En el fragor de los tiempos que corren, ha pasado inadvertida la discusión en el Congreso de un proyecto de ley que busca prohibir los plásticos de un solo uso en el país. Se trata de un texto que consolida todas las iniciativas que se han presentado en los últimos años para desincentivar la producción de empaques desechables de este material.
Esta iniciativa, que resulta razonable a la luz de la evidente crisis ambiental que estamos enfrentando, va en un camino contrario a la Economía Circular, ya que no se enfoca en la excesiva cantidad de plásticos no reciclables que solo son usados menos de un minuto. Sin embargo, considera, prohibir la existencia de uno de los empaques que hoy tiene una importante industria y cultura de reciclaje desarrollada en Chile: las botellas plásticas (PET), que son 100% reciclables.
Además, las metas de recolección y valorización de los plásticos, incluido el PET, ya están incorporadas en la Ley REP que entrará en vigencia en 2022. Por ende, el proyecto de plásticos de un solo uso prohibiría un producto esencial para la cadena de valor del reciclaje y la Economía Circular.
Somos muchos los que estamos trabajando por un Chile más sustentable, pero este nuevo proyecto de ley no considera el impacto en el sustento laboral de 60 mil recicladores de base que existen hoy en Chile. Actualmente, el 70% de los envases que los chilenos segregan para reciclar corresponde a envases PET, siendo estos recicladores quienes recuperan y comercializan este tipo de plástico –lo que, finalmente, se traduce en el 70% de sus ingresos mensuales, de acuerdo a lo expuesto en la Comisión de Medio Ambiente del Senado, por la secretaria del Movimiento Nacional de Reciclaje–. La mayoría de quienes trabajan en esto son mujeres, y buena parte de ellas, jefas de hogar. En la coyuntura que estamos viviendo, esto es un tema no menor.
Si bien aún es incipiente, nuestro país cuenta con una capacidad instalada que ha crecido de manera importante para la recolección de este material. Esta cadena, desarrollada íntegramente, consta de recicladores de base, pymes, empresas de recolección, valorización e incluso exportación, lo que ha convertido al PET en el tercer material global y mejor material plástico pagado y requerido para su transformación en Chile.
Por otro lado, existe una capacidad imponible en el país que trabaja con el plástico PET como materia prima –emprendimientos de alimentos, fábricas textiles y alfombras, entre otros– que han llegado a importar 16 mil toneladas anuales de botellas PET, por el solo hecho de no contar con el material en Chile. Así, queda en evidencia que existe un mercado con gran potencial de desarrollo en nuestro país a partir de este plástico, que generaría nuevos empleos y donde el Estado debiese poner mayores incentivos.
De prosperar el proyecto que regula los plásticos de un solo uso tal como está hoy, se pondría en jaque al plástico más reconocido entre los ciudadanos como 100% reciclable y que hoy tiene una cadena económica que genera empleos y un camino hacia la Economía Circular.
*Soledad Mella, Secretaria Corporación Movimiento Nacional de Recicladores de Base
*Verónica de la Cerda, CEO TriCiclos (Empresa B)
*Mayling Yuen, Directora Ejecutiva Cempre Chile (Compromiso Empresarial para el Reciclaje)
*Franz Kramer, Gerente Comercial Enfaena