La Niña es un fenómeno climático que produce el enfriamiento a gran escala de las temperaturas de la superficie del océano en el Océano Pacífico ecuatorial central y oriental, junto con cambios en la circulación atmosférica tropical, que incluyen vientos, presión y precipitaciones.
Por lo general, tiene impactos opuestos en el tiempo y el clima respecto al fenómeno de El Niño, que es la fase cálida de la denominada Oscilación del Sur de El Niño (ENOS).
“El Niño y La Niña son los principales impulsores naturales del sistema climático de la Tierra. Pero todos los eventos climáticos que ocurren naturalmente ahora tienen lugar en un contexto de cambio climático inducido por el hombre que está agravando el clima extremo y afectando el ciclo del agua”, advirtió en un comunicado en octubre de 2020 el secretario general de la OMM, Petteri Taalas.
Pero en otra sorpresa climática, la Agencia Oceanográfica y Atmosférica de Estados Unidos (Noaa, su sigla en inglés) confirmó que por segundo años consecutivo, el planeta experimenta la llegada el Fenómeno de La Niña.
El organismo es el que monitorea la temperatura superficial del Océano Pacífico. Cuando durante varias semanas consecutivas está marca más de medio grado bajo lo normal, la Noaa “decreta” la llegada de La Niña.
#LaNiña2020 terminó hace pocos meses. Desafortunadamente no es poco común que #LaNiña se presente en 2 años consecutivos”, escribió el centro Antarcticacl en su cuenta de Twitter.
De acuerdo a Raúl Cordero, climatólogo de la U. de Santiago y líder del grupo científico @Antarcticacl, la principal consecuencia del regreso del fenómeno es precipitaciones bajo lo normal en la zona central y en el extremo sur del país (en la Patagonia), lo que implica seguir extendiendo la megasequía que afecta al país.
Dice que la única zona del país en que La Niña implica más lluvias asociadas, es en el verano altiplánico en el extremo norte del país, que podrían estar sobre lo normal. Pero eso, explica, lamentablemente “aumenta el riesgo de aluviones”.
Señala también que la temperatura también se ve afectada por La Niña. “En los veranos en la zona central tienen la tendencia a ser menos cálidos. Esto explica porque por ejemplo el verano pasado fue el menos caluroso en una década”.
Por lo mismo, dice, entre los efectos positivos es que estas temperaturas no favorecen la propagación de incendios forestales en la zona central. “Eso explica porque la temporada de incendios pasada no marcó afortunadamente ningún récord negativo relevante”, señala.
Dice que la particularidad de La Niña 2021 es que se da por segundo año consecutivo. “Que se registre durante dos años consecutivos no es extraordinariamente poco común. De hecho sucedió lo mismo durante las temporadas 2010-2011 y 2000-2001″.
De acuerdo a la Noaa, dice el climatólogo, existe mas de un 80 % de probabilidades que estas condiciones frías en el Pacífico tropical oriental se mantengan durante todo el verano austral. El peak de La Niña, igual que en el caso de El Niño, generalmente se registra a fines de año.