Desde tiempos remotos los eclipses de Sol han tenido un impacto en los seres vivos que pueblan nuestro planeta, lo cual es solo una muestra de lo crucial que es la energía del Sol para las distintas formas de vida. Los seres humanos con su inteligencia superior, partieron por explicarlos con mitos y temerles como una amenaza o advertencia de la posible desaparición del Sol y de la vida. Aún hoy, cuando los eclipses han sido descifrados y entendidos como un fenómeno físico natural persisten creencias sobre sus efectos negativos en los seres humanos, nada mas equivocado.

El próximo eclipse solar del 2 de Julio será total, es decir el disco de la Luna cubrirá completamente el del Sol, y el día se volverá noche en la región de Coquimbo entre Domeyko y Guanaqueros. En el resto del territorio nacional la Luna cubrirá solo parcialmente al Sol.

Para quienes tengan la oportunidad de estar en la zona de Chile donde el eclipse sea total, pueden seguir el camino de la Luna mientras va poco a poco cubriendo el Sol, siempre usando los lentes certificados. En la totalidad pueden mirarlo directamente para admirar su cromósfera y corona como una brillante cabellera. Es ese el momento de abrir sus sentidos y vivir el eclipse, imaginar el terror que sintieron nuestros ancestros ante este fenómeno y que hoy superamos gracias a la ciencia, sentir como baja la temperatura y como aves, y otros animales desconcertados se apresuran a volver a su rutina nocturna.

Son estas sensaciones las que quedaron plasmadas en mi recuerdo infantil del único eclipse total de Sol que he visto, el de 1958. El jardín de mi casa se volvió caótico con aves que buscaban desesperadas regresar a sus nidos mientras gallos y gallinas que habitaban el fondo del patio se acomodaban para un sueño muy breve ya que a los pocos minutos tuvieron que volver a anunciar el amanecer. No recuerdo haber visto el momento de la totalidad, ni la corona solar, pero si recuerdo una sensación de desasosiego y que tuve que reprimir las ganas de regresar a la casa, bajo techo, donde la ausencia del Sol parecía menos importante.

Aunque el eclipse no sea total en el resto de Chile, la oportunidad de ver el Sol parcialmente cubierto por el disco de la Luna, asemejando la forma de una Luna nueva o un gajo de naranja, también será una gran experiencia, una oportunidad de experimentar, ver con sus propios ojos, el movimiento de los cuerpos del Sistema Solar. Incluyan a los niños en la experiencia, es posible que, en muchas décadas más aún recuerden lo que sintieron.

No falten a esta cita, que nos ofrece la rara oportunidad de sentirnos viajeros cósmicos recorriendo el Universo en nuestro hermoso y acogedor planeta Tierra.