William Gibson, destacado escritor de ciencia ficción, decía: “El futuro está aquí, solo que disperso”.
Necesitamos entender, ojalá predecir, cómo serán los trabajos en el futuro. Por un lado, existen estudios que muestran cómo el cambio tecnológico actual -conocido como Revolución Industrial 4.0 (i.e. inteligencia artificial, robótica avanzada, internet de las cosas, entre otros)- afectará el crecimiento económico, los salarios y la productividad laboral, e incluso podría influir en la desigualdad socio-económica.
Por otro lado, hay investigaciones que buscan establecer las ocupaciones, tareas o habilidades que serán usadas en aquellos trabajos con mayor probabilidad de ser realizadas por máquinas o algoritmos. En un artículo publicado -este 2022- junto a Gabriel Cruz y Alejandro Micco, se constató el efecto acelerador de la pandemia en la automatización del trabajo. Éste arrojó una caída 7% mayor en aquellas labores que tienen más riesgo de automatización (debido a la tecnología disponible actual) en comparación con las de menor riesgo. En materia de empleo tras el rebrote de la economía, es todavía entre un 5 y 6% menor en aquellas ocupaciones con mayor riesgo de automatización.
Si bien estos trabajos, tanto teóricos como empíricos, son valiosos para mejorar el futuro entendimiento de estos fenómenos, podemos observar muchos cambios que hoy afectan al mundo laboral y en la que esta nueva revolución industrial, probablemente, acrecentará sus efectos negativos.
En 2021, lideré y trabajé -junto a colegas nacionales e internacionales de diversas disciplinas- una mesa temática que abordó las transformaciones, desafíos y visión de futuro del mercado laboral chileno.
En el trabajo realizado al alero de la Comisión Desafíos del Futuro del Senado, reflexionamos que uno de los grandes retos como país es lograr una transición hacia esta nueva realidad, pensando siempre en que sea justa y comprensible para los trabajadores.
Vemos que muchos de desafíos asociados a trabajos del futuro han generado una creciente desigualdad económica, territorial y de género precarizando el trabajo en las plataformas digitales, generando alta informalidad, contraviniendo -en algunos casos- las leyes sociales, subvalorando el capital humano en la economía digital, entre muchas otras situaciones ya presentes y que, durante la pandemia, sólo han aumentado su aceleración.
Esto nos obliga a avanzar rápidamente en la idea de cambiar la forma de entender el trabajo en nuestras leyes e institucionalidad, con la finalidad de hacernos cargo -de verdad y de manera efectiva- de todos estos desafíos.
Les recomiendo leer el libro “Chile Tiene Futuro: Desde sus Territorios”, especialmente el capítulo de nuestra mesa temática referida al futuro del trabajo. (Descarga el link: https://n9.cl/hazu0)
El texto aproxima una suerte de diagnóstico sobre el mercado laboral y el futuro del trabajo en la realidad chilena. Revisamos algunas experiencias internacionales notables entre las que destacaron: Japón, Dinamarca, Noruega y la República de Corea.
Podemos afirmar que existen tres desafíos principales al momento de enfrentar el futuro del trabajo en Chile. El cómo los asumamos y nos organizamos para enfrentarlos nos permitirá avanzar y superar estas barreras de futuro a nivel nacional.
La primera es la desigualdad persistente, en una serie de áreas de nuestra sociedad y que nos plantean transformaciones más profundas.
La segunda la hemos llamado la revolución industrial 4.0, que coloca en jaque una serie de oficios, tareas, sistemas, métodos, planificaciones y estructuras que afectan directamente la estabilidad y desarrollo del mercado laboral.
Un tercer desafío está constituido por las otras fuerzas de cambio o de tendencias relevantes en la sociedad y que inciden directamente en el mundo del trabajo, como pueden ser las desigualdades socioeconómicas, a nivel de género y entre los territorios. Es importante sumar a esto los nuevos escenarios que, como sociedad, enfrentamos con mayor automatización, las nuevas formas de producir de la revolución industrial 4.0, los desequilibrios entre la oferta y la demanda en la competencia laboral y en el que son muchos los que van quedando bajo el nivel mínimo de acceso por falta de preparación y actualización de conocimientos, agregándole a esto la flexibilización y precarización de espacios y derechos laborales.
En suma, no existen atajos; nos queda seguir trabajando y dialogando para avanzar en estos desafíos… El Futuro ya está aquí.
*Profesor de la escuela de negocios de la UAI, investigador principal del Nucleo Milenio sobre Evolución del Trabajo (MNEW), PhD en Desarrollo Sustentable de la Universidad de Columbia en Nueva York y economista de la Universidad de Chile.