Cada dos años las más importantes asociaciones médicas del país entregan el Premio Nacional de Medicina. El reconocimiento se creó en 2001, y son la Academia Chilena de Medicina, el Colegio Médico, la Asociación de Facultades de Medicina de Chile, y la Asociación de Sociedades Científicas Médicas de Chile, las que lo entregan como una forma de reconocer la obra de aquellos médicos que han sobresalido entre sus pares en el área de la clínica o de la salud pública. Se considera además que hayan tenido un rol destacado en docencia, administración académica o investigación.
Dr. Jorge Rojas Zegers, fundador de Coaniquem, gana el Premio Nacional de Medicina 2024
El galardón, que consiste en un diploma, una medalla recordatoria y un monto de dinero que es aportado por la comunidad médica, este año correspondió al Dr. Jorge Rojas Zegers, fundador de Coaniquem.
El premio reconoce la obra de aquellos profesionales que, “con apego estricto a la ética médica, hayan sobresalido entre sus pares y sean un modelo a seguir en lo humano y profesional por su trayectoria de excelencia, creatividad, aporte relevante al desarrollo y prestigio de la medicina nacional, formación de discípulos y espíritu de servicio”, indican las bases del premio
Los méritos pueden haberse logrado en una o más de las diferentes áreas del quehacer médico como son la docencia universitaria, la administración, la investigación, el desarrollo de políticas públicas y la acción gremial. 10 médicos han sido premiados desde 2002.
En el caso del Dr. Rojas, Médico Cirujano de la Pontificia Universidad Católica de Chile (1947), con especialidad en Cirugía Plástica y Reparadora, y un reconocido subespecialista en las áreas de cuidado y rehabilitación de quemaduras y de malformaciones craneofaciales, ha dedicado su trayectoria a la atención infantil, ha ejercido en el Hospital Roberto del Río, en Clínica Alemana de Santiago y en la Corporación de Ayuda al Niño Quemado, Coaniquem, institución que él mismo fundó en 1979.
Además, el galardonado médico es compositor y concertista en guitarra clásica, graduado en la Universidad de Chile, donde fue profesor titular.
Más de 40 años al servicio de la rehabilitación
Su expertise clínica y conocimiento le han permitido realizar docencia de pre y posgrado, así como publicar más de 30 artículos científicos sobre temas como el tratamiento de fisura palatina, epidemiología de las quemaduras en población pediátrica en Chile y colonización bacteriana en piel de niños quemados, entre otros.
Pero, sin duda la Corporación de Ayuda al Niño Quemado ha sido su aporte más significativo a la salud. Desde su fundación en 1979 y la apertura de su primer centro de atención de 100 m2 en Pudahuel, hoy Coaniquem suma cuatro centros de rehabilitación, cerca de 150.000 pacientes atendidos de Chile y Latinoamérica, más de 2.000 profesionales de la salud formados en la institución, una casa de acogida, un colegio hospitalario y un Centro de Investigación, Desarrollo e Innovación, entre otros hitos conseguidos con un exitoso modelo de gestión.
Prueba de su desarrollo y expansión internacional es que en 1998 se creó en Estados Unidos la Fundación Coaniquem BCF (Coaniquem Burned Center AID for Children Foundation), cuyo propósito es obtener recursos para financiar el programa internacional de Coaniquem que beneficia a 20 países de América Latina y el Caribe con capacitación a profesionales y rehabilitación de pacientes. Esta iniciativa fue destacada -al año siguiente de su creación- en el New York Times con una editorial para visibilizar el trabajo de Coaniquem.
Bajo el lema “Todo por el niño quemado”, el Dr. Rojas dio forma y sustento a un sueño que logró concretar con un alcance nacional e internacional. “Cuando me preguntan por mi trayectoria, les digo que mi historia ha sido atreverme a soñar, a servir más allá de lo razonable. Ha sido mi vocación médica pediátrica, mi familia y mi fe religiosa lo que me ha permitido hacer todo esto”, resume sobre su inquietud de emprendimiento incansable.
Otros hitos en su trayectoria
En su largo camino para tratar y rehabilitar a niños, niñas y adolescentes quemados, el Dr. Rojas Zegers ha hecho de la innovación una constante en el ejercicio de la medicina. Relacionados con su labor en Coaniquem, ha contribuido con su trabajo al logro de importantes hitos de innovación:
- Precursor de la ficha médica electrónica y telemedicina en Chile, a través de la solución de TI Infoquem en Coaniquem. “La ficha médica electrónica es un tesoro de datos, porque ayuda a que la información de los pacientes se transforme en conocimiento para la formación e investigación aplicada”, afirma.
- Impulsor de la Ley 19.680, promulgada en el año 2000, que prohíbe el uso particular y venta de fuegos artificiales y regula los espectáculos pirotécnicos. La normativa ha sido referente para otros países de la región y fue un avance destacado por la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos. “Al primer año de promulgada la ley, logramos bajar en un 85% la tasa de personas quemadas por fuegos de artificio y hasta hoy hemos mantenido la baja de estos accidentes con gran éxito”, destaca.
- Gestor y líder del primer Registro Latinoamericano de Pacientes Quemados (RELAQ), en colaboración con la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Organización Panamericana de la Salud, OPS, entre otras instituciones. Está en fase piloto y tiene por objetivo incorporar gratuitamente a toda América Latina. “Es un proyecto ambicioso a 20 años plazo, que reúne la información y datos de seis países de la región, entre ellos Chile, respecto de su población quemada. Es información integrada en línea muy valiosa, porque sin datos duros no hay políticas públicas ni financiamiento”, describió.
Todos los ganadores del premio
Hasta hoy, 11 médicos han sido premiados desde 2002.
El primero, fue para Julio Meneghello Rivera, médico cirujano y pediatra de la Universidad de Chile.
En 2004, Helmut Jaeger Lunecke, médico cirujano de la Universidad de Chile, cardiocirujano pediátrico.
En 2006, Alejandro Goic Goic, médico cirujano de la Universidad de Chile, médico internista y gastroenterólogo.
En 2008, Esteban Parrochia Beguín, médico cirujano de la Universidad de Chile, médico internista.
En 2010, Rodolfo Armas Merino, médico cirujano de la Universidad de Chile, médico internista y gastroenterólogo. En 2012, Fernando Monckeberg Barros, médico cirujano de la Universidad de Chile y bioquímico.
En 2014, Juan Verdaguer Tarradella, médico cirujano de la Universidad de Chile, oftalmólogo.
En 2016, Manuel García de los Ríos Álvarez, médico cirujano de la Universidad de Concepción, médico internista y diabetólogo.
En 2018, Otto Dörr Zegers, médico cirujano de la Universidad de Chile, médico psiquiatra.
En 2020, Vicente Valdivieso, médico cirujano de la Pontificia Universidad Católica de Chile, médico internista.
Y en 2022, fue para la primera mujer la Dra. Marta Colombo Campbell, médico cirujano de la Pontificia Universidad Católica de Chile y especialista en Neuropediatría.
En su versión 2024, el jurado del Premio Nacional de Medicina está presidido por el Dr. Antonic Orellana, presidente de Asociación de Facultades de Medicina de Chile (ASOFAMECH); Dr. Rodolfo Armas, representante de la Academia Chilena de Medicina; Dra. Carmen Gloria Aylwin, presidente de Asociación de Sociedades Científicas Médicas de Chile (ASOCIMED); Dra. Inés Guerrero, representante del Colegio Médico de Chile A. G.; Dra. María José del Río, representante de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología (SOCHOG); Dra. Alejandra Álvarez, presidente de Sociedad Chilena de Reumatología; y Dr. Alejandro Barrera, presidente Sociedad de Cirujanos de Chile, en representación del Premio Nacional de Medicina 2022.
Este reconocimiento no está contemplado en Ley 19.169 que rige para los Premios Nacionales en Literatura, Periodismo, Ciencias Exactas, Ciencias Naturales, Ciencias Aplicadas y Tecnológicas, Historia, Ciencias de la Educación, Artes Plásticas, Artes Musicales, Artes de la Representación y Audiovisuales y en Humanidades y Ciencias Sociales, situación que las diversas asociaciones médicas han hecho notar, destacando la ausencia de un premio que reconozca a toda la comunidad médica.