El extraño caso de Italia, el imparable foco infeccioso de coronavirus en Europa
Italia es el país más afectado en Europa, y tiene el segundo brote de coronavirus más mortal fuera de China. Los científicos aún no tienen certeza de por qué han habido tantos casos y contagiados, incluyendo a personas en Chile.
Este viernes, la epidemia de coronavirus sobrepasó la barrera de 100 mil casos confirmados, acumulando 3.411 fallecidos en todo el mundo.
Los tres países con más reportes hasta el momento son China (80.573), Corea del Sur (6.593) e Irán (4.747), todos de Asia. En el cuarto lugar se encuentra Italia, que iniciaba la jornada de este viernes con 3.858 confirmados y 148 muertes, convirtiéndose en el país no asiático con más infectados por la enfermedad. Muy lejos de otros países de la región como Francia (423), Alemania (400), España (261) y Reino Unido (115), los únicos que pasan los 100 casos.
Las cifras indican que Italia es el país más afectado en Europa, y tiene el segundo brote de coronavirus más mortal fuera de China, donde se originó la enfermedad, a 7.562 kilómetros de distancia. Esto implica que se ha convertido en un foco de infecciones no sólo para la región, sino para sitios tan lejanos como Latinoamérica, como lo demuestran los casos de Argentina, Brasil, Colombia, México, Ecuador y Chile, todos con algún vínculo con el país del viejo continente.
La situación llama la atención del los científicos, más aún cuando en los últimos días los casos en China han marcado un leve descenso. Allí se reportaron 119 nuevos casos confirmados el 3 de marzo, el número más bajo desde fines de enero. China todavía tiene, con mucho, el mayor número de casos, con más de 80 mil de los 101 mil reportados en todo el mundo.
Consecuencias
Lombardía y Véneto, ambos al norte de Italia, son las dos regiones con los casos más confirmados. Representan aproximadamente un tercio de la economía del país, y el impacto del virus podría ser perjudicial en este aspecto. Más considerando que esa zona tiene fronteras abiertas con Francia, Austria, Suiza y Eslovenia.
Milán es otra ciudad con problemas, aunque las autoridades han hecho bien su trabajo. Y no es una ciudad fácil de contener, tiene el segundo aeropuerto más ocupado de Italia, y los trenes pasan constantemente con rutas diarias a Roma. Allí se encuentra nuevo caso confirmado hoy, en el Vaticano.
El gobierno local está intentando minimizar la propagación del virus con medidas extremas, como la suspensión de todas las escuelas y universidades, la cancelación del Carnaval anual de Venecia, partidos de la competitiva liga italiana se han jugado en estadios vacíos y se han cerrado atracciones turísticas. Incluso, la semana de la moda de Milán se vio afectada. El diseñador Giorgio Armani realizó un espectáculo sin audiencia, pero se pudo ver el desfile a través de internet.
Quizá por ello el gobierno italiano ha sido enérgico en bajarle el perfil a la situación. A través de su cuenta en Facebook, el Ministro de Exteriores, Luigi Di Maio, indicó que “estamos comprometidos a difundir en el extranjero los datos correctos sobre el tamaño real del coronavirus en Italia, contra todo alarmismo e información imprecisa difundida estos días”.
En la declaración, Di Maio señaló que “sólo está representado el 0,1 % de los municipios italianos, así como el 0,05 % del territorio nacional. Las personas en cuarentena representan el 0,089 % de la población italiana. Y también en Lombardía y Véneto hablamos de zonas muy estrechas (0,5 % del territorio lombardo, 0,2 % territorio veneto)”.
“Permítanme decir también que en esta fase es fundamental que las instituciones comuniquen todas las noticias con gran sentido de responsabilidad, porque el riesgo es que se pase de una pandemia a una ‘infodemia’ (sic) debido a la desinformación. Y corre el riesgo de causar daños a nuestras empresas, al sector turístico y al tejido comercial del país, que representan el orgullo nacional y que deben ser defendidos por todos los medios”, añadió Di Maio.
“Tenemos que detener el pánico”, dijo al medio italiano La Repubblica.
Pero las cifras le dieron un revés. Un nuevo reporte generado al mediodía de este viernes modificó las cifras entregadas esta mañana, añadiendo 778 nuevos casos de coronavirus y 49 nuevas muertes. Esto da un total de 4.636 casos y 197 fallecidos.
Incertidumbre
Ni siquiera la media docena de infectólogos consultados por La Tercera se atrevieron a entregar alguna opinión al respecto, ante la falta de estudios relacionados al tema, o más datos al respecto.
Pero quizá una idea la podamos encontrar por el lado de la epidemiología matemática, área enfocada en la creación de modelos para estudiar la dinámica de enfermedades infecciosas, y que al mismo tiempo sirve como preparación ante nuevos brotes o cuando se deben tomar decisiones de control.
Para el Dr. Fernando Córdova-Lepe, director del Doctorado en Modelamiento Matemático de la Universidad Católica del Maule (UCM), “en algún momento deben haber llegado desde el extranjero a Italia uno o más casos que produjeron, por no haber sido aislados a tiempo -y por lo tanto con un periodo de transmisión prolongado- casos secundarios locales tampoco detectados”.
“Desde ese momento, considerando la virulencia mostrada en los países donde el virus ha pasado y la presencia de condiciones culturales y ambientales para producir contactos efectivos locales, los casos siguieron multiplicándose”, agrega.
Córdova-Lepe ejemplifica este último caso con el turismo: “Típicamente es de rincones, grupos en callejuelas, recintos cerrados como museos y restaurantes pequeños con mesas apretadas unas con otras, por lo que los contactos diarios que tiene el italiano residente son ‘efectivos’ es decir, que permiten el salto de un huésped a otro, de infeccioso al susceptible”.
“Son justo los puntos ‘calientes’ turísticos, muy atractivos en ciudades históricas, centros de atracción para aglomerar turistas. Ahí el contacto efectivo es muy fácil”, afirma.
Además, el especialista destaca que en Italia es invierno, por lo que las microgotas tienen más durabilidad. “Las ciudades clásicas, las que visitan mayoritariamente los turistas, en invierno tienen asociado un número reproductivo básico mayor al mostrado en otros países”, asevera.
Precisamente este último punto ha sido uno de los más polémicos.
Un estudio del 25 de febrero indica que el rango de temperaturas apropiado para la supervivencia del coronavirus es de 13 ºC a 24 ºC, y afirma que el aire caliente y bajas temperaturas durante más de una semana ayudan a eliminarlo. Según los autores, la llegada de la primavera ayudará al virus a expandirse a latitudes medias y altas con temperaturas de entre 13 ºC y 19 ºC, como la de Italia en estos dos últimos meses. Por otro lado, se espera que en las ciudades con temperaturas sobre 24 ºC el virus no se reproduzca y la epidemia finalice.
Pero de acuerdo al Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, “aún se desconoce si el tiempo y la temperatura afectarán la propagación del COVID-19. Algunos virus, como los del resfriado común o la gripe, se propagan más durante los meses fríos, pero eso no significa que sea imposible enfermarse a causa de uno de esos virus durante otros meses. En estos momentos, no se sabe si la propagación del COVID-19 se reducirá cuando el tiempo se ponga más cálido”.
Teorías
Otros factores tienen que ver con la avanzada edad promedio de los italianos, que tienen la población más antigua de Europa, y la segunda más antigua del mundo después de Japón.
A enero de 2018 la población residente en Italia era de 60.484.000 personas. La edad promedio es de 45,2 años, reflejando una estructura por edades en la cual solamente el 13,4% de la población tiene menos de 15 años, el 64,1% entre 15 y 64 años y el 22,6% tiene 65 años y más.
En el grupo de riesgo, la población de 80 años y más comprende al 7%, mientras que la de cien años y más supera las 15.500 personas. Son más de mil los individuos que superaron los 105 años y veinte los que sopbrepasan los 110 años y más.
La tasa de mortalidad en el brote, de alrededor del 3,5% no está muy por encima del promedio global del 3,4% reportado por la Organización Mundial de la Salud, pero el virus está afectando desproporcionadamente a los ancianos italianos.
Para fines de febrero, todas las personas que habían fallecido eran ancianos o tenían otras complicaciones de salud preexistentes como cáncer, diabetes y enfermedades cardíacas. Esto ha complicado los esfuerzos para evaluar la letalidad del virus.
Otros científicos mencionan el caso de los súper contagiadores o súper esparcidores (“Super spreaders” en inglés), personas que se contagiaron y por distintas razones se transformaron en un foco de infección para un gran número de personas, superior a la tasa de contagio habitual.
Pero también es posible que el número de muertes reportadas en Italia no refleje la verdadera escala de la epidemia. Así lo afirma el Imperial College de Londres, al señalar que el número real de casos podría estar entre 50 mil y 100 mil. Es decir, muchos tienen síntomas tan leves que no se dan cuenta que tienen el virus.
Otra opción es que simplemente los italianos ciertamente sean más rigurosos en sus controles, y que quizá el brote se esté revelando antes que en muchos otros países, lo cual es más preocupante aún.
Los datos del ministerio de salud local muestran que hasta el 2 de marzo, se habían realizado 23.345 pruebas, o 386 por millón de personas. Como referencia, el Reino Unido ha visto 13.525 pruebas, 199 por millón, Austria ha realizado 235 pruebas por millón y Suiza 214 por millón.
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