De acuerdo a la Perspectiva Mundial de Humedales publicada en el sitio web del Convenio de Ramsar, desde el año 1700 a la fecha se ha perdido hasta el 87% de estos ecosistemas acuáticos en todo el planeta. Según se explica, se pierden humedales tres veces más rápido que bosques naturales.
A causa de esto, las especies que dependen de los humedales están en grave declive: desde 1970 se han visto afectadas el 81% de las especies en humedales continentales y el 36% en humedales costeros y marinos.
Aunque algunas veces pueden ser vistos como sitios eriazos, lo cierto es que los humedales cumplen un rol fundamental en la vida de los seres humanos. Estos ecosistemas acuáticos -que además poseen una enorme biodiversidad- tienen una multiplicidad de funciones y son cruciales para la lucha contra el cambio climático. Entre otras cosas, actúan como esponjas naturales absorbiendo precipitaciones reduciendo las crecidas de ríos y arroyos y retrasando, así, la aparición de sequías; contribuyen a regular inundaciones; son filtros naturales que depuran el agua de contaminantes, al tiempo que almacenan, reciclan y procesan nutrientes; acumulan el 30% del carbono generado por el planeta y capturan 12 veces más CO2 que las selvas.
Por este motivo su conservación es crucial y debe ser prioritaria.
Pese a su importancia, sin embargo, son altamente vulnerables a factores vinculados al cambio climático como también a amenazas físicas (extracción del caudal de agua y procesos de relleno), químicas (descarga de residuos líquidos) y biológicas (depredadores domésticos no controlados e introducción de especies exóticas). Y si bien los factores de deterioro de humedales son múltiples, la historia de la pérdida de estos generalmente se asocia a procesos de expansión de la población humana y al desarrollo inmobiliario, entre otras acciones.
Los humedales solo cubren alrededor de 12 millones de Km2 en el planeta y proporcionan el 40% de los servicios ecosistémicos que contribuyen al bienestar de las poblaciones locales. No obstante, su degradación se ha mantenido por mucho tiempo. Durante el siglo XX e inicios del XXI, la pérdida de humedales aumentó significativamente en una tasa del 64% al 71%. En Chile, la tendencia es similar a la mundial.
Los humedales en Chile se caracterizan por su singularidad, belleza y fragilidad. Las variadas condiciones climáticas y geológicas del país permiten la existencia de más de 20 tipos de humedales, los cuales prestan servicios ecosistémicos esenciales a las comunidades locales y son sistemas claves la aumentar la resiliencia al cambio climático de estos territorios.
Pero hasta ahora la información actualizada sobre la extensión de estos ecosistemas en el país era incompleta.
Nuevo inventario de humedales
En junio de 2019, el Ministerio de Medio Ambiente inició la actualización de la base cartográfica del Inventario Nacional de Humedales enfocándose especialmente en los humedales urbanos, cuya última documentación había sido fijada en 2015. La actualización -cuyo estudio estuvo a cargo de la consultora Edáfica- y que será publicado este lunes, incorporó para cada humedal urbano su delimitación, información ambiental y territorial relevante.
La cartografía actualizada permitió identificar una superficie total de humedales en Chile de 5,6 millones de hectáreas, cerca de un millón más de hectáreas de humedales que los identificados hace cinco años atrás. De esta superficie, 533.705 hectáreas corresponde a humedales comprendidos total o parcialmente dentro de los límites urbanos.
Con esto se determinó, además, que en Chile existen 934 humedales, donde la mayor cantidad de ellos están ubicados en las regiones Biobío y Metropolitana, aunque en superficie llevan la delantera Los Lagos, Los Ríos y Aysén.
Para la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt, este nuevo mapa “nos permitirá generar políticas de protección más efectivas” para estos ecosistemas e identificar "sitios con alta diversidad y productividad ecológica y proveer de mejor información a los diferentes organismos públicos para la toma de decisiones, planificación, manejo y conservación de estos frágiles ecosistemas”.
Los inventarios nacionales de humedales son la base principal de información para la implementación de acciones que promuevan la conservación y el uso racional de los humedales, la elaboración de políticas públicas efectivas, el reconocimiento y designación de Sitios Ramsar y otras áreas protegidas, y la identificación de los humedales con urgencia de conservación y restauración.
Esto permite, igualmente, que los municipios tengan la información suficiente para solicitar la protección de estos ecosistemas en el marco de la nueva Ley de Protección de Humedales Urbanos, aprobada este año y cuyo reglamento está a la espera de su toma de razón en la Contraloría.
La actualización y mejoramiento de los inventarios nacionales son una de las medidas clave para la conservación de humedales de acuerdo a la Convención de Ramsar (el único tratado jurídico internacional que se centra principalmente en los humedales).
Pero además, la Perspectiva Mundial de Humedales de 2018, señala que los países deben fortalecer los instrumentos jurídicos y de políticas para conservar todos los humedales, aplicar las orientaciones de Ramsar para lograr el uso racional de estos, establecer incentivos económicos y financieros para las comunidades y las empresas, y asegurar la participación de todos los interesados directos en el manejo de los humedales.