Los incendios forestales son uno de los impactos más destructivos y visibles de la crisis climática. Vemos su devastación en diversos puntos del globo y en Chile, particularmente desde 2017, cuando arrasaron 450 mil hectáreas, con ocho mil damnificados y 26 fallecidos. Efectos similares ocurrieron el último verano.
Lo que vemos es que el cambio climático dejó de ser una posibilidad y llegó para quedarse. Esa fue una de las ideas compartidas en el encuentro “Cooperación público-privada para hacer frente a los incendios forestales”, de Pacto Global Chile. Los panelistas coincidimos en que la pregunta no es si habrá condiciones para incendios, sino que, derechamente, debemos conversar sobre cómo acotarlos y controlarlos rápido, prevenir los focos con la población y ver qué hacer posteriormente.
Para recuperar sitios afectados, las Soluciones Basadas en la Naturaleza, como la restauración de bosques y paisajes es una alternativa efectiva, promovida por WWF. Porque además ayuda a mitigar otros impactos climáticos como sequía, inundaciones y aluviones, creando paisajes resilientes a través del cuidado de cabeceras de cuencas y conectividad de zonas ribereñas.
Las hectáreas que se queman son cientos de miles y las restauradas sólo llegan a decenas de miles, evidencia de una gran brecha. En el marco de la certificación forestal FSC, por ejemplo, las principales empresas acordaron restaurar 35 mil hectáreas en cinco años. Con menos superficie, hay otras iniciativas por Ley de Bosque Nativo, proyecto Siembra por Chile y el Fondo Verde del Clima (ambas de CONAF); además de restauración en terrenos privados. Son experiencias importantes, pero no alcanzan para restaurar lo quemado, ni lograr lo comprometido en nuestra NDC: 1.000.000 de ha al 2030.
Lo económico es gravitante. Se anunció un 47% más de presupuesto para prevención, mitigación y control de incendios, un hito muy necesario. Sin embargo, en un estudio de WWF detectamos que lamentablemente no existen incentivos de mercado para restaurar bosque nativo. El costo por hectárea estimamos va de 3.500 a 12 mil dólares. Yendo al 2017, con 86 mil hectáreas de bosque nativo perdidas, restaurar lo afectado solo en esa temporada podría superar los 800 millones de dólares.
Como país también nos falta profundizar el “qué hacer” después de los incendios y definir una instancia que recoja aprendizajes y genere conversaciones para la acción. En general, existe consenso sobre la necesidad de diseñar paisajes diversos, con conectividad ecológica, alejar plantaciones forestales de asentamientos humanos e involucrar a los territorios en esta nueva mirada post incendios, especialmente a través de los municipios, pero no hay un ente de coordinación para llevar en forma efectiva estas medidas a la práctica.
Hoy, cuando iniciamos tímidamente la recuperación de los paisajes perdidos en 500 años de historia, pareciera que el fuego nos está ganando y estamos viendo desaparecer los bosques quizás diez veces más rápido de lo que los podemos recuperar. Nuestra única alternativa es actuar ahora, con urgencia, en todos los frentes y en conjunto todos los actores involucrados.
*Director de WWF Chile