Hoy celebramos un día bastante peculiar: el Día Internacional de los Asteroides. No somos pocos a quienes se nos cruzan imágenes del Tiranosaurio Rex y sus asombrosos compañeros extinguiéndose o la de Bruce Willis o Leonardo DiCaprio tratando de salvar al planeta (exitosa o fallidamente) o incluso a Han Solo y Chewbacca escapar de las tropas imperiales escondiéndose en ellos. Así, nada pareciera más raro que celebrar a estos cuerpos errantes como si nos faltaran peligros y amenazas por identificar. Sin embargo, los asteroides si bien efectivamente pueden causar grandes cataclismos, también cumplen un rol increíble que es traer materiales y sobre todo noticias desde el más allá, noticias que podemos recibir desde Chile de manera privilegiada.

La fundación Data Observatory, iniciativa clave de la Política Nacional de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, a través del proyecto ALeRCE, se hizo partícipe de las capacidades mundiales asociadas al sistema de alerta y monitoreo terrestre de asteroides (ATLAS por sus siglas en inglés), proyecto cofinanciado por Nasa junto a otras instituciones. Así, gracias a técnicas avanzadas de inteligencia artificial e ingeniería de datos, es posible por primera vez, procesar grandes imágenes de distintos telescopios ubicados en Hawái, Chile y Sudáfrica, para cada noche observar el cielo y generar alertas y reportes sobre el movimiento de los asteroides.

Ingenieros y astrónomos chilenos instalando el telescopio ATLAS en el Observatorio El Sauce

Lo anterior es sin duda otro hito relevante en nuestro país en la astronomía mundial, esta vez no solo gracias a nuestra geografía, sino a la oportunidad de aprovechar la interacción de múltiples disciplinas como la ciencia de datos, la estadística y la ingeniería al servicio de la humanidad. Pero quizás esta no sea la única fuente de orgullo nacional en torno a los asteroides. Dada su riqueza en metales especiales o tierras raras como iridio, paladio o níquel, entre otros, son cada vez más las empresas y agencias espaciales que ven con real interés la posibilidad de extraer estos materiales desde asteroides y no tanto desde la tierra.

En esta línea, durante el 2019 la misión japonesa Hayabusa 2 demostró que es posible aterrizar sobre un asteroide y extraer muestras del mismo. Y si bien todavía faltan muchos desarrollos tecnológicos para imaginar una actividad productiva económicamente rentable, las crecientes necesidades de la sociedad junto a la obligación de cuidar la Tierra, hacen que no sea inimaginable que en un futuro no muy lejano, la minería espacial sea un realidad, de la cual ojalá Chile, país de corazón minero, sea partícipe. Por lo pronto, ya tenemos un programa espacial bien ambicioso que esperemos también incluya esa mirada.

*Director ejecutivo (i) fundación Data Observatory y académico Facultad de Ingeniería y Ciencias UAI.