóvenes, porque necesitan ayuda, necesito convencer a la gobernanza sobre la importancia del subsidio a la ciencia, porque eso es para el bien de la sociedad y su futuro, y puedo ayudar a influir un poco en las políticas globales sobre los cambios que estamos viviendo, sobre el cambio climático, la atmósfera. Era algo que ya estaba interesado, pero con un Premio Nobel tengo una voz más grande en el asunto, y creo que es bueno, puedo ser útil y trataré de usar ese premio lo mejor que pueda.

Didier Queloz, durante la entrega del Nobel en 2019. Foto: Reuters

-¿Qué viene ahora en sucarrera?, ¿pueden quedar desafíos después de haber ganado el Nobel?

Todavía quedan desafíos. Creo que uno de los grandes desafíos de la ciencia es asegurarse que los científicos sean entendidos por la sociedad. Ves personas negando hechos, no les importa la ciencia, no quieren inyectarle recursos. Hay mucho que hacer en términos de comunicación con la sociedad. Hay muchos científicos jóvenes brillantes, realmente brillantes y además toda esta nueva generación que no tienen miedo de meterse en estos temas. Debemos asegurarnos de incluir a las minorías, de reducir estas brechas de género en la ciencia, hay muchos temas que resolver. El futuro de la ciencia no está en mí, aunque me vea joven, el futuro de la ciencia, y de todas las ciencias que impliquen un pensamiento racional, está en jóvenes que van a traer ideas nuevas y frescas, y creo que en ese tema puedo ayudar.