El rover Zhurong de China pone sus ruedas en suelo marciano

El primer vehículo explorador de Marte de China, Zhurong, ha bajado de su plataforma de aterrizaje a la superficie marciana, anunció la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA).


Según los datos de telemetría, Zhurong puso sus ruedas en suelo marciano a las 02.40 UTC de este 22 de mayo, tras descender por unos carriles en rampa desde la plataforma de aterrizaje en la que llegó al planeta rojo el 15 de mayo. La CNSA ha difundido una secuencia de imágenes que lo acredita.

La misión Tianwen-1 de China, que consta de un orbitador, un módulo de aterrizaje y un rover, se lanzó el 23 de julio de 2020. El módulo de aterrizaje que transportaba el rover aterrizó en la parte sur de Utopia Planitia, una vasta llanura en el hemisferio norte de Marte. A principios de semana transmitió sus primeras imágenes de la superficie de Marte, aún desde su puesto en la plataforma de aterrizaje.

El rover de seis ruedas impulsado por energía solar, que se asemeja a una mariposa azul y con una masa de 240 kg., lleva el nombre del dios del fuego en la antigua mitología china. El nombre resuena con el nombre chino del planeta rojo, Huoxing (el planeta del fuego), mientras que el nombre de la misión, Tianwen, significa Preguntas al cielo, el título de un poema del antiguo poeta chino Qu Yuan (c340- 278 a.C.).

Con una esperanza de vida de al menos 90 días marcianos (unos tres meses en la Tierra), Zhurong registrará el paisaje marciano con imágenes tridimensionales de alta resolución, analizará la composición material de la superficie del planeta, detectará su estructura subterránea y magnética. También buscará rastros de hielo de agua y observará el entorno meteorológico circundante, según la CNSA.

Lleva varios instrumentos científicos, incluida la cámara de terreno, la cámara multiespectral, el radar de exploración subterránea, el detector de composición de la superficie, el detector de campo magnético y el monitor de meteorología.

El orbitador, con una vida útil de un año marciano (unos 687 días en la Tierra), transmitirá las comunicaciones al vehículo mientras realiza sus propias operaciones de detección científica.

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