En 2016, Chile Genómico, un estudio de la Universidad de Chile y la Universidad de Tarapacá, reveló que el promedio de la población chilena tiene un 53% de ADN europeo, otro 44,3% indígena americano y 2,7% africano. Incluso, la investigación determinó que en el nivel socioeconómico ABC1, la proporción de gen indígena americano llega al 40,1%.

Sin embargo, una investigación del Centro de Estudios de Opinión Ciudadana (Ceoc) de la U. de Talca concluyó que pese a este alto nivel de mestizaje entre la población, el 52% de los chilenos afirma creer que no tiene ancestros indígenas. El análisis, denominado "Estudio, Prejuicio y Discriminación Racial en Chile", publicado en enero, y que entrevistó a 404 personas entre 18 y 60 años, determinó además que el 73% prefiere autodenominarse "chileno", por sobre "mestizo" (24%) o "mapuche" (1,8%). Al separar la respuesta por estrato socioeconómico, solo el 11,2% de los entrevistados de ingreso superior reconoce su condición de mestizo.

Según Medardo Aguirre, director del Ceoc, académico de la U. de Talca y autor principal del estudio, la investigación muestra que para la sociedad chilena tener orígenes europeos da cierta superioridad en términos sociales, por lo que cualquier otro reconocimiento racial se esconde. "En general, los chilenos no queremos asumir nuestro mestizaje, porque desde la época de la colonia ser mestizo es ser inferior".  Además, con toda la problemática del denominado 'conflicto mapuche', en el imaginario de los chilenos se piensa en ellos y se les asocia con actitudes violentas; olvidándonos que representan nuestros orígenes y que sus genes están presentes en la gran mayoría de los chilenos".

El análisis de la Universidad de Talca muestra que la mayoría de los entrevistados prefiere despojarse de cualquier vinculación indígena, especialmente mapuche. Por ejemplo, ante la pregunta de si cree que tener apellido mapuche puede perjudicarlo en la búsqueda de empleo o ascenso en la empresa, el 70,7% responde que sí.

Héctor Carvacho, académico de psicología de la Universidad Católica, experto del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas y del Centro de Estudios de Cohesión Social (COES) señala que en general la discriminación es un fenómeno que está presente en todas las sociedades, y Chile no es la excepción. "Chile históricamente ha sido una sociedad cerrada y por ende no muy abierta a tolerar a otros grupos". Sin embargo, dice que en los últimos años, la diversificación de la gente viviendo en el país ha sido acompañada por una mayor tolerancia hacia ciertos grupos.

De hecho, Ricardo González, coordinador del programa de opinión pública del Centro de Estudios Públicos (Cep), señala que en la encuesta "Los mapuches rurales y urbanos hoy", que ya cuenta con dos versiones (2006 y 2016), se evidencia un avance en la percepción de la población respecto a la población mapuche. "En 2006, los mapuches sentían una discriminación muy grande de parte de la sociedad y lo citaban como una de las causas de su pobreza. Un 29% reconocía ser discriminado al buscar trabajo, cifra que en 2016 bajó a 12%. A mi juicio el conflicto actual tiene aristas más políticas que sociales desde el punto de vista de la interacción", dice González.

Se asocia a los pueblos indígenas con pobreza

González añade que en los últimos años se ha visto un cierto renacer del orgullo mapuche, "ha crecido el número de personas que se identifican con el pueblo mapuche. Se ve en la práctica de ciertos ritos, como el Año Nuevo Mapuche, que es mucho mayor que en 2006. También está el tema de la lengua, que es señalado como el aspecto más importante para definir un mapuche como tal y los hablantes cada vez son menos. Hoy hay iniciativas de incentivar el uso de la lengua".

Si en 2006, solo el 6% de la población declaraba pertenecer a un pueblo originario según la encuesta Casen, la cifra subió a 9,0% en la última medición de la encuesta, de los cuales, el 83% dice pertenecer al pueblo mapuche.

Aguirre cree que Chile se ha ido convirtiendo en un país discriminador, "y una de las principales fuentes de discriminación es la pobreza. Se asocia a los pueblos indígenas con pobreza y por eso son discriminados".

En otras cifras de la investigación de la U. Talca, el 51,3% jamás ha compartido en actividades sociales con mapuches y otro 33,5% no votaría por una autoridad mapuche. Carvacho señala que actualmente hay una evolución, "el contacto con la diversidad nos ha ayudado a ser más tolerantes. Eso es particularmente cierto en los sectores donde hay contacto con los migrantes. En los lugares donde hay mayor prejuicio es en los lugares donde no hay contacto. La percepción de violencia de los mapuches es más grande en Santiago que en La Araucanía, o el prejuicio hacia los inmigrantes es más grande en las comunas donde no hay migrantes".

Aguirre sostiene que esta situación va de la mano con la actual alza migratoria. "Las migraciones europeas que llegaron a Chile en el pasado no eran fuente de discriminación, porque siempre hemos mirado a Europa como superior  a nosotros, por tanto, esa era una inmigración que traía efectos positivos para el país. Sin embargo, los nuevos flujos migratorios provenientes de países  latinoamericanos y caribeños han ido generando un ambiente hostil que se traduce en actitudes de discriminación porque provienen de países que son considerados de alguna forma menos desarrollados que Chile".

Europeos más inteligentes

Siguiendo con el análisis liderado por Aguirre, un 37,6% establece que los europeos son más inteligentes que los chilenos y un 32,3% cree que los chilenos son más inteligentes que el resto de los sudamericanos. Así como también, un 70,6% considera que los mapuches son poco atractivos físicamente, pero un 87,8% no los considera menos inteligentes. Al separar la respuesta por estrato, sólo 11,2% de los entrevistados de ingreso superior reconocen la condición de mestizo. "El no reconocer que somos mestizos ya muestra que de alguna forma nos consideramos inferiores a otros, como por ejemplo los europeos. Por tanto, para no sentirnos inferiores preferimos negar nuestros orígenes", agrega Aguirre

También un 42,1% considera que el pelo rubio es más distinguido que el pelo oscuro, 46,7% cree que las personas con ojos claros son más atractivas que las de ojos oscuros y 31,8% establece que las personas de pelo rubio son más atractivas en general. "Sigue habiendo discriminación basada en grupos étnicos o en color de la piel. Esto último influye en como son evaluados los niños en los colegios o en posibilidades de empleo, situación que se refleja en salarios o en la empleabilidad", dice Carvacho.