El tabaco en un cigarrillo convencional se calienta a temperaturas superiores a 600° C, generando humo con altos niveles de químicos dañinos. Ese proceso, en el dispositivo electrónico libre de humo IQOS, el tabaco se calienta a temperaturas mucho más bajas, hasta 350° C. Así, evita la formación de combustión, fuego, ceniza o humo. Debido a que el tabaco se calienta y no se quema, los niveles de químicos dañinos se reducen significativamente en comparación con el humo del cigarrillo.
IQOS es un sistema de calentamiento de tabaco disponible en dos versiones. El primero tiene tres componentes principales: una unidad de tabaco calentada (llamada HEETS o HeatSticks), un soporte IQOS y un cargador. El segundo es un producto integrado que combina el soporte y el cargador y permite múltiples usos sin recargar la batería.
Ambos funcionan de la misma manera: un consumidor inserta la unidad de tabaco calentada en el soporte IQOS, que contiene un calentador controlado electrónicamente.
El consumidor presiona un botón para encender el calentador y luego utiliza la unidad de tabaco caliente. Una vez que se termina la unidad de tabaco calentada, el consumidor la retira del soporte y luego se puede desechar en un contenedor de basura.