La roca gigante a la que llamamos hogar ha dado una nueva vuelta alrededor del Sol, y con ello marcamos de forma arbitraria el inicio de algo nuevo, a lo que llamamos año en un vano intento de trocear algo tan continuo como el fluir de un río.
Es algo a lo que le damos mucha importancia simbólica, pero es algo que importa muy poco o la nada misma para las dinámicas naturales del mundo físico que habitamos. Trucos que nos juega la mente humana cuando intenta ordenar y comprender algo del mundo que nos rodea y en gran medida nos sobrepasa.
A bahía Fildes le importa muy poco o nada si hoy o ayer era año nuevo, lo que le es significante para su devenir es cuanta energía llega desde el sol, cuál es la temperatura de la atmosfera, si aumentan o disminuyen los vientos, así como desde que dirección están soplando. Obviamente estos parámetros cambian diariamente mientras siguen una tendencia estacional, es decir el paso de una estación a la siguiente.
En el tiempo que llevamos aquí, y de forma casi imperceptible, el paisaje y la realidad a nuestro alrededor ha cambiado de forma que casi parece irreconocible si comparamos la estampa actual con la de nuestra llegada hace seis semanas.
Alrededor de la base ya casi no queda nieve, y la lluvia parece haber sustituido definitivamente al granizo y las nevadas. De nuevo la mente nos juega malas pasadas y al observar día a día estos cambios graduales no somos capaces de percibirlos hasta que uno se detiene y hace memoria de como se veía el paisaje un tiempo atrás.
Ya es obvio que el verano ha llegado a bahía Fildes y las aguas se han calentado de forma muy acelerada estos últimos días llegando por fin a un grado centígrado. Algo que mis manos agradecen, pero no nuestra planificación de trabajo pues este aumento de la temperatura ha llegado acompañado de vientos entre moderados y fuertes lo que nos dificulta mucho las cosas que aún tenemos pendientes. Aún así antes del cambio en el calendario conseguimos robarle un par de muestreos más a Eolo y Poseidón en algún pequeño despiste, pero el nuevo año ha llegado con fuerzas renovadas y eso nos ha frenado en seco.
Mis planificaciones, bellas planificaciones, se han ido todas al traste y ahora toca ir improvisando nuevas opciones de trabajo, hacer listas y establecer prioridades para cuando llegue el terrible momento de sacrificar algún objetivo en aras de poder terminar otro. Planes dentro de planes, como diría el navegante en la versión de Dune de David Lynch.
Ahora se suma una nueva variable a la ecuación y estamos a la espera de ver que ocurrirá los próximos días, pero lo más seguro es que abandonemos por unos días nuestra amada bahía para salir mar adentro a monitorear las condiciones de esas aguas en comparación con las aguas de nuestra bahía. Veremos como nos va y si Eolo y Poseidón nos respetan, aunque sea unos días o al menos alguna que otra hora para poder avanzar algo estos días que marcan el inicio del fin de esta expedición Antártica. Comienza la cuenta regresiva en 3, 2…
* El Dr. Juan Höfer, es oceanógrafo del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh) y académico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV).