Cuando inicie el proyecto de formar un Jardín Infantil plasmé en eso toda mi vocación. Como Educadora de Párvulos y sostenedora del jardín infantil Un mundo de amor, ubicado en Puente Alto, busco entregar una educación de calidad a los niños y niñas de esta comuna. Durante años he luchado por mantenerme vigente y dar lo mejor de mí para que mi jardín favorezca aprendizajes relevantes en niños y niñas.
Sin duda la pandemia nos ha marcado a todos de muchas formas. Pero mi mayor preocupación es la brecha educacional que se generará en los niños y niñas pre escolares de menores recursos de nuestro país y especialmente en mis niños de Puente Alto.
No podemos abandonar la educación pre escolar. Tal como el estudio desarrollado por Fundación Educacional Choshuenco, Protectora de la Infancia y Fundación Liguria, y ejecutado por el Centro de Estudios y Encuestas Longitudinales (CEEL) de la Universidad Católica indica muchos niños hoy evidencian un rezago en vocabulario, desarrollo general y socioemocional importante, con un desempeño significativamente menor que el logrado por una población equivalente en 2017, por la falta de clases presenciales.
Desde el primer día de la cuarentena nos reinventamos y generamos variados recursos pedagógicos. Cápsulas, clases online, talleres, materiales concretos, todo eso fue pensado para que nuestros niñas y niños no quedaran abandonados.
Con mis escasos recursos logré sostenerme el año 2020 sin ningún aporte estatal, sin ningún subsidio, ya que no califico para los aportes estatales. Situación similar han experimentado muchos jardines en nuestro país. El año pasado más de 1.000 establecimientos privados a nivel nacional tuvieron que cerrar definitivamente por el impacto de la pandemia.
Con mucho optimismo en noviembre de 2020 comenzamos a implementar todos los protocolos y exigencias que nos pedía el Mineduc y Minsal para la apertura del jardín. El 1 de diciembre iniciamos las actividades presenciales y ver a los niños y niñas fue la mejor inyección de recursos emocionales para mí y todo el equipo.
Sin embargo, hoy con mucha angustia veo que ya no cuento con los medios económicos para continuar pagando arriendo, servicios básicos etc. Me llena de tristeza solo pensar que perdería un proyecto por el cual he luchado años. Y lo mismo experimentan diversos jardines infantiles del en todo el país.
Los Jardines infantiles hemos sido muy golpeados por esta pandemia y nadie nos ha dado un espacio para expresar lo que necesitamos, ni una luz de esperanza.
Hoy vemos como muchos niños y niñas están con una gran necesidad continuar con sus procesos educativos y una infancia acompañada por sus educadoras, comprendiendo que es la edad más relevante de los seres humanos en su desarrollo, tal como lo refuerza la neurociencia de los efectos de esa etapa en desarrollo general, vocabulario, función ejecutiva y socioemocional.
Todo es muy preocupante. Me pregunto, ¿quiénes lograran subsistir? ¿Las grandes cadenas de jardines o los jardines estatales? ¿Los niños y niñas de clase media podrán continuar con su educación si no califican para jardines institucionales y no cuentan con los medios para los jardines pertenecientes a estas grandes cadenas empresariales? Honestamente la reflexión me llena de angustia y pena.
*Agrupación de Jardines Esenciales Particulares de Chile