Instalado en la cumbre del Cerro San Cristóbal desde 1903 por el Observatorio Lick de la Universidad de California, el Observatorio Histórico Manuel Foster fue considerado durante décadas el mayor telescopio del Hemisferio Sur. Declarado Monumento Histórico en 2010 por el Consejo de Monumentos Nacionales, no solo fue la primera edificación en ocupar este reconocido cerro de la capital, sino que permitió importantes avances para la astronomía de la época.
Ahora y tras un trabajo de rescate de sus espacios, el observatorio abrirá sus puertas, gracias a un convenio entre el Instituto de Astrofísica de la Universidad Católica y el Parque Metropolitano de Santiago. Las visitas para público general comenzarán de forma gradual con miras a una apertura permanente, iniciando con una marcha blanca que parte el próximo domingo 26 de junio -entre las 10:00 y las 16:30 horas-, en tanto que también se ofrecerán visitas guiadas a colegios durante algunos días a la semana.
La entrada al observatorio, que se realiza por el acceso de Plaza México, en la estación Cumbre, para este día especial tendrá un costo de $1000 pesos para adultos, incluyendo de regalo un souvenir (niños y tercera edad con acceso gratuito). Grupos de estudiantes de astronomía actuarán como monitores y conducirán las visitas, explicando parte de la historia y la funcionalidad de este telescopio histórico, que fue clave para poder medir la velocidad a la que se desplaza el Sol por la Vía Láctea, permitió el estudio de estrellas hasta veinte veces más masivas que la nuestra, fue testigo de eclipses solares y se utilizó para investigar el paso del Cometa Halley en 1986 y el año siguiente la supernova 1987a en la Gran Nube de Magallanes.
Espacios como la cúpula del observatorio domo en el cual se emplaza el telescopio, o la sala de revelado, donde aún se conservan antiguos hornos utilizados para aumentar la sensibilidad de las placas fotográficas, podrán ser conocidos por el público. El recorrido abarca más de cien años de historia, desde la llegada del observatorio a Chile, hasta que en la década de los años 30, la Pontificia Universidad Católica recibe el telescopio como una donación del político y profesor de esta casa de estudios, Manuel Foster Recabarren, de quien toma su nombre.
Un siglo de historia
Durante las décadas siguientes el observatorio permaneció activo realizando importantes hallazgos. En los años 40, por ejemplo, el estudio de estrellas 20 veces más masivas que el Sol (las llamadas variables Beta Cephei), permitió utilizarlas como “velas” estándar para determinar con precisión las distancias en el Universo cercano. En el año 1958 se registró un eclipse total de Sol cuyas fotografías aún se conservan en el Foster.
A mediados de los años 90, el acelerado crecimiento de Santiago, así como el progresivo aumento del acceso a los grandes y modernos observatorios del Norte por parte de los astrónomos UC, disminuyeron la frecuencia de las observaciones en el Foster, el que dejó de operar nuevamente en 1995.
Durante los años siguientes solo permaneció abierto en fechas especiales como el Día de los Patrimonios. En la última conmemoración patrimonial realizada este 2022 con actividades presenciales en todo el país (el pasado 28 y 29 de mayo), el Observatorio Foster fue reabierto tras varios años cerrado debido a la pandemia, recibiendo visitas masivas del público que asistía al Parque Metropolitano: más de 2.500 personas llegaron a visitarlo los dos días que duró la celebración.
En esta nueva etapa el Observatorio Foster se utilizará principalmente con fines educativos y divulgación científica, permitiendo explicar diversos fenómenos astronómicos, como tránsitos, eclipses, planetas del Sistema Solar y sus lunas, la Luna de la Tierra y satélites artificiales. ”Invitamos a colegios y público general a descubrir este fascinante pasado, que hoy nos convierte en el país con los mejores observatorios del mundo. Un viaje en el tiempo, donde podrán conocer de los primeros pasos de la astronomía en Chile, los grandes logros astrofìsicos de este observatorio, y toda la ciencia relacionada”, concluye Thomas Puzia, profesor de astronomía y jefe de difusión del Instituto de Astrofísica UC e investigador CATA.