El retorno a las clases presenciales en pandemia ha sido un tema de mucho conflicto. Las clases virtuales que se instalaron en reemplazo como medida de emergencia han tenido un alto costo para las y los estudiantes.
¿Qué opinan las y los apoderados? ¿Enviarán a sus hijos a clases presenciales? Hasta ahora, de lo que va de 2021 un 66% de las y los apoderados no lo ha hecho, versus un 34% que sí. Eso indican los recientes resultados de la Tercera encuesta Estamos Conectados, de Educación 2020 junto a Ipsos Chile, consulta que se realizó a 3.438 personas de comunidades educativas de todo el país.
Esa decisión, indica el estudio, está determinada en gran medida por el tipo de establecimiento, lo que revela una fuerte brecha socioeconómica entre quienes sí mandan a sus hijos a clases y quienes no. Es así como el 72% de los apoderados de establecimientos particulares pagados reconoce que ha enviado a sus hijos a clases presenciales, mientras que entre los apoderados de establecimientos municipales la cifra desciende a un 19%.
¿Y qué opinan las y los estudiantes sobre el regreso al colegio? Entre las razones que dan para no ir de forma presencial, un 65% señala el no sentirse “seguro” y un 35% porque sus apoderados “no quieren que vaya”.
Las cifras mejoran, pero el temor de que los niños y niñas se contagien aún permanece. Un alto porcentaje de padres (58%) dice que independiente de las cifras de contagio, prefieren continuar con la educación a distancia al menos por el resto de este año.
Esperar a que se puedan vacunar
Las principales razones que lideran entre apoderados para no enviar a sus hijos a clases, están que “los niños no van a respetar las medidas sanitarias” (29%); “voy a esperar que mis hijos se puedan vacunar” (26%) y por el “alto número de contagios en la comuna del establecimiento” (17%).
Al inicio de la pandemia se indicó que el riesgo de contagio en niños era bajo. Pero hoy se sabe que ese riesgo existe. En Chile, según los registros del DEIS, desde que comenzó la pandemia a la fecha han fallecido en Chile 32 menores de 14 años a causa de Covid-19, 16 de un año, 8 niños entre 1 y 4 años, 4 entre los 5 y los 9 años y 4 más entre los 10 y los 14 años. Si se considera a los adolescentes la cifra aumenta a 39, en total.
Pero también existe otro riesgo en niños, niñas y adolescentes: El Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico asociado a Covid-19, o PIMS, por sus siglas en inglés. Hasta julio (domingo 12 de julio), pediatras e infectólogos contabilizaban 90 casos a lo largo del país, ninguno fallecido, según datos preliminaries recopilados por Qué Pasa en 25 recintos hospitalarios.
El temor de padres y madres es real. Por eso también, detalla la Tercera encuesta Estamos Conectados, un alto porcentaje quiere vacunar a sus hijos (71%).
Todas estas cifras permiten dar contenido a la discusión sobre la presencialidad, explica Javiera Martínez, coordinadora de políticas públicas de Educación 2020. “La encuesta llena de contenido una discusión polarizada de la vuelta a clases, en la que vemos el Ministerio de Educación presionando y al Colegio de Profesores diciendo que no están las condiciones para ello, una discusión en la que no se tenía explicaciones sobre porque sí o no”, detalla.
Gracias a la encuesta se puede saber que esas razones son porque un porcentaje considera que los niños y niñas no van a respetar las medidas sanitarias. Pero al mismo tiempo, queda claro el resguardo de decidir que vayan solo cuando estén vacunados. Conocer la primera preocupación, indica Martínez da luces sobre es un aspecto que se puede reforzar a través de una educación orientada a niños y niñas sobre el respeto de medidas de seguridad, “hay pocas campañas orientadas y dirigidas a niños, y esto muestra que sería algo donde se podría centralizar la información”.
Una noticia positiva es el alto porcentaje (71%) que estaría dispuesto a vacunar a su hijo, frente a los que indican que no (10%) o tal vez (19%). “Se trata de una buena señal en la medida que la campaña avance se tendrá un buen número de niños vacunados”, resalta Martínez.
Sin embargo, la vacunación actualmente solo es valida para mayores de 12 años, y también el Ministerio de Salud suspendió hasta las dos primeras semanas de agosto la aplicación de primeras dosis a menores de 18 años.
Ante ese escenario Martínez resalta la importancia de contar no solo con medidas complementarias, sino también con un acompañamiento de campañas comunicacionales protagonizadas por niños y niñas para que ellos cumplan las medidas que se requieren en el contexto de presencialidad.
“Los niños responden muy bien a la información, se sabe que tienen una gran capacidad de ajustarse a nuevas formas y rutinas, y eso hay que aprovecharlo y dirigirse a ellos, entregar esa información, porque ellos han sido invisibilizados en ese sentido”, dice Martínez.
Transporte seguro para escolares
“Se debe trabajar en generar confianza en padres, madres y apoderados para promover el retorno al aula, en conjunto con ofrecer las condiciones necesarias para ese retorno seguro”, sostiene Alejandra Ojeda, gerente de Asuntos Públicos de Ipsos Chile.
La pandemia ha generado distintas preocupaciones y miedos, tanto por contagio como por consecuencias de diverso orden de la crisis de salud. Por eso, no extrañó, indica Ojeda, el miedo en el mundo adultos, “no le es fácil pensar en que sus hijos e hijas retornen a la actividad escolar presencial”. Por eso el rol de los establecimientos escolares es clave, dice “para movilizar a los hogares desde una oferta de seguridad basada en protocolos efectivos y demostrables en el espacio presencial”.
Para los apoderados otro punto de preocupación de un retorno seguro a clases presenciales es el monitoreo de casos activos (93%), que ven como algo deficiente. También mencionan la ventilación de la sala de clases (88%) el transporte seguro para llegar al colegio (82%).
“Hay niños que se trasladan de una comuna a otra en transporte público, y ese es un tema que se debe trabajar para avanzar, que sientan que tienen garantizado el transporte seguro a la escuela. Algo que se puede resolver al tener sistemas de turnos para llevar a niños a clases o alianzas con empresas de buses para ponerlos a disposición para que lleguen a escuelas”, indica Martínez sobre un tema que resuelve y piensa privadamente, “pero en otros países se pone el transporte a los estudiantes, y en este contexto de pandemia garantizar el derecho a transporte es una forma de apoyo que las autoridades podrían trabajar para dar tranquilidad a los padres y madres”.
Para la directora de Educación 2020, Alejandra Arratia el volver o no volver a clases presenciales depende, por un lado, de las condiciones sanitarias y, por otro lado, de la generación de condiciones y de un diálogo abierto y en confianza que se genere entre las familias y los directivos y las y los docentes: “Esto es clave si se considera que la principal razón que tienen las familias para no enviar a sus hijos es creer que no podrán cumplir con las medidas sanitarias”.
Se requiere sin duda retomar la presencialidad, añade Martínez, “porque quienes han tenido menos posibilidad de volver a clases presenciales son los alumnos de escuelas públicas que son los de menor ingreso socioeconómico, lo que aumenta las brechas de aprendizaje y de deserción escolar, por eso es importante tomar medidas al respecto”.
Una vuelta a la presencialidad que ha hecho valorar mucho más el colegio. “Cuando les preguntamos a apoderados y niños sobre volver se aprecia que el 70% valora ahora mucho más el colegio que antes, que prefieren las clases presenciales, y es importante considerar esas voces a la hora de ver qué medidas tomar”.
“Estar fuera del colegio aumenta la brecha de aprendizaje pensando no solo en el desarrollo académico, sino también en el desarrollo social de interactuar con pares”, aclara Martínez. No se trata entonces, apunta solo decir “vamos a abrir las escuelas, sino cómo a partir de estos datos construimos políticas que permitan favorecer que las familias quieren volver”.