Dr. Ricardo Araya: “En los últimos 20 años la salud mental en Chile ha cambiado enormemente”
En conversación con Qué Pasa, el Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas 2022, quien ha dedicado su carrera profesional a la investigación aplicada en el campo de la salud mental y a promover la importancia de esta a nivel nacional y global, habla sobre su trayectoria y lo que este premio significa para Chile.
El Dr. Ricardo Araya Baltra, psiquiatra de la Universidad de Chile, es el nuevo Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas 2022.
El reconocimiento anunciado el viernes 26 de agosto por el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, se debe al amplio reconocimiento tanto nacional como internacional del Dr. Araya “en su calidad de científico y también, en su calidad de investigador aplicado en el campo de la salud mental”, señaló Ávila para justificar el galardón.
También, se debe a que parte de su expediente “está relacionado con la importancia que da la investigación tanto a nivel nacional como global en el sentido de comprender la salud mental desde una perspectiva en salud pública, generando soluciones de alto impacto a problemáticas prioritarias desde un enfoque integrador e intersectorial”, añadió el ministro.
Gracias a un estudio realizado por Araya y su equipo en 2003 y publicado en The Lancet, sobre el tratamiento de la depresión en atención primaria en mujeres de bajos ingresos en Santiago, Chile, se abrió el camino a la introducción del primer Programa Nacional de Tratamiento de la Depresión en Atención Primaria en el país.
En conversación con Qué Pasa, el Investigador Senior del Núcleo Milenio Imhay, conversa sobre sus primeros esfuerzos de innovación en salud mental en la década de los 90, donde fue asesor en el Servicio Nacional de la Mujer (actual Ministerio de la Mujer y Equidad de Género) y estuvo a cargo de la primera Encuesta de Violencia Intrafamiliar, que sentó bases para la Ley de Violencia Intrafamiliar del 2005, y cómo ve la evolución que ha tenido el trato de la salud mental en el país.
El actual director del Centro de Salud Mental Global de King’s College London, Inglaterra, uno de los centros académicos y científicos más importantes del mundo en el campo de la psiquiatría, señala que con este Premio “hay un reconocimiento a la salud mental y a todos quienes trabajan en ello”.
-¿Cómo define la salud mental?
Todos tenemos definiciones de lo que es la salud mental. Para mi es un componente esencial de lo que es salud, es decir salud es más que la salud física. Es un elemento más y tan importante como la física, y es esencial en muchas cosas, no sólo en poder mantenerte vivo, sino que también tiene que ver con tu felicidad, con tus capacidades de poder desarrollarte, de desarrollar tu vida, la productividad, interactuar con otras personas, en fin, tener una vida plena, que va más allá de no tener enfermedades mentales.
-¿Cómo describiría la evolución del trato de la salud mental en Chile durante los últimos 20 años?
Han cambiado muchas cosas, en ese sentido yo soy uno de ellos. Podemos querer que las cosas hubieran ido más rápido, pero la realidad es que en los últimos 20 años el tema salud mental en Chile ha cambiado enormemente.
Como ejemplo, tenemos que llega un candidato a presidente y que está dispuesto a reconocer que él ha tenido problemas por trastornos mentales, y que tuvo la suerte de acceder a tratamientos y que le fue bien, y que después de hacer esa declaración el país ha decidido elegirlo Presidente de Chile. Para mi eso veinte años atrás hubiera sido imposible.
Es un reconocimiento que tener un trastorno de salud mental es una enfermedad como muchas otras. La gran mayoría de los trastornos mentales tienen tratamiento -algunos mejores que otros- y no te discapacita (la gran mayoría, no todas) de algún nivel que no puedas ejercer funciones tan importantes como la de ser Presidente de la República. Para mí es un ejemplo enorme de que las cosas han cambiado.
-Fue una de las personas que sentó las bases para la creación de la Ley de Violencia Intrafamiliar de 2005. ¿Cómo fue exponer que la violencia intrafamiliar era una realidad en el país?
Ese fue un periodo bien especial porque esa fue mi primera vuelta a Chile a fines del 91, época del retorno a la democracia, con lo que hubieron muchos cambios, y muchos reconocimientos a cosas que se asociaban y no a la salud mental.
También, estuvo el tema de la reparación a las personas que habían sido afectadas por violencia estatal, se crearon programas de reparación, pero el tema violencia en sí en nuestra sociedad es un tema siempre presente, no se aleja de nosotros, sigue dándonos vuelta, es una violencia bastante diferente a la de nuestros países vecinos. Pero siempre ha habido un tema que esta en el aire en la sociedad chilena, y después de ese periodo de violencia se empezó a hablar mucho más de todo esto y se empezó a hablar de la igualdad de género.
De partida se crea el Servicio Nacional de la Mujer, y ahí se empezó a trabajar una serie de temas relacionadas a la desigualdad de género y qué más extremo que el tema de la violencia intrafamiliar, que por lo demás, es bueno recordar que hay una violencia doméstica intrafamiliar que es en contra de la mujer en las relaciones heterosexuales.
Fue un tema, costó hacerlo entrar, la gente que trabajaba en ese tiempo estaba muy comprometida con el tema, y que iba con la idea de que había que hacer cambios mucho más grandes. Después se hacen las primeras encuestas, se genera una estructura para empezar a pensar qué es lo que vamos a hacer con este problema, se genera toda una estructura con las casas de apoyo, casas de acogida para las mujeres que estaban dispuestas a hacer denuncias, y así todo eso empieza a suceder, y eventualmente hartos años después (2005) se dicta la primera Ley de Violencia Intrafamiliar.
Fue un proceso largo, nada sucede rápido y mientras más rápido empecemos nosotros, hay algunas cosas que suceden un poco más rápido que otras.
-Sobre el Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas 2022 ¿esperaba recibir este reconocimiento?
Para ser bien sincero, no lo esperaba (ríe), porque estaba viajando y me encontraba en una serie de reuniones, y ni siquiera le puse mucha atención a cuándo era la fecha de la premiación, porque la realidad es que no creía que era posible.
En realidad me sorprendió gratamente, porque es bonito recibir un premio cuando uno ya está llegando al final de su carrera y ver que hay un reconocimiento personal. Pero más que nada, es un premio para un movimiento, para lo que es la salud mental en Chile y toda la gente que se ha ido sumando.
Chile es una país líder en el tema de investigación de salud mental, en Latinoamérica definitivamente, no me cabe ninguna duda. Yo me atrevería a decir que es superior a lo que se logra en Brasil con la inversión que ellos hacen. Pero, a pesar de eso, no es premio para mi, es un premio para todo el grupo con quien trabajo, no los nombro a todos porque alguno se me quedaría fuera, pero son tantos.
Un premio para todo ese grupo grande de chilenos. Me encantaría poder estar con ellos hoy para celebrar esto y que ellos salieran adelante y no yo, y contar un poco de todo lo que se hace en Chile, porque es mucho y muy bueno, pero no se sabe.
-¿Cuál es su mensaje para quienes trabajan en salud mental en el país?
El mensaje está muy claro. Aquí hay un reconocimiento a la salud mental y a todos quienes trabajan en ello por parte de gente muy importante que conformaban el jurado. Hay un mensaje potente de que hay interés por invertir en salud mental, que se quiere trabajar, que se reconoce cuando se da la oportunidad de demostrar lo que hemos hecho, que se reconoce lo que hemos logrado y que tenemos que seguir avanzando en esa línea, y ojalá yo sea el primero de muchos otros.
-¿Qué hace falta para que en Chile se trabaje más en salud mental desde una perspectiva de salud pública, sobre todo en niños y jóvenes?
Eso ha sido gran parte de mi carrera. Siempre he tenido un enfoque poblacional de salud publica, qué cosas se pueden hacer para mejorar la salud de la población mas allá que la del individuo, aunque claro la suma de todos esos individuos tienen un impacto poblacional por supuesto.
Pero hay cosas que se pueden hacer como actividades, dar oportunidades para que la gente pueda ser escuchada, que en los colegios existan oportunidades para que los jóvenes puedan ventilar sus problemas, que existan oportunidades para que la gente haga ejercicio para la salud mental, sitios abiertos donde la población tenga acceso para ir a descansar, a hacer ejercicio, a relajarse si es que se puede. Son múltiples las cosas que van aportando a la salud mental de la vida diaria.
En el trabajo, por ejemplo, que uno tenga apoyo si las cosas no están resultando bien, que los horarios de trabajo sean adecuados, legislaciones que apoyen el desarrollo de las personas y les permitan expandirse en otras cosas que puedan aportarles a andar más contentos, sentirse más productivas, mejor recibidas por la sociedad. Todas esas cosas son las que aportan a la salud mental a nivel poblacional.
Vamos avanzando de apoco, hay un compromiso político en primer lugar y también uno social donde ves hoy en día que la gente tiene una perspectiva un poco diferente entorno a la salud mental, y esas cosas están sucediendo, tenemos que ver cómo ayudamos todos. No solo una tarea mía, es de todos.
-¿En qué proyectos se encuentra trabajando actualmente?
Actualmente me encuentro en muchos proyectos. La mayoría concentrados en Latinoamérica.
En Chile con el colega Jorge Gaete, quien se acaba de ganar un fondo Corfo bastante grande para trabajar con niños preescolares (3 a 6 años), desarrollamos un juego en el que hemos estado trabajando casi 5 años.
En él tratamos de estimular funciones psicológicas básicas que de acuerdo a la evidencia, se plantea que podrían ayudar a prevenir los trastornos mentales más tarde en la vida. Porque los trastornos mentales realmente empiezan a debutar en la adolescencia en adelante, entonces si uno pudiera de alguna forma desarrollar en los chicos ciertas habilidades, fortalecer ciertas cosas que pudieran prevenir la aparición de los trastornos mentales sería una cosa impresionante. Nadie todavía tiene la solución para eso.
Con la Doctora Vania Martínez, en Imhay, estamos trabajando con jóvenes de diferentes edades de educación secundaria y universitaria, identificando tempranamente si tienen trastornos mentales y desarrollando algunas formas de apoyarlos.
En ambos proyectos utilizamos bastante tecnología y en ese sentido somos pioneros al menos en Latinoamérica.
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