No es inusual escuchar a las mujeres decir 'estoy gorda' o 'quiero bajar de peso'. De hecho, los casos extremos que llegan a trastornos alimenticios, según cifras publicadas por La Tercera basadas en los registros de la Subsecretaría de Salud Pública, revelan que las atenciones con especialistas en salud mental del sector público por estos problemas aumentaron 68% entre 2014 y 2018. Siendo el 84% de los casos del género femenino.

Así también, ha aumentado la desconformidad de las mujeres con su apariencia física. Un ejemplo de ello son los resultados de la séptima encuesta en línea realizada por La Rebelión del Cuerpo, colectivo que se creó en Chile hace dos años con el fin de concientizar, educar e investigar sobre cómo los roles y estereotipos de género impactan en la construcción de identidad y la autoestima de las mujeres, el cual se ha replicado en España, México, Argentina y Bolivia.

En esta medición en la que participaron 3.335 mujeres, en su mayoría de nacionalidad chilena y pertenecientes a los grupos socioeconómicos más altos. De ese total, el 84% reportó que su silueta no corresponde a la que les gustaría tener y el 80% de esos casos se debe a que desean tener un cuerpo más delgado al que consideran que tienen.

Al analizar esa tendencia según las edades de las participantes, se evidencia que se agudiza ese sentimiento entre las mujeres de 36 a 59 años, con un 85% de insatisfacción. No obstante, en todos los tramos etarios la cifra supera el 70% de desconformidad.

Otro punto preocupante según la organización, es el tipo de respuestas que entregaron las encuestadas cuando se les consultó "¿cómo te has sentido con tu cuerpo en el último mes?" Ya que las respuestas, principalmente, recabaron sentimientos de asco, odio y vergüenza hacia el propio cuerpo, asociándose a expresiones como: "me siento asquerosa y gorda", "todos los días pienso en que debería tener otro cuerpo", e "incómoda, intento no mirarlo".

Nerea de Ugarte, sicóloga y una de las fundadoras de La Rebelión del Cuerpo, explica que este fenómeno ha ido aumentando y se debe principalmente a los estereotipos de belleza que se difunden en los medios de comunicación y por sobre todo en redes sociales, como Instagram.

"Desde esta lógica se genera una insatisfacción, inseguridad y frustración constante y permanente en la forma como las mujeres evalúan su autoimagen, porque nunca se va a parecer a eso que nos muestran como perfecto y esa sensación afecta evidentemente la salud mental", explica de Ugarte.

Al respecto, Camila Mella, directora de Contenidos LRC, destaca el discurso gordofóbico que subyace a los resultados generales. En este sentido, sostiene que "el que las entrevistadas señalen como deseadas unas siluetas más delgadas que las siluetas con las que se identifican no es azaroso, y denota la violencia - simbólica y física- que siguen sufriendo los cuerpos gordos como sinónimo de 'indeseables', 'flojos', 'poco saludables'. Esta fobia, por supuesto, se ha incrementado con el uso irresponsable de las redes sociales".

Por su parte, Carolina Nudman, sicóloga especialista en trastornos alimentarios de la Clínica Santa María, asegura que "ha habido un incremento de la preocupación del cuerpo y la imagen corporal y las consultas han ido aumentando, de todas maneras".

Además, la profesional advierte que este es un factor que predispone al desarrollo de un trastorno alimentario. "La desconformidad genera frustración y emociones negativas entorno a uno mismo, por lo tanto, eso puede llevar a una persona que tiene vulnerabilidad mayor a desarrollar algún cuadro psiquiátrico a desarrollar un trastorno alimentario o una depresión", explica Nudman.

Recomendaciones

La profesional asegura que en los colegios se les da énfasis a temas de prevención del consumo de alcohol y drogas o sexualidad. Sin embargo, se deja de lado el tema de los trastornos de alimentación y no se le da la relevancia que tiene, sobre todo en las adolescentes. "No hay políticas de prevención en torno al tema y es preocupante ya que la prevalencia de este trastorno en adolescentes es muy alta y es un problema de salud mental importante que hay que abordar", dice.

Nerea de Ugarte, por su parte, explica que la salud mental debe comenzar a abordarse con perspectiva de género, ya que "esta problemática se da en un contexto sociocultural que es desigual y desde esa desigualdad se constituye la subjetividad femenina".

Según explica María Paz Altuzarra, psicóloga del Programa Obesidad y Diabetes de la Clínica Universidad de los Andes, "el cuerpo está muy asociado a la percepción del éxito, por lo que en los niveles socioeconómicos más altos la imagen corporal es mucho más potente".

Además, en su opinión, la cifra de desconformidad que arroja la encuesta es "demasiado alta y preocupante. No hay un 80% de mujeres con obesidad o sobre peso, entonces no cuadra". Es por lo anterior que Altuzarra también recomienda educar a los jóvenes. "En los colegios se hacen programas en contra de la obesidad y se fomenta la alimentación saludable, pero es importante incorporar un tema que tenga que ver con la imagen corporal y como uno se siente con respecto a su cuerpo", concluye.