El chileno detrás de los mapas geográficos usados por Médicos Sin Fronteras
Ser parte de MSF es para él "casi una filosofía de vida". Los mapas que crean de manera colaborativa permiten entregar ayuda en zonas pobres y remotas.
Juan José Arévalo (53) es chileno y hace 13 años vive en Barcelona. Sin haber estudiado una carrera relacionada con la salud (viene del áreas de las comunicaciones y las artes), trabaja hace casi 25 años en Médicos Sin Frontera (MSF).
"En 1993, viajando por algunos países de Europa me presenté en la oficina de MSF en Bruselas junto a una amiga médica que recién había egresado de la universidad, sin mucha esperanza que me tomaran. Me hicieron una entrevista y cuando ya estaba preparando mi vuelta a Chile, recibí un correo (por correo postal) informándome que había sido seleccionado", cuenta.
Hoy, es el coordinador de Sistemas de Información Geográfica (SIG), y de la gestión de la información y el conocimiento del Departamento de Logística de MSF.
Pese a la tecnología y la globalización, en el mundo todavía hay zonas de las que no se tiene suficiente información por lo que es necesario crearla y sobre esa base, distribuir las ayudas y el trabajo que realiza esta organización. Para eso se realiza una "mapatón".
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Algunas zonas de Uganda se han cartografiado gracias a los "mapatones".[/caption]
¿Qué es un mapatón? "Para entender primero hay que comprender que si bien hoy pareciera que el planeta entero está cartografiado y que lo llevamos todo en nuestros teléfonos inteligentes, infelizmente no es así. Las grandes empresas que "mapean" el mundo no lo hacen en lugares remotos y pobres porque no existe un interés comercial".
Estos lugares y las poblaciones que los habitan son casi invisibles, no están en los mapas, casi como que no existieran. "Por esta razón es que MSF junto a otras organizaciones fundó otra organización que se llama "Missing maps" (algo así como "Los mapas que faltan") y básicamente lo que hacemos es cartografiar ese mundo invisible", señala.
Missing Maps se basa en el trabajo colaborativo. "Tenemos redes de colaboradores que nos ayudan a realizar esta labor de mapeo. Este trabajo se puede hacer desde casa o nos juntamos físicamente en un lugar concreto, que es lo que llamamos un mapatón. Durante algunas horas trabajamos cartografiando una zona específica del mundo en donde las organizaciones humanitarias intervienen", explica.
Toda esta información se registra en una plataforma colaborativa y pública llamada Open Street Maps (OSM). "Es algo así como la Wikipedia de los mapas en donde te puedes registrar y colaborar cartografiando. El trabajo es validado por usuarios con experiencia y con trayectoria en OSM".
Principalmente, en estos "mapatones" se cartografían redes de caminos y viviendas y, de ser necesario, aguas y bosques. En ellos, pueden participar todas las personas y no es necesario que tengan conocimiento previo.
"Mi trabajo hoy en la sede de MSF de Barcelona es ser el punto focal en el departamento de logística para la Gestión de la Información y el Conocimiento y, por otro lado, el referente de los Sistemas de Información Geográficos (SIG). Mi rol fundamental es coordinar los esfuerzos y recursos que estas tecnologías nos brindan en provecho de nuestras actividades. Esta tecnología nos está permitiendo "visualizar" datos de una forma mucho más inteligente, algo así como darle músculos a los datos.
Arévalo explica que "no es lo mismo ver los datos de los puntos de agua potable en un campo de refugiados en una tabla Excel versus los mismos datos en un mapa". La visualización de esos datos en un mapa permite tomar decisiones con mayor rapidez y de manera informada, mientras que "descifrar una hoja de cálculo con cientos de líneas es un trabajo largo y tedioso".
¿Qué lo motivó a presentarse a MSF? "Al comienzo fueron los deseos de conocer el mundo a través de la labor humanitaria. Creía, y aún sigo creyendo fuertemente, acerca de esta labor de asistir a víctimas de conflictos, desastres naturales, epidemias y enfermedades olvidadas, sin ninguna distinción por etnia, religión, sexo o ideología política".
Arévalo dice que se convirtió en un admirador de MSF, del grupo humano que lo compone y del trabajo que hace para asistir a los más vulnerables del planeta. "Para mi es casi una filosofía de vida y es lo más cercano que he encontrado a los valores de solidaridad que me enseñaron mi madre y mi padre".
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