La pandemia por Covid-19 ha provocado trastornos en todos los niveles del sistema educativo a nivel mundial, afectando especialmente la operación normal de las escuelas de medicina y de todas las carreras dentro de las ciencias de la salud por la dificultad que tienen los estudiantes para acceder a la formación clínica en escenarios profesionales o clínicos reales.
La Telemedicina, entendida como el uso de las tecnologías de información y comunicación (TIC) electrónicas para apoyar y facilitar la asistencia sanitaria, es un área de la Telesalud que se ha transformado en un instrumento complementario de alto valor para la formación académica en carreras de la salud, tanto en pregrado como en postgrado.
Esta tecnología no es la panacea a los problemas de la formación clínica de los estudiantes, ni genera conocimiento per se, pero en la situación actual de pandemia ha permitido que las universidades puedan continuar con el aprendizaje práctico, asegurando de esta forma que los estudiantes alcancen parte de sus competencias en forma remota.
Este sistema dispone de un marco regulatorio sanitario, ético y jurídico, de modo de garantizar las condiciones de calidad y seguridad de la atención, como del resguardo y confidencialidad de las consultas e intervenciones profesionales, así como, de los datos sensibles e historias clínicas de los usuarios.
A modo de ejemplo, nuestra universidad promueve, como parte de su desarrollo curricular, intervenciones en salud y en Telemedicina, para lo cual dispone de una plataforma institucional que se conecta con centros asistenciales (consultorios de atención primaria y CESFAM, entre otros), a los que pueden acceder sus estudiantes de las carreras de Medicina, Fonoaudiología, Kinesiología, Terapia Ocupacional, Obstetricia y Puericultura, Química y Farmacia, Enfermería, Nutrición y Dietética y Odontología. Algo similar deben estar realizando otras casas de estudio.
Los docentes consideran que esta plataforma es útil para el aprendizaje y fácil de usar, constituyendo una herramienta de comunicación adecuada para la documentación y discusión de casos clínicos. Por otra parte, también es un recurso que proporciona motivación para el entrenamiento continuo y aumenta el conocimiento en todos los niveles, por lo que la mayoría de los estudiantes del área de la salud valoran dicha capacitación como un componente valioso de su formación preclínica y clínica.
En relación con la interactividad, ésta es una característica intrínseca de las TIC, que está dada por la posibilidad que existe entre los pacientes y estudiantes de hablar e interactuar durante una sesión de transmisión en vivo, con el objeto de que estos últimos puedan formarse una idea clara del caso que está siendo motivo de discusión y análisis.
La Organización Mundial de la Salud ha reconocido que la Telemedicina formará parte de la estrategia sanitaria en el siglo XXI, lo cual demanda la imperiosidad de formar profesionales preparados en el uso de las TIC, en función del mejoramiento de los servicios de salud y la actividad investigativa. Para que esto tenga impacto en el ámbito educativo, es necesario un mayor conocimiento sobre Telemedicina por parte de los docentes y que esta nueva área de enseñanza tenga un desarrollo curricular adecuado en horas y contenido.
Finalmente hay que destacar que la Telemedicina no sustituye la necesidad del contacto presencial de los estudiantes con los pacientes, y lo que algunos describen como “tocar con las manos” o “conexión física”. Por el contrario, esto último es una dinámica en la que las emociones humanas intervienen de manera importante, y no puede ser reemplazado virtualmente.
*Decano Facultad de Ciencias de la Salud, U. Autónoma de Chile