El cuidado de nuestra biodiversidad hoy es la construcción de nuestro futuro
A partir de esta semana y hasta el 1 de noviembre, se desarrollará en Cali-Colombia la 16ª Conferencia de las Partes de la Convención sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas (COP16), la que une a 196 países, incluido Chile. Su origen se remonta a la Cumbre de la Tierra desarrollada en Río de Janeiro hace 32 años, donde además se establecieron acuerdos sobre cambio climático, y desertificación.
El desafío de ese entonces no sólo ha sido avanzar en su fortalecimiento e implementación efectivas, sino en la integración de las diversas convenciones. Pues todas las crisis que enfrentamos son finalmente la misma: la de reconocer que el bienestar actual y futuro de sociedades y economías depende de la mantención de la integridad ecológica planetaria.
En respuesta al llamado a implementar el Nuevo Marco Global de Biodiversidad (NMGB) propuesto en la COP15 , y con el apoyo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, nuestro país se encuentra desarrollando la actualización de la Estrategia de Biodiversidad, un proceso de cuatro etapas iniciado el 2023 y que espera culminar el 2025, con Planes de Acción Nacional y Regionales de Biodiversidad.
Con apoyo de WCS Chile, este proceso ha seguido diversos principios como participación, inclusión de diversos actores, y representación territorial. Ha sido informado con conocimiento de procesos previos, construido sobre la inteligencia colectiva acumulada en agencias del Estado y organizaciones diversas, públicas y privadas.
Ofrece una oportunidad de alinear las metas al nuevo contexto institucional nacional de conservación definido luego de la creación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, esperando poder aportar coherencia a esfuerzos que se realizan a diferentes escalas en materia de biodiversidad. Esfuerzos que se reflejan en los 15 talleres desarrollados con profesionales del Ministerio de Medio Ambiente y el Comité Operativo Nacional de Biodiversidad, seis diálogos con actores clave, representación de 16 regiones, para un total de 142 participantes.
El llamado es cada vez más urgente y ubicuo, pues tal como lo dijo Guterres en la ceremonia inaugural el pasado domingo “Nuestra tarea en esta COP es pasar de las palabras a los hechos», reconociendo que «destruir la naturaleza inflama los conflictos, la ira y la enfermedad, alimenta la pobreza, la desigualdad y la crisis climática, y perjudica el desarrollo sostenible, los empleos verdes, el patrimonio cultural y el PIB». Tan claro como eso.
Muy destacable este año ha sido el interés de Chile en participar activamente de la COP16, no sólo a través del cumplimiento de los compromisos formales que tiene nuestro país al ser país signatario de la CBD y presentando algunas metas específicas en relación a la implementación del NMGB, sino de diversos actores del mundo privado, ONGs y empresas nacionales, además de actores territoriales de comunidades que son custodias directas del patrimonio natural chileno. Dando cuerpo a un ecosistema de actores que están respondiendo al urgente llamado de activar conservación de biodiversidad desde cada uno de sus espacios.
Luego de este proceso, teniendo en la mano suficientes diagnósticos y planes, esperamos poder avanzar en acciones concretas y efectivas, que nos hagan avanzar en el cuidado y restauración de nuestra biodiversidad, lo que tendrá consecuencias directas e indirectas en muchos ámbitos: el económico, entendiendo que el mayor activo que tiene un país como el nuestro, cuya productividad depende de la mantención y promoción de biodiversidad íntegra, pues ella es la que provee y sostiene los recursos naturales que exporta.
El de cambio climático, pues siendo un país que ya experimenta sus impactos, la mantención y cuidado de biodiversidad clave como ecosistemas de humedales, restauración de suelo, es una acción ineludible para aumentar resiliencia social y ecológica en los territorios. Y por sobre todo en el bienestar y prosperidad de comunidades a lo largo de todo el país, que es donde se debe focalizar la acción territorial de restauración y cuidado de este bien común.
Estas acciones marcarán los pasos de cumplimiento concreto del NMGB, reduciendo amenazas sobre la biodiversidad; cubriendo las necesidades de las personas gracias al uso sostenible de la naturaleza; y desarrollando herramientas específicas que nos permitan incorporar la biodiversidad en el modelo de nuestro desarrollo futuro. El que debemos construir ahora.
*Dra. Bárbara Saavedra, directora Wildlife Conservation Society Chile
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