Día de la madre y la celebración deja en evidencia que ser madre en el Chile de hoy no es lo mismo que hace algunas décadas. Cambio que se aprecia en que un número progresivamente mayor de chilenas tiene su primer hijo, y muchas veces único, más hacia los 30 años de edad. Panorama muy diferente al que vivieron generaciones anteriores de mujeres.
Es un hecho que Chile y el mundo: la maternidad se ha ido retrasando con el correr de los años. Así por ejemplo, en 1995 la edad del primer hijo en países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), era de 26 años, pero para 2016, esa edad fue de 29 años.
Chile no se ha restado de esta tendencia. Si en los años setenta la edad en que las mujeres en edad fértil tenían en promedio tenían su primer hijo era más cercana a los veinte años (22,47 años en 1972), hoy es un proceso que se vive aproximándose a los treinta (25,04 años en 2016). Es lo que revelan datos del las Estadísticas Vitales del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) sobre la edad media de las mujeres al tener su primer hijo aumentó, cifra que aumentó en 2,57 años desde 1972 y 2016
Ser madre joven es ahora menos frecuente. De hecho, desde 2010 a 2016 han aumentado en 13,7% los nacimientos de primer hijo en mujeres de entre 25 y 39 años: si en 2010 fueron 39.242 nacimientos, para 2016 esta cifra pasó a 44.646. Al contrario, los niños que nacieron de madres primerizas de entre 20 y 24 disminuyeron en 17,1%, pasando de 35.498 a 29.427, en el mismo periodo.
Factor educación
Las razones de este cambio estarían vinculadas principalmente al factor educación. Es que hoy las chilenas son mucho más educadas que en décadas anteriores, y "si las mujeres se educan por más tiempo, y considerando lo difícil que es combinarlo con la maternidad, tiene sentido esperar hasta haber terminado la carrera y asentarse laboralmente antes ser madre", explica Viviana Salinas, socióloga de la U. Católica y directora del Núcleo Milenio para el Estudio del Curso de la Vida y la Vulnerabilidad Social.
Transformación que ha ido de la mano de la conocida expansión del rol de la mujer en la sociedad, dice Florencia Herrera, socióloga y académica de la facultad de Ciencias Sociales de la U. Diego Portales: "Actualmente, hay que tener todo un camino recorrido antes de tener tu primer hijo, tanto a nivel profesional como socioeconómico".
Respecto a las prioridades que tienen hoy en día las mujeres jóvenes, Herrera aclara que el esperar para ser madre no significa que los hijos sean menos importantes. "La maternidad sigue siendo una etapa muy esperada para la mayoría de las mujeres y la idea general es vivir esa etapa bien preparada, lo que implica esperar, tener estabilidad económica, laboral y personal", señala.
Es innegable además, dice Salinas, que hoy en día es menos juzgado socialmente el no tener hijos y, por ende, para algunas mujeres dejó de ser una prioridad. Sin embargo, cree que para la mayoría de las mujeres aún es importante ser madre. "Pero si bien uno puede seguir queriendo una carrera exitosa, se hace muy difícil perseguirla con la misma intensidad, porque, al mismo tiempo, uno quiere dedicarle tiempo a sus hijos, pero todo el sistema está organizado para que sean las mujeres las que se ocupen de ellos", destaca.
Por otro lado, también se han modificado las expectativas asociadas a las relaciones de pareja, dice la académica de la U. Diego Portales, lo cual también influye. Antes, la maternidad estaba asociada al matrimonio, por lo que las parejas se casaban muy jóvenes para rápidamente tener hijos, "ahora, hay mujeres que tiene hijos después de los 40 años porque quieren que su relación de pareja esté bien consolidado antes de ser padres", dice Herrera.
Lo anterior se vincula con un cambio legal que fue muy trascendente en términos sociales: la Ley de Filiación, promulgada en 1998. Con ella se acabó con las categorías de hijos legítimos o ilegítimos, en muchos casos llamados "huachos", que por décadas existió en Chile. Una norma que impactó en el el modo de ser pareja y madre: si en 1998 el 70% nacía dentro del matrimonio, hoy el 74,3% lo hace fuera de este, legitimando la convivencia.
Ser mamá a los 40
Las estadísticas demuestran que en Chile ha habido también un aumento en nacimientos de primeros hijos de mujeres mayores a 40 años. Según datos del INE, en 2010 hubo 962 nacimientos, mientras que en 2016 nacieron 1.313 niños.
Un alza, muestran los estudios, que tiene se relaciona con proyectos de vida y la opción de optar a mejores puestos de trabajo. Tener más años de estudio permite acceder a mayores sueldos y con ello a una mejor calidad de vida y acceso a salud que, al mismo tiempo, embarazarse más tarde.
Es el caso de Tatiana Ivanova (43), ginecóloga rusa que se vino a Chile que acaba de ser mamá de dos niñas. "Cuando me casé por segunda vez y me vine a Chile con mi esposo, decidimos que queríamos ser padres. Había cambiado mis actividades diarias, tengo un nuevo negocio y estoy satisfecha con mi vida. Mi marido no tenía hijos y yo quería volver a ser madre con él".
Pese a la edad, ella seguía siendo fértil, al igual que su marido, pero no podían concebir. "No quisimos arriesgarnos ni esperar más, así que accedimos a tener hijos a través de la fertilización asistida. El resultado fueron mis mellizas, Mónica y Victoria, que hoy tienen tres meses", cuenta.
Ivanova dice que un aspecto le impresionó de Chile: todos le preguntaban cuándo iba a tener hijos. "Eso es una presión que no deberían tener. Si uno quiere viajar, estudiar, sacar sus carrera, pero no tienes la cabeza para ser mamá, es mejor no serlo y tener hijos cuando realmente quieras y puedas. La edad está solo en la cabeza y con la medicina que hay hoy en día, tener un hijo después de los 40, se puede", sostiene.