El crucial “día 10”: fecha puede ser clave para marcar evolución de pacientes con coronavirus
La literatura y la práctica médica muestran que el décimo día podría marcar un límite para el mejoramiento o empeoramiento de los síntomas del Covid-19.
La aparición del nuevo coronavirus Sars-CoV-2 ha significado un desafío para la medicina, la ciencia y la tecnología. Entre los múltiples estudios y reportes diarios, uno de los mayores consensos que existe hoy es la diversidad de síntomas con los que se puede presentar. También se ha podido establecer la progresión de la enfermedad, lo que apunta al décimo día como el límite entre el inicio de la recuperación o el agravamiento de los síntomas.
Bien lo sabe el primer ministro de Reino Unido Boris Johnson, quien el pasado 27 de marzo fue diagnosticado con la enfermedad. El mandatario se ha mantenido en cuarentena desde entonces, comunicándose por teleconferencias con el resto de su equipo de gobierno o con los ciudadanos británicos.
Sin embargo, el pasado domingo, justo 10 días después de ser diagnosticado con la enfermedad, Johnson debió ser internado en el Hospital Saint Thomas de Londres, donde su condición fue empeorando paulatinamente, hasta ser ingresado a una unidad de cuidados intensivos, hasta donde se mantiene hoy, con un incierto diagnóstico.
Un reporte realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) a fines de febrero, evaluó los síntomas y la progresión de ellos en más de 50 mil pacientes chinos. ¿Los resultados? El 88% de los pacientes desarrollaron fiebre y más de dos tercios tuvieron tos seca. El 20% desarrolló dificultad respiratoria, similar a la proporción de personas que además tuvo dolor de garganta, dolor de cabeza y dolor corporal o dolor en las articulaciones.
Alejandra Marcotti, infectóloga de Clínica Alemana, explica que con lo que se conoce hasta ahora se han podido establecer algunos lineamientos de la enfermedad. Uno de ellos es que del total de contagiado, el 80% no hace síntomas graves y puede pasar el curso de la enfermedad en su casa, manteniendo la cuarentena, con algunas medidas higiénicas y con fármacos sencillos.
“El cuadro de presentación de esta enfermedad, es decir, los síntomas con los que se presenta los primeros días (2-4) es sumamente variable. Desde personas que tienen síntomas respiratorios altos y leves como coriza (congestión nasal), dolor de garganta; otros que presentan anosmia (pérdida de olfato) y ageusia (dificultad para sentir sabores); otros que presentan dolor muscular; algunos pacientes que no tienen síntomas respiratorios y solo manifiestan un cuadro digestivo con dolor abdominal y diarrea; otros solo con fiebre”, indica la especialista.
Franco Utili, urgenciólogo y director de la Escuela de Medicina de la U. San Sebastián, explica que entre los pacientes que no son de riesgo como aquellos que presentan enfermedades de base, el que se agrave su condición depende la respuesta inmunológica de cada personas. “Las personas que tienen una respuesta inmune más agresiva, generan más daño en el pulmón”, dice.
¿Quién se agravará?
Saber qué paciente puede complicarse es una pregunta difícil de resolver. “Hay ciertos criterios que van orientando y que pueden indicar que el cuadro puede ser más agresivo”, dice Marcotti.
Una de las herramientas que hoy existe es la medición de ciertos parámetros, a través de muestras de sangre como proteína C reactiva y fibrinógeno, que indican -a veces incluso antes que los síntomas clínicos- quién se puede estar haciendo una reacción inflamatoria más exagerada del sistema inmune y que es en definitiva lo que termina agravando la condición de los pacientes.
“Cuando el paciente está ambulatorio, lo más importante es poner atención a los síntomas de deterioro respiratorio, que aparezca mucha tos, la persistencia de la fiebre más allá del quinto día y la dificultad respiratoria, son síntomas por los que hay que consultar”, dice la infectóloga.
El décimo día
Hasta ahora, la experiencia de los especialistas y la literatura, indican que el décimo día de la enfermedad en aquellos pacientes con síntomas, podría ser clave.
Cuando aún no existían los antibióticos, los médicos decían que el día nueve de un paciente con neumonía indicaba si la persona pasaba la enfermedad. Con Covid-19, parece ocurrir algo similar, dice Utili: “Si la persona pasa el día 10 en buenas condiciones, probablemente ya pasó la parte crítica y no desarrollará mayores complicaciones. Ese es el punto de quiebre. Si alguien que está en su casa, pasó el día 10 y se empieza a sentir mejor, probablemente es porque pasó su cuadro como un cuadro viral y sin mayores complicaciones”, dice el urgenciólogo.
Según Marcotti, el periodo de mayor observación o preocuapación por los síntomas de la enfermedad es entre el día 3 y el 10 de iniciado los síntomas. En ese periodo pueden empeorar los síntomas. “Es raro que después del día 10 surjan complicaciones”, señala.
En los pacientes que están hospitalizados, dice Utili, el signo de agravamiento es la mayor necesidad de oxigeno. “Si el paciente comienza a saturar menos oxígeno, podría ser un indicativo de complicaciones respecto de la magnitud y severidad del cuadro”.
Roberto Olivares, jefe de Infectología de Clínica Dávila, explica que los síntomas iniciales se parecen a un cuadro respiratorio viral: “Generalmente los pacientes tienen fiebre, tos seca, dolor de garganta; también pueden tener decaimiento, dolores musculares y también está descrita la pérdida del olfato y del gusto”. Otros pacientes (con menos frecuencia) pueden presentar diarrea, lo que usualmente se ve durante la primera semana de evolución.
A partir de la segunda semana, dice Olivares, algunos de los pacientes van a mantener o empeorar los síntomas (tos o fiebre), pero además el síntoma que va a sugerir que el cuadro está tomando un cariz de severidad, es la dificultad respiratoria (sensación de falta de aire). “Esto ocurre entre el día 7 al 14 más menos de evolución y de estos pacientes, que muestran insuficiencia respiratoria, existe un grupo más pequeño que además presentan shock (estos son los más graves) asociado a la falla respiratoria.”
Pérdida de olfato
El urgenciólogo destaca que han visto que las personas que las personas que antes de iniciar los cuadros febriles sufren alteración del gusto y del olfato (aparentemente el 30% de los casos), tienden a tener una evolución más benigna de la enfermedad. De hecho, en algunos lugares, para complementar la medición de temperatura, realizan sencillas pruebas de sensibilidad a diferentes aromas (como el vinagre). Si la persona no siente este olor, es porque está perdiendo el olfato y ese puede ser un signo de Covid-19 y se puede presentar antes de la fiebre.
Por lo mismo, recomienda este especialista, la prueba de sensibilidad del olfato, se podría aplicar en los puntos en los que hoy la autoridad está haciendo cordones sanitarios o barreas sanitarias en las que se mide la temperatura de las personas.
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