El bienestar de los ciudadanos es un principio fundamental para medir el desarrollo humano, de acuerdo con las Naciones Unidas. Este principio se sustenta en el derecho a vivir en un ambiente sano y sin contaminación. Un ejemplo lamentable de cómo se pasa por encima de este principio, y de los derechos de los habitantes, es la situación que se vive en Ancud, Chiloé, debido a la inexcusable ausencia de tratamiento de los desperdicios, residuos domiciliarios y otras basuras que simplemente se arrojan en distintos lugares públicos.

Hace unos años, caminando por la playa al norte de la isla de Chiloé, entre Ancud y Caulín, recogimos varios cientos de kilos de basuras, botellas, plásticos, latas y otros restos acumulados a lo largo de la línea de la costa. Junto a la playa, en las quebradas que descienden al mar desde el farellón costero, encontramos restos de muebles, autos, botellas, etc. Incluso en una quebrada contigua a una procesadora de alimentos en la misma zona, encontramos desechos, contaminación y toxicidad que nunca han sido limpiadas, a pesar de que la planta hace tiempo dejó de funcionar. A esto se agrega el reciente colapso y cierre del vertedero del municipio de Ancud localizado en la desembocadura del río Huicha, con secuelas que continúan afectando la salud humana y los ecosistemas terrestres y marinos cercanos.

Este año, nos encontramos ante otra amenaza, que completa una secuela de terror para la comunidad de Ancud. Es la decisión de las autoridades de la Municipalidad de Ancud e Intendencia de la Región de Los Lagos de avanzar en la construcción de un relleno sanitario situado sobre afloramientos de agua que drenan hacia el río Huicha.

Hasta ahora no se ha presentado un proyecto al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental para evaluar los impactos de los puentes y caminos que ya están en construcción, que contenga un plan de tratamiento de residuos y eliminación de sustancias tóxicas contenidas en los desechos que se verterán en dicho relleno, una participación ciudadana y la consulta indígena que exige la legislación ambiental y tratados internacionales respectivamente, entre otros.

A juzgar por la destrucción ya causada por la ruta de acceso, cuyos impactos incluyen la tala de bosque nativo, destrucción de una plantación de especies nativas financiadas por el MOP, destrucción de afloramientos de agua y la modificación de cursos de agua, el futuro de este relleno puede anticiparse como un "desastre ecológico", como ha sido señalado por colegas de la Universidad de Londres (UK) y la Universidad de Viena (Austria), expertos en el tema de contaminación de aguas.

Aunque el colapso del vertedero localizado en la desembocadura del río Huicha y la necesidad de trasladar la basura a un nuevo lugar son problemas conocidos hace más de una década, las autoridades municipales no han mostrado preocupación sobre la búsqueda de un nuevo lugar que minimice los impactos sociales, ecológicos y ambientales, ni sobre los estándares y tecnologías que se exigirán para remediar, mitigar o evitar los impactos de un relleno sobre la gente, las aguas y la biodiversidad de la Isla de Chiloé.

En la Estación Biológica Senda Darwin, ubicada en la cuenca de río Huicha (aguas abajo del sitio en donde se pretende emplazar el relleno sanitario), hemos mantenido investigaciones científicas de largo plazo por más de 20 años, estudiando la biodiversidad, el funcionamiento de los ecosistemas y su respuesta frente al cambio climático, formando estudiantes de pre y postgrado de universidades nacionales e internacionales, todo esto financiado principalmente con fondos del Estado de Chile. Además, somos un Área Protegida Privada que resguarda la biodiversidad local, y los sedimentos que ya están siendo vertidos al río podrían afectar a mamíferos, anfibios, peces y aves que dependen del río Huicha como hábitat para alimentarse y reproducirse.

La negligencia de nuestras autoridades y representantes ha llevado a la aceptación de las llamadas zonas de sacrificio, que tiene como consecuencia que los habitantes de zonas aisladas o empobrecidas de Chile residan en ambientes que afectan su calidad de vida y ponen en peligro su salud y la de sus descendientes.

Es necesario que las autoridades y gobierno regional recapaciten sobre el problema que han contribuido a causar y pongan todos sus esfuerzos en fomentar la reducción de los residuos sólidos domiciliarios mediante una política explícita para el reciclaje y compostaje, con un adecuado financiamiento y una estrategia comunicacional que permita educar a los ciudadanos para el cambio de comportamiento respecto a cómo nos relacionamos con nuestro entorno.

Los científicos de Fundación Senda Darwin estamos disponibles para discutir e implementar las soluciones.