Hemos recorrido el siglo XXI con una demanda creciente y sin precedentes para las matemáticas. Desde avances tecnológicos hasta el cuidado del medio ambiente, pasando por la capacidad casi infinita de generar datos, afectan todos los aspectos de la vida y nos enfrentan a desafíos diferentes a los que la humanidad ha enfrentado en el pasado.

En este contexto, los matemáticos estamos llamados a desempeñar un papel cada vez más central en su solución, creando nueva teoría, sofisticando nuestras herramientas de modelamiento de fenómenos naturales y generando la capacidad para simular fenómenos de alta complejidad, como el movimiento de los océanos y su biodiversidad o un órgano del cuerpo humano.

La construcción de las matemáticas ha seguido los desafíos que ha enfrentado la humanidad por miles de años; partimos construyendo sistemas numéricos, pero el lenguaje se hizo más sofisticado y abstracciones matemáticas permitieron encontrar los primeros teoremas de la geometría y el álgebra.

El mundo de los teoremas sirvió entonces para sumar cada vez más certezas que dieron cuenta de los múltiples sistemas naturales que nos rodean e incluso ayudar en la organización de sociedades; y aquí dimos un salto temporal enorme, se sumaron las primeras abstracciones del azar o las llamadas leyes de las probabilidades y el describir la naturaleza por ecuaciones que usan el cálculo diferencial.

El desarrollo de la matemática acompañó a la revolución industrial, y esta necesito de crear más matemáticas, siempre fue así. En este siglo nos ha inspirado la revolución de los datos y la capacidad de medir, la genómica, el cálculo de alto rendimiento, la astronomía, la organización de los sistemas de salud, la protección y evolución de la biodiversidad y los problemas climáticos, entre tantos temas modernos. La matemática es un motor de pensamiento que trae modernidad y desarrollo tecnológico, y cada nueva observación de la naturaleza o desarrollo tecnológico la nutre para generar nuevas ideas.

El Centro de Modelamiento Matemático (CMM) nace hace 20 años desde la convicción que cultivar al más alto nivel las matemáticas y sus aplicaciones debía ser un motor de desarrollo para nuestro país, como lo es en el mundo desarrollado, y para dar un salto cuantitativo en el rol que veníamos jugando en diversos proyectos de transferencia de la matemática a la industria y otras ciencias desde el Departamento de Ingeniería Matemática de la Universidad de Chile y el grupo de análisis numérico de la Universidad de Concepción.

Esta aventura partió además con un fuerte componente internacional sumando a nuestros desarrollos locales la historia de la profunda escuela matemática francesa, que de manera pionera nos hizo la primera unidad internacional de investigación del CNRS (Centro Nacional de Investigación Científica Francesa) fuera de Francia. Esta alianza internacional, en una disciplina de fuerte competencia mundial, fortaleció las bases del CMM para generar un crecimiento como una unidad visible en el mundo, por su potencia matemática y sus capacidades para mover esas matemáticas al mundo real, que hoy se reconoce en los mejores rankings internacionales.

El CMM nace desde una ciencia que parte sin ventajas en Chile y que no se nombra desde un recurso único, pero donde su acción termina dando ventajas y generando círculos interdisciplinarios donde no hay jerarquías temáticas sino las que fluyen dinámicamente en el círculo virtuoso de resolver un problema complejo entre muchas disciplinas.

Es por esto que el CMM desde sus inicios ha cultivado el desarrollo más potente posible de sus matemáticas y ha sido un observador activo del mundo que nos rodea, de sus problemas sociales, territoriales y de organización, que estresan nuestro desarrollo. Con mucha convicción junto a las universidades UTFSM, UAI, UNAB, UOH, UBIOBIO y UCSC, construimos una red nacional en torno a las matemáticas aplicadas, que hoy goza de gran prestigio internacional, y que le permite a esta red, por un lado, multiplicar la capacidad de formación e inserción de jóvenes talentos con vocaciones diversas en el uso de las matemáticas en Chile, y por otro, enfrentar los desafíos locales con una mayor perspectiva.

Y los resultados de estos 20 años nos enorgullecen y nos desafían. El CMM ha desarrollado programas estratégicos para el uso novedoso de las matemáticas en la producción de recursos mineros, acuícolas y en el agro; ha sido pionero en el uso de las matemáticas para entender laboratorios naturales que presenta nuestro país en astronomía y biodiversidad, se ha organizado para ser parte de la revolución de los datos tanto en el estado como la industria y hemos impulsado programas en educación matemática a nivel nacional con reconocimiento internacional que hoy generan un vínculo virtuoso entre la formación de nuestros profesores y la investigación en matemáticas y sus aplicaciones.

Por otro lado, en una asociación con prácticamente todas las universidades de Chile lanzamos hace 10 años el Laboratorio Nacional de Supercómputo (NLHPC) que permite que una gran comunidad de científicos nacionales, independiente de su institución o área pueda usar esta infraestructura. Hoy el CMM es reconocido como una institución pionera en el desarrollo sofisticado y uso de las matemáticas para resolver problemas del mundo real.

El futuro nos presenta desafíos que no son menores. El mundo y nuestra sociedad están cambiando y requieren de una reflexión fresca desde la ciencia. Muchos desafíos son locales, pero su solución posiblemente requiere de una comprensión y organización global.

Es decir, el CMM parte esta nueva década potenciando sus redes nacionales e internacionales en matemáticas y otras ciencias para asumir desafíos globales con alto impacto local, como la trilogía clima-océano-biodiversidad, la comprensión profunda del nuevo paradigma de los datos al servicio de nuestro desarrollo en salud y otras formas de organización social, en la reflexión sobre nuestro desarrollo sustentable y la nueva industria verde, y en las nuevas formas de educar para tener una ciudadanía culta respecto de los nuevos paradigmas tecnológicos a la que la sometemos.

El CMM renueva en esta nueva etapa su compromiso con la formación innovadora de las nuevas generaciones, con la convicción de generar nuevos liderazgos en matemáticas al servicio del país, y con un compromiso profundo con la inclusión, la equidad e igualdad de género en nuestra disciplina.

*Director del Centro de Modelamiento Matemático. Universidad de Chile.

HDR Universidad d’Aix-Marseille II, Francia.