El 30% de los chilenos prefiere ver una serie antes que leer un libro y la mitad dice que no ha leído uno hace más de seis meses
Estudio realizado a padres y tutores acerca del hábito de lectura en las familias durante la pandemia, determinó que el uso de pantallas y plataformas digitales ha aumentado en los últimos dos años. Añade que un 17% de los adultos no entienden lo que leen.
No es un secreto que los chilenos no poseen hábitos de lectura, así se ha demostrado, por ejemplo, con los resultados de pruebas como la PSU o SIMCE. Incluso existe un plan nacional hace más de diez años, que pretende fomentar este hábito en la población.
Un reciente estudio realizado por el programa de aprendizaje Smartick, donde fueron encuestados 1.150 padres y tutores de niños a nivel nacional, reveló que un 30% de los chilenos prefiere ver series antes que leer un libro, y solo un 15% ha manifestado haber aumentado su cercanía con la lectura.
Otro punto que revela el estudio es que existe un 17% de adultos que no entienden lo que leen. Es decir, no se concentran y necesitan volver a leer una página para poder seguir el hilo conductor. “Sin embargo, el 60% de los encuestados dice concentrarse en lo que lee siempre y cuando el tema sea de su interés, lo que contestaría la interrogante de por qué los alumnos no poseen una buena comprensión, cuando se les evalúa con libros de lectura obligatoria”, señala Javier Arroyo, graduado de Harvard Business School, experto en educación virtual y cofundador del Smartick.
Manu Chatlani, director ejecutivo de Agencia Digital Jelly, explica que todo lo referido a contenido audiovisual es ultra inmersivo. “Y no te exige grandes dosis de esfuerzo para entrar, entender y conectar con las historias, videos y personajes. Eso tiene el video. Y están en multiplataforma, lo que lo hace aún más cómodo para consumir contenidos en cualquier lugar. Más que positivo o negativo, es así. La tecnología evoluciona y debemos, nosotros, entender cómo usarlas. No es algo bueno o malo. Simplemente es”.
Un resultado que llamó la atención de los investigadores es que un 97% de los encuestados señala que la comprensión lectora en los niños es muy importante, mientras que un 50% dice haber leído su último libro hace más o menos seis meses y solo un 24% reconoció hacerlo cada mes. “La pregunta que debemos hacernos es, ¿estamos los adultos predicando con el ejemplo?”, reflexiona Arroyo.
El uso de pantallas se intensificó en los últimos dos años
Arroyo agrega que si un niño ve que en su casa se lee a menudo, es muy probable que imite ese hábito o, al contrario, si no existe esa costumbre es muy difícil que la desarrolle por curiosidad personal a temprana edad. “Las cifras del estudio respaldan esta afirmación, ya que en la pregunta sobre poseer el hábito de leer, solo un 27% dice haberlo adquirido por sus padres, un 53% por curiosidad personal y un 18% declara no tenerlo porque no le parece entretenido y le cuesta integrarlo”.
La tendencia de hacer todo por medio de las pantallas se intensificó durante estos dos últimos años, “los niños tienen el hábito y están acostumbrados a comunicarse, leer y estudiar por medio de la tecnología”, señala Arroyo.
Justamente, el efecto de la lectura en los niños, por ejemplo a través de cuentos infantiles, es fundamental, así como también en los padres. Así lo señalan las psicólogas especialistas en primera infancia y área educacional Chamarrita Farkas, Katherine Strasser y Pía Santelices, de la Escuela de Psicología UC, quienes lanzaron recientemente una colección de cuentos infantiles para promover el desarrollo emocional, creados en el marco de un proyecto Fondecyt. “Se produce una interacción única y valiosa”, plantean.
Una buena forma de integrar en casa el hábito de leer en los niños y adolescentes, “es permitirles elegir el libro que ellos quieran, porque se fomenta desde su gusto y la concentración será mucho mejor que con uno impuesto”, destaca Arroyo.
Para muchos el hábito de leer puede ser adquirido, pero lo importante es que los niños cuenten con las condiciones y herramientas necesarias para integrarlo como parte de su vida. “La mejor forma de hacerlo es incorporando instrumentos que les parezcan entretenidos, en su idioma y adaptados a su ritmo para que no se frustren y no les pese en un futuro”, concluye.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.