Justo al borde del Sistema Solar y a medio camino de las estrellas más cercanas se encuentra una colección de objetos helados que navegan por el espacio, conocida como la Nube de Oort. A veces, el paso de las estrellas empuja a estos viajeros helados hacia el Sol, y los vemos como cometas con largas colas. Los científicos aún no han observado directamente ningún objeto en la Nube de Oort, pero todo lo detectado hasta ahora procedente de su dirección ha sido de hielo.
De acuerdo a un artículo del sitio Universe Today, el Sistema Solar ha tenido un pasado caótico. La Tierra y los demás planetas se encuentran ahora en órbitas estables, pero mientras se formaban experimentaron cambios drásticos de ubicación.
Júpiter probablemente estaba mucho más cerca del Sol de lo que está ahora, y su cambio no solo movió a otros planetas, sino que también limpió el sistema solar de escombros, arrojando gran parte de ellos a la Nube de Oort.
Si bien la mayoría de los escombros de la Nube de Oort son relativamente pequeños, es posible que haya objetos del tamaño de un planeta al acecho, incluso más distantes que el hipotético planeta X.
Este planeta hipotético se conoce provisionalmente como Planeta 9 (o “X” cuando el Sistema Solar tenía nueve planetas, antes de la degradación de Plutón). Se cree que no es un objeto pequeño como Plutón o como muchos otros Objetos Transneptunianos que se han descubierto en los últimos años. Se han creado simulaciones detalladas para teorizar sobre las características que podría tener el cuerpo para producir los efectos observados, y la conclusión es que debe ser un planeta muy grande, de entre 4 y 8 veces la masa de la Tierra.
El estudio que dice que Sistema Solar tendría planetas ocultos en la Nube de Oort
De acuerdo al artículo de Universe Today, algunos de los escombros expulsados del Sistema Solar interior probablemente fueron arrojados aún más lejos. Dada tal velocidad, escaparon de la gravedad del Sol y quedaron a la deriva en el espacio interestelar. Sabemos que esto es posible porque hemos tenido al menos dos visitantes cometarios de otros sistemas estelares, Oumuamua en 2017 y Borisov en 2019. También hemos observado planetas rebeldes que han roto los lazos gravitacionales de su estrella madre. En una escala cósmica, hay muchos huérfanos celestiales en la galaxia.
De acuerdo al artículo, esto también plantea una pregunta interesante. Si un sistema planetario joven puede desprenderse de cometas y planetas, ¿pueden otros sistemas estelares capturar algunos de estos mundos? Ese es el tema de un nuevo artículo aceptado para su publicación en Monthly Notices of the Royal Astronomy Society y disponible en el servidor de preimpresión arXiv .
El equipo realizó una serie de simulaciones por computador para observar cómo los sistemas planetarios se desprenden de los planetas grandes y cómo un sistema planetario podría atrapar uno. La danza gravitatoria es un poco complicada, porque para ser expulsado de un planeta tiene que ganar suficiente energía cinética para dejar la atracción de su estrella. Pero eso también significa que tiene tanta energía cinética que es difícil que otro sistema estelar la mantenga. Al igual que con las visitas de Oumuamua y Borisov, la mayoría de los encuentros celestiales de un planeta rebelde serían fugaces.
Pero el equipo descubrió que el tirón gravitatorio de la propia galaxia puede amortiguar el movimiento de un planeta rebelde y, por lo tanto, en una pequeña fracción de los encuentros celestiales, una estrella atrapará al planeta y lo reclamará como un nuevo mundo.
La mejor oportunidad para esto no es cuando un planeta pasa cerca de una estrella, sino cuando se desplaza justo dentro de su “nube de Oort”. La mayoría de los planetas capturados por una estrella estarán en el borde exterior del sistema.
Más de 9 planetas en el Sistema Solar
Según sus cálculos, hasta el 10% de los planetas originales de una estrella podrían quedar a la deriva en el espacio profundo. Dada la dinámica de la galaxia y el sistema solar primitivo, existe un 7% de posibilidades de que nuestro sistema solar tenga un planeta gigante de hielo capturado en la nube de Oort. Esas probabilidades son más altas que la posibilidad de que un gigante de hielo formado en el sistema solar sea empujado hacia la Nube de Oort, que es de aproximadamente 1 posibilidad en 200.
Entonces, de acuerdo al artículo, si hay un planeta en el borde del Sistema Solar, es más probable que sea un hijo adoptivo que uno de los descendientes del sol. Todavía es muy probable que la Nube de Oort no tenga mundos grandes, pero este estudio muestra que los sistemas planetarios no siempre se forman de forma aislada, y hay muchos sistemas estelares que probablemente sean familias combinadas.