Bajo el nombre científico de Vanellus chilensis, el queltehue -también conocida como tero-tero, treile, leque, quero quero y tregül- es una especie nativa de Sudamérica que suele habitar zonas cercanas a cañadas, lagunas, campos abiertos e incluso en zonas urbanas. En Chile, habita entre las regiones de Antofagasta y de Aysén, y suele andar solo, en parejas o en bandadas.
Así, la mañana del 5 de septiembre se registró en Parque Tricao, ubicado en la comuna de Santo Domingo, a una pareja de queltehues con sus crías. Lo particular de este momento fue que la fotógrafa del parque, Josefina Rodríguez, captó el momento preciso en que el polluelo se camuflaba entre el pasto ante la alerta de sus padres, que consiste en un graznido fuerte y vibrante (tal y como se escucha en el video), el cual es interpretado como posible situación de amenaza o de peligro.
La época de reproducción de esta especie se da principalmente en invierno y sus huevos de color verde con manchas oscuras logran camuflarse perfectamente con la tierra. Es una especie nidífuga, es decir apenas nacen son muy independientes, ya que son capaces de correr y protegerse, y como se ve en el registro audiovisual, la táctica del polluelo es pasar inadvertido, escondiéndose hábilmente entre la vegetación.
“Las crías de queltehue tienen un plumaje con colores tierra, por ende son difíciles de ver. Además, como especie son muy inteligentes. Según un estudio del Departamento de Diversidad Biológica y Ecología de la Universidad Nacional de Córdoba, tienen una zona del cerebro más desarrollada en comparación a otras aves y eso les favorece a la hora de idear estrategias para defenderse”, señaló la veterinaria de Fundación Parque Tricao, Jacinta Larraín.
Entre sus características, los queltehues suelen medir entre 30 y 36 centímetros de largo, tienen una mancha negra que parte en la frente y se extiende hasta el pecho, vientre blanco, el color verde olivo prima en su parte superior y su pico de color es pequeño con un punta negra. Los ojos son de color rojo intenso y redondos.
Sus alas tienen espolones que usan como método de defensa para alejar a los intrusos y depredadores. “Es muy importante ser respetuosos con su entorno, por eso el llamado es a no tocar a sus crías, respetar los senderos para no alterar sus sitios de anidación y conducir a una velocidad moderada en los entornos en los que están presente”, detalló Larraín.