Dos estudios internacionales confirman que en la mayoría de los pacientes con infecciones respiratorias que pierden el sentido del olfato se debe al COVID-19. La enfermedad también suele provocar la pérdida del gusto y de los demás sentidos de la boca.
El estudio, publicado en la revista científica Chemical Senses, muestra que la pérdida media del sentido del olfato fue de 79,7 en una escala de 0 a 100, lo que indica una pérdida sensorial de grande a completa. Además, los estudios demuestran que la pérdida del olfato es muy probablemente el mejor predictor de COVID-19 entre los pacientes con síntomas de enfermedades respiratorias.
Además de la pérdida del sentido del olfato, el sentido del gusto también se redujo significativamente, hasta el 69 en una escala de 0 a 100, al igual que el sentido restante de la sensibilidad en la boca, esta vez hasta el 37,3 en una escala de 0 a 100.
“Aunque la pérdida del olfato en sí misma elimina la capacidad de percibir el aroma de los alimentos, la pérdida simultánea de los demás sentidos dificulta el registro de lo que se come. Por tanto, llevarse la comida a la boca puede convertirse en una experiencia decididamente desagradable”, explica uno de los líderes del estudio, Alexander Wieck Fjaeldstad.
Un total de 23 nacionalidades y más de 4.500 pacientes con COVID-19 de todo el mundo han respondido al cuestionario de los investigadores. Anteriormente, los investigadores habían basado la correlación entre el COVID-19 y la pérdida de los sentidos químicos en estudios más pequeños, mientras que estos estudios recogen grandes cantidades de datos de países de todo el mundo.