El pasado 2 de diciembre, las autoridades sanitarias de Colombia anunciaron que debido al aumento de casos positivos de coronavirus y en vista de las festividades del de fin de año, el uso de mascarilla volverá a ser obligatorio en espacios abiertos.
Según detalló la ministra de Salud de ese país, Carolina Corcho, la mascarilla será obligatoria para todos aquellos ciudadanos que no estén vacunados y también para los mayores de dos años que se encuentren en espacios abiertos y con riesgo de aglomeración.
Asimismo, Corcho dijo que también será obligatoria en centros geriátricos, en el transporte público y también durante desplazamientos en avión.
No son los únicos. Este viernes, el comisionado de Salud de la Ciudad de Nueva York emitió un aviso de salud en el que instaba a los residentes de la ciudad a usar mascarillas en lugares públicos cerrados y al aire libre cuando estén entre mucha gente.
La medida se produce al tiempo que la ciudad experimenta “peaks simultáneos inusualmente altos” de Covid-19 y otras enfermedades estacionales, dijo el Departamento de Salud en un comunicado.
La recomendación de Nueva York se suma a un realizada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) el pasado 6 de diciembre, que también sugirió a los neoyorkinos a utilizarlas en interiores en áreas de alto riesgo, incluidas Staten Island y otras partes de la ciudad, ya que la propagación de enfermedades respiratorias prolifera durante la temporada navideña.
Y en las últimas semanas también se han sumado países como Brasil, que obliga a su uso en aeropuertos, Ecuador y Perú, que también la han hecho en determinadas situaciones.
Tomás Pérez-Acle , director de Ciencia y Vida y académico de la U. San Sebastián, dice que en el caso de EE.UU. es una sugerencia, no una obligación, pero que le parece muy prudente que las personas sigan usando mascarilla en lugares cerrados, particularmente donde hay aglomeración de personas y particularmente en el transporte público.
“Sería super razonable pensar en que la mascarilla es parte de la vestimenta y de los elementos que usamos de protección personal y eventualmente deberíamos seguir usando sobre todo en situaciones de alta congestión o altas aglomeraciones”, dice.
Añade, que sería muy razonable pensar en que las autoridades de gobierno no solo sugieran, incluso eventualmente “puedan obligar al uso de mascarilla dentro de ciertas situaciones, porque lo que venimos diciendo hace rato es que este virus llegó para quedarse”.
Sñala que los asiáticos vienen usando mascarillas particularmente en el transporte público, lugares de alta aglomeración, hace muchos años, es parte normal de su rutina. “Si hace 10 años tomabas un avión a cualquier parte del mundo y se subían personas asiáticas, iban con mascarillas y para nosotros era una cosa muy extraña, pero ahora lo entendemos”.
Loreto Núñez, epidemióloga y académica de Departamento de Salud Pública de la Universidad de Talca, estima que seguimos en pandemia y pese a que se haya eliminado el uso obligatorio en varios lugares, la medida “puede ese revertirse si se amerita, si corresponde que aumente la gravedad, las hospitalizaciones o que volvamos a tener una demanda en los servicios”.
La Dra. Gema Pérez, broncopulmonar de Clínica Dávila y Clínica Dávila Vespucio, señala que la disposición sanitaria de volver utilizar mascarillas depende de los casos de Covid circulantes, del porcentaje de positividad y de la gravedad del mismo cuadro.
“Es probable que se pueda utilizar en lugares de mucha concurrencia y que sean cerrados como el mall, la locomoción colectiva, ojala en cines, teatros y mantener sin uso de mascarillas obligatorias en lugares abiertos como los estadios, y lugares completamente abiertos aunque se acumule gente.
Las enfermedades invernales
Según Pérez-Acle, ahora se está viendo en Europa el surgimiento muy importante de otras enfermedades infectocontagiosas como el virus sincicial, la influenza, o el estreptococo A y están apareciendo y están dispersándose mucho en la población, “entre otras cosas porque hay evidencia que sugiere que la infección por coronavirus puede deprimir ciertas capacidades del sistema humano que son relevantes para luchar contra estos otros patógenos, por eso es que estamos viendo estas pandemias paralelas”.
“Yo no veo ninguna razón para no volver a sugerir el uso de mascarilla en la próxima temporada de invierno o cuando haya altos peak de contagios) pero no en todos los escenarios, en un escenario que voy caminando por la calle o estoy en la plaza, no tiene ningún sentido, nunca lo tuvo”, agrega el especialista.
Señala que las autoridades deberían sugerir, incluso evaluar la alternativa de exigir mascarilla particularmente en lugares de alta aglomeración de público y en espacios cerrados como el transporte público, el metro, aviones o por ejemplo en salas de teatro o salas de cine. “Es super razonable, en los centros comerciales también”, aclara.
No obstante, Gema Pérez dice que las medidas de autocuidado son mucho más importantes que una imposición sanitaria. “Si yo tengo factores de riesgo o tengo un familiar que sea de riesgo, yo debo protegerme utilizando mascarilla correctamente cubriendo nariz, boca, lavado de manos frecuente -ya sea con agua y jabón o con alcohol 70°, o alcohol gel- y manteniendo el distanciamiento social”.
Agrega que si una persona sabe que tiene síntomas respiratorios, se siente mal, aunque no tenga fiebre, primero debe descartar Covid antes de ir a trabajar, al colegio o la universidad y no olvidar completar el sistema completo de vacunación, para evitar el uso de mascarilla obligatorio permanente o el confinamiento en caso de nuevas olas y rebrotes masivos.