Según Naciones Unidas, en el contexto de cambio climático al que nos enfrentamos, el mundo no está bien encaminado para prevenir la hambruna a futuro. En 2015 comenzó a aumentar lentamente el número de personas que padecen hambre, estimando en cerca de 690 millones de personas en esta condición. Se proyecta que en un año aumente en otros 10 millones y en cinco años, en otros 60 millones de personas.
Uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU es poner fin al hambre, sin embargo, si la tendencia reciente continúa, el número de personas afectadas superará los 840 millones para 2030.
La entidad sostiene que el aumento de la productividad agrícola y la producción alimentaria sostenible son cruciales para ayudar a aliviar los riesgos del hambre, y es necesario llevar a cabo un cambio profundo en el sistema agroalimentario mundial si se quiere alimentar a los millones de personas que padecen hambre y a los 2000 millones de personas más que vivirán en el mundo en 2050.
Una de las soluciones fue creada por un emprendor chileno-canadiense. Se trata de José Godoy Toku, fundador y director de Lucent BioSciences una empresa de biotecnología que se encuentra en Vancouver, Canadá, dedicada al mundo agrícola con tecnologías sustentables para hacer frente al cambio climático y la hambruna.
El fundador de Lucent BioSciences tiene nacionalidad chilena y canadiense. Sus padres llegaron a Canadá cuando él tenía un año y medio en el año 74, debido a la dictadura militar que comenzaba en Chile. Allí estudió en la Universidad de Toronto, tiene un estudio legal de inmigración canadiense. Actualmente vive en Vancouver, donde se ha dedicado a ser empresario e invertir en propiedades, compañías y tecnologías azules (mar) y verdes.
“Esta oportunidad se acercó a mí hace más de siete años con mi socio Michael Riedijk, que es holandés pero que también vive en Canadá. Tuvimos la oportunidad de entender un poco con respecto a la situación de los efectos del cambio climático. Y empezamos a ver y trabajar en soluciones que podrían llegar a mitigar esta situación en general”, dice Godoy desde Canadá.
Su producto estrella es el biofertilizante Soileos, carbono neutral y hecho a base de micronutrientes sustentables. El producto aumenta la densidad de nutrientes en los cultivos, regenera la tierra, no contamina los agroecosistemas, forma parte de la economía circular y pretende generar un cambio profundo en el sistema agroalimentario mundial para ayudar a garantizar la sostenibilidad y el éxito a largo plazo de las prácticas agrícolas modernas.
Su visión es clara: mejorar el futuro. En ese sentido, las empresas y gobiernos tienen sus ojos puestos en ellos y recientemente la Federated Co-op, una de las cooperativas agrarias más grandes de Canadá, apostó por el chileno y su biofertilizante para distribuirlo en todos sus locales.
Federated Co-op es una compañía de visión sustentable, sus ventas son sobre los diez billones de dólares al año y tiene 160 cooperativas afiliadas. A través de ellas comenzará a distribuir más de mil toneladas de Soileos a partir de enero de 2023.
“Ellos consideran que nuestro producto es lo que ellos llaman innovador. Nosotros fuimos catalogados como el producto del año, como una plataforma innovadora y ellos van a lanzar nuestro producto en todo Canadá porque tienen un interés muy importante, que es que nuestros micronutrientes lleguen a la tierra y que de la tierra lleguen a la boca de los canadienses”, explica José Godoy con indismulado orgullo.
Pero no solo la cooperativa ha visto la importancia del producto. En mayo de este año la compañía Protein Industries Canadá, compuesta por Lucent BioSciences y su socio AGT Foods, se adjudicó 19 millones de dólares entregados por el gobierno canadiense para comercializar el biofertilizante Soileos, que ayudará a los agricultores canadienses a mejorar su sustentabilidad y reducir las emisiones de carbono. Además, esa compañía junto a otras tres más están colaborando para instalar una fábrica de producción en Rosetown, Canadá, para escalar la producción.
Asúi resumió el senador Marty Klyne en una sesión del siete de junio del Congreso canadiense, alabando la instalación de la futura fábrica: “Honorables senadores, me levanto hoy para celebrar una inversión increíble en los agricultores canadienses en beneficio de todos los canadienses”, indicando lo importante que es el apoyo de su gobierno en la creación de la fábrica en Rosetown para reducir las emisiones de carbono y a mejorar la sostenibilidad medioambiental.
Lucent BioSciences se prepara también para abrir cuatro fábricas más en el mundo, una en Estados Unidos, Turquía, Australia y Sudáfrica.
Del mundo a Chile
Con estos reconocimientos y su gran trayectoria en mano, José Godoy se prepara para visitar Chile el nueve de septiembre y entablar conversación con los involucrados en el mundo agro. Entre ellos el ministro de agricultura, de innovación, los agricultores, las industrias, entre otros, todo para dar a conocer su biofertilizante y lo positivo de este.
“Creemos que la oportunidad existe ahora y estoy muy entusiasmado de poder presentarle esto a no solamente al gobierno, sino también a la industria, para que podamos empujar a que Chile sea un campeón en esta área”, comenta el fundador de Lucent BioSciences.
El biofertilizante no solo ayuda a regenerar la tierra y con ello el medio ambiente, sino que también mejora el rendimiento de los cultivos. En soya la producción incrementa entre un 7 a 10%, en trigo entre un 5 a 10%, en el choclo entre un 5 a 12%, y cuando se trabaja una cosecha específica como el tomate, la lechuga, los berries u otro, se ve un incremento del 20 al 50%.
La diferencia es que la mayoría de los fertilizantes tradicionales se enfocan en los macronutrientes que requieren las plantas para su crecimiento, y para que esos minerales lleguen a la planta utilizan ácido etilendiaminotetracético (EDTA), que funciona como un transportador de micronutrientes. Lo malo es que deja residuos que quedan en el suelo junto con metales pesados que causan erosión y se filtran en las napas de agua subterráneas.
Soileos, en cambio, es producido en base a desechos de arvejas, lentejas y otras cáscaras resultantes de los procesos agroindustriales de la elaboración de alimentos, se enfoca en los micronutrientes que ha demostrado ser 100% efectivo, devolviendo al granjero tres veces la inversión.
Su idea es trabajar con Chile y quizás crear una fábrica en el país para una distribución masiva en la región. Su misión es tener una agricultura sustentable y poder ser parte de la solución al problema de la cadena alimenticia.
El creador de Soileos está convencido de que es el momento ideal para invertir en Chile: “Por lo menos en el extranjero, vemos que Chile tiene una estabilidad económica bastante importante, a pesar de lo que puedan decir los políticos de izquierda o derecha. Para nosotros esto es bastante claro, tenemos que hablar con este gobierno ahora porque creemos que estamos en la misma misión, y es por eso que creemos que Chile es un buen trampolín, especialmente cuando hay un gobierno como el de Boric”, dijo.
Para él es importante que Chile tome cartas en el asunto y apoye alianzas gubernamentales y del sector privado que permitan el desarrollo del mercado sustentable y sostenible, e hizo un llamado al gobierno a crear tecnologías sustentables como Soileos para entrar en una economía circular.
“No estar comprando estos productos a terceras partes, sino que producirlo en Chile. Empoderar a los agricultores, utilizar nuestros propios recursos, nuestro propio desperdicio para producir un fertilizante que sea totalmente verde, que no va a tener ningún efecto negativo a la tierra y que además es regenerativo”, finaliza.