En la mayoría de las personas, la pérdida ósea no empieza sino hasta la década de los 50 años. Por lo tanto, entre ahora y ese momento, usted puede tomar medidas para reducir el riesgo de osteoporosis. Dichas medidas consisten en llevar un estilo de vida que mejore la salud de los huesos, por ejemplo, al consumir suficiente cantidad de calcio y vitamina D, así como al tratar toda afección escondida que pueda llevar a pérdida ósea.
Los huesos son tejidos vivos y en crecimiento que están en constante renovación. Durante el transcurso de la vida, el cuerpo desecha el hueso viejo y desgastado para reemplazarlo con hueso nuevo. Ese proceso le permite al esqueleto renovarse y conservarse.
Cuando uno es joven, el cuerpo fabrica hueso nuevo con mayor rapidez de la que descompone el viejo, por lo que el esqueleto aumenta de tamaño y densidad. La densidad ósea es la cantidad de calcio y otros minerales dentro de los huesos y la masa ósea es la cantidad total de tejido óseo en el esqueleto. Cuanto mayor es la masa ósea máxima, más hueso tiene el cuerpo para mantener la salud ósea durante el resto de la vida.
La masa ósea aumenta rápidamente durante la infancia y la adolescencia. En las niñas, el crecimiento óseo máximo ocurre entre la pubertad y los 18 años. La mayoría de las personas alcanza la masa ósea máxima a principios de la década de los 30 años y, a partir de esa edad, empieza a perder hueso gradualmente, como parte del proceso normal de envejecimiento. Cuando se empieza con baja masa ósea máxima, hay mayor probabilidad de, con el tiempo, perder suficiente cantidad de hueso para terminar con osteoporosis.
La osteoporosis se presenta cuando el cuerpo no puede producir hueso nuevo a la misma velocidad que descompone el viejo. Los huesos, entonces, se vuelven débiles, frágiles y proclives a fracturas. Las mujeres corren más riesgo de osteoporosis que los hombres, especialmente después de la menopausia, porque el sexo femenino tiende a perder rápidamente la densidad ósea en los años posteriores a esa etapa de la vida.
Algunos aspectos de la masa ósea están fuera del control humano, como los factores genéticos que afectan la fuerza y la longitud de los huesos. En general, las mujeres tienen menor masa ósea máxima que los hombres, pero hay cosas que se pueden hacer para fortalecer los huesos con el transcurso del tiempo. Por ejemplo, hacer regularmente actividad física que implique sostener el peso corporal, comer una alimentación sana y balanceada con la cantidad correcta de calcio y vitamina D, no fumar y limitar el consumo de alcohol pueden ayudar a combatir la pérdida ósea.
Algunas enfermedades también pueden repercutir sobre el riesgo para osteoporosis. Se han identificado muchas enfermedades y afecciones que contribuyen a la pérdida ósea, tales como la diabetes, los trastornos de la tiroides y los trastornos que afectan la producción hormonal del cuerpo. Si usted padece alguna de estas afecciones, es fundamental que reciba un tratamiento oportuno y completo a fin de ayudarle a disminuir la posibilidad de una pérdida acelerada de hueso.
Si con el tiempo usted presentara osteoporosis, habrá maneras de combatirla en ese momento. Los medicamentos actualmente existentes para tratar la osteoporosis aumentan la densidad ósea, ralentizan la descomposición ósea y reducen el riesgo de sufrir fracturas.
No obstante, por ahora, su mejor defensa contra una futura aparición de osteoporosis es concentrarse en hacer todo lo posible por fortalecer los huesos.
* Endocrinólogo de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota.