Este viernes, la Agencia de Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó un nuevo medicamento para tratar el trastorno del deseo sexual hipoactivo generalizado adquirido (HSDD, por sus siglas en inglés) en mujeres premenopáusicas, esto es, mujeres que comienzan con la pérdida de estrógenos y que producto de este proceso, pierden la libido.
Hylton Joffe, director del Centro para la Evaluación de Drogas e Investigación de la División de Hueso, Reproductiva y productos urológicos de la FDA explicó en un comunicado que "hay mujeres que, sin ninguna razón conocida, tienen un deseo sexual reducido, que causa una angustia marcada y que pueden beneficiarse de un tratamiento farmacológico seguro y eficaz".
Este es el segundo fármaco que la FDA aprueba para mejorar el deseo sexual en las mujeres y ambos, han sido publicitados como "viagra femenino", pero están muy lejos de serlo. El sildenafil (compuesto del viagra) tiene un efecto inmediato al provocar vasodilatación en todo el cuerpo y haciendo que el hombre, que ya tiene deseo sexual, pueda tener una mayor irrigación en su pene, mejorando la erección. Es un efecto mecánico que no tiene que ver con el deseo mismo.
El fármaco aprobado el viernes -y que se vende bajo el nombre comercial de Vyleesi-, está compuesto de bremelanotida, que activa los receptores de melanocortina, unas hormonas que a su vez activan la producción de melanocitos. Como reconoce la propia FDA, se desconoce el mecanismo por el cual mejora el deseo sexual y la angustia. Este fármaco se debe inyectar bajo la piel del abdomen o del muslo al menos 45 minutos antes de la actividad sexual prevista, pero no se puede usar más de una dosis en 24 horas o más de ocho dosis por mes.
Para su aprobación, se realizaron dos estudios en el que participaron 1.247 mujeres premenopáusicas deseo sexual hipoactivo generalizado adquirido. La mayoría la usaron dos o tres veces por mes y no más de una vez por semana. El 25% tuvo un aumento de 1,2 o más en su puntuación de deseo sexual en comparación con aproximadamente el 17% de los que tomó placebo, mientras que el 35% dijo haber tenido disminución de uno o más en su puntuación de angustia, versus el 31% de los pacientes con placebo. Evaluado el rendimiento sexual, éste no tuvo cambios.
Liliana Peredo, académica de la Escuela de Química y Farmacia de la U. Andrés Bello, explica que la bremelatonida es un agonista no selectivo de los receptores de melanocortina. Estos fármacos, explica, se han utilizado para el tratamiento para la obesidad y para obtener efectos afrodisiacos. "Se ha visto que su activación también tiene relación con el estado de ánimo y la cognición", dice.
El vicepresidente de la Sociedad Chilena de Sexología, Mauricio Salas Sironvalle, señala que el deseo sexual puede ser visto de varias maneras. "En el modelo reduccionista-biológico se ve más como algo de la materia, algo que falta. Luego está el modelo, más holístico interrrelacional e intersubjetivo de la persona que sería más bien un emergente intersubjetivo, es decir, algo que emerge en la relación de pareja", dice. A estos dos, se agrega el punto de vista sociológico. "Estamos en la sociedad del cansancio, donde cada vez más, los individuos somos unos animals laborals, todos los días estamos orientados a la producción, a conseguir metas, eso hace que seamos seres cansados, depresivos y frustrados y por supuesto, genera que baje el deseo sexual en las personas", señala el especialista.
Es por esto que a juicio de Salas, el tratamiento para la disminución del deseo sexual debe ser más integral y "no solo una pastillita mágica" que en sí puede ayudar en algunos casos, cuando hay una leve baja del deseo, en cuyo caso sí podría tener un efecto positivo. "El deseo sexual o el interés sexual del que se habla ahora, requiere primero un diagnóstico más acertado, buscando causas biológicas, sicológicas y relacionales y en ese caso, hacer un tratamiento adecuado. Ahora, los procedimientos actuales de terapia, en todo el ámbito erótico y sexual, tiene que incluir obligatoriamente a la pareja. Si no es en pareja, el resultado no será bueno", insiste el sexólogo.
En el caso del primer medicamento aprobado hace cuatro años, Salas dice que "algo funciona". "Aumentó el número de relaciones sexuales en un encuentro más al mes que aquellos pacientes que estaban sin el medicamento. El problema son sus efectos colaterales que tienen que ser vigilados permanentemente. El ideal es asociarse con otros medicamentos, equilibrar las hormonas y revisar otros medicamentos que el o la paciente pudieran estar tomando y que bajen el deseo sexual. Hay varias cosas que se pueden hacer antes de indicar este tipo de medicamentos".
Efectos secundarios
Los efectos secundarios más comunes de Vyleesi son náuseas y vómitos, enrojecimiento, reacciones en el lugar de la inyección y dolor de cabeza, dice la FDA en su comunicado. "Alrededor del 40% de los pacientes en los ensayos clínicos experimentaron náuseas, más comúnmente con la primera inyección de Vyleesi, y el 13% necesitó medicamentos para el tratamiento de la náusea. Aproximadamente el 1% de los pacientes tratados con Vyleesi en los ensayos clínicos informaron oscurecimiento de las encías y partes de la piel, incluida la cara y los senos, que no desaparecieron en aproximadamente la mitad de los pacientes después de interrumpir el tratamiento", agrega. También aumentó la presión arterial.
"Los principales efectos adversos de bremelanotida son vómitos, náuseas, dolor en el sitio de inyección y dolores de cabeza, sin embargo, también se ha reportado oscurecimiento de las encías, piel incluyendo cara y mamas. Este último efecto adverso se evidencia más en mujeres con piel más oscura por mayor cantidad de melanina. Esto se relaciona con el mecanismo de acción de este fármaco, ya que estimula los melanocitos. También se ha establecido que este fármaco es capaz de aumentar la presión arterial, debido a esto se ha contraindicado el uso de este fármaco en mujeres con hipertensión arterial descontrolada, y en mujeres con antecedentes de enfermedad cardiovascular", indica Peredo.
En Chile y según la Agencia Nacional de Medicamentos (Anamed), perteneciente al Instituto de Salud Pública, a la fecha no han recibido solicitudes por parte de los laboratorios para poder comercializar estos medicamentos en Chile. "Los medicamentos denominados Addyi y el recién aprobado por la FDA, Vyleesi, formulados para tratar el deseo sexual femenino en el período pre menopáusico, requieren prescripción y supervisión médica debido a los graves efectos adversos que su uso puede causar", advierte el ISP.
Ante la posibilidad de comprar estos medicamentos vía internet, la autoridad insiste en que "resulta altamente riesgoso para la salud adquirir los medicamentos que se ofrecen en internet y que no cuentan con registro sanitario del Instituto de Salud Pública de Chile (ISP), porque no está garantizada su calidad, eficacia y seguridad".
El precursor
En agosto de 2015 y después de dos intentos anteriores, la FDA permitió la comercialización del primer medicamento del mercado dirigido a las mujeres con bajo deseo sexual, fármaco compuesto por flibanserina, con el nombre comercial de Addyi y desarrollado por Sprout Pharmaceuticals, una compañía de Carolina del Norte (EE.UU.) que en su plana ejecutiva tenía solo a mujeres.
Este fármaco fue aprobado para su venta solo con receta médica y al comienzo podía ser prescrito por médicos que hayan tenido un entrenamiento específico y la mujer, y además se debía llenar un cuestionario que demostraba que había recibido información acerca de los efectos secundarios que podría tener.
Lo que hace la flibanserina es disminuir los niveles de serotonina en el cerebro, un neurotransmisor que está bajo en las personas que tiene depresión. Funciona con lógica invertida: cuando una persona con depresión es tratada con serotonina para aumentar sus niveles, tiene como efecto secundario la pérdida de la libido, por lo que reducirlos puede ayudar a mejorar el deseo sexual.
Entre sus efectos secundarios destaca la disminución de la presión arterial (no se puede beber alcohol mientras dura el tratamiento y no se puede utilizar al mismo tiempo con antidepresivos. Además, puede disminuir los niveles de la presión arterial por lo que se advierte no consumir alcohol mientras se está en tratamiento. No porque potencie el efecto tóxico del alcohol, sino porque la presión podría bajar y causar desmayos y pérdida de conciencia.
Según Peredo, debido al mecanismo de acción de la flibanserina produce náuseas, cansancio, dificultad para dormir o mantenerse despierto, sequedad de boca, constipación y somnolencia en algunos casos severa. "Debido a estos efectos adversos es que se ha establecido que mujeres con disminución de la libido requieren de tratamientos más eficaces".
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