Los despejados cielos del árido Desierto de Atacama son unos de los favoritos para quienes estudian la composición del Universo, pero ahora los expertos pelean por dar el siguiente paso: detectar la existencia de vida en otros planetas.
En terrenos en torno al observatorio Las Campanas, a unos 480 kilómetros al norte de Santiago, se construye el Telescopio Gigante Magallanes (GMT), impulsado por un consorcio internacional de universidades e instituciones científicas, que tendrá una resolución 10 veces superior al telescopio espacial Hubble.
El complejo de 1.800 millones de dólares, que se prevé inicie operaciones hacia fines de la década, competirá con el Telescopio Extremadamente Grande de ESO -ubicado más al norte en el mismo desierto-, así como el TMT que se construye en Hawái.
“Van a hacer estos telescopios gigantes, la nueva generación, cuyo objetivo justamente es detectar vida en otros planetas y determinar cuál es el origen de la energía oscura”, dijo Leopoldo Infante, director del observatorio Las Campanas.
Es una “competencia de estos tres grupos por quién lo hace primero y quién hace el primer descubrimiento (de vida en otro planeta)”, agregó.
El GMT tendrá siete de los mayores espejos monolíticos rígidos de la actualidad, que finalmente proporcionarán una única superficie óptica de 24,5 metros de diámetro, con un área colectora total de 368 metros cuadrados.
Infante comentó que hasta ahora se han detectado planetas en muchas estrellas cercanas al Sol, pero nunca se ha podido detectar vida. “Entonces, con ese telescopio (GMT) observando la atmósfera de los planetas va a poder detectar moléculas orgánicas, esa es la expectativa”, afirmó.
“Y el que detecte vida en otro planeta, se va a ganar el Premio Nobel, te aseguro”, agregó.