“En salud, ya no podemos seguir haciendo lo mismo”: Alejandra García y su lucha por la transformación digital
La galardonada en la categoría Compromiso Público en el Premio Innovadoras en Salud 2024, conversa con Qué Pasa sobre su impacto en la transformación digital del sistema de salud en Chile, que impulsan soluciones colaborativas y empoderamiento organizacional.
Alejandra García es la subdirectora de Innovación en el Centro Nacional de Sistemas de Información en Salud (CENS) y ha dedicado su carrera a la modernización del sistema de salud en Chile.
Su trabajo ha impactado a nivel nacional y local a través de proyectos que van desde la creación de guías de buenas prácticas para innovar en salud hasta el desarrollo de metodologías de innovación abierta en instituciones médicas.
A lo largo de su trayectoria, García ha liderado programas transformadores, como el Healthtech Builders Lab, que en el Instituto Nacional del Tórax permite a emprendedores diseñar soluciones centradas en el paciente, y el programa “Desafíos de Innovación” en Maipú, que optimiza la atención primaria a través de innovaciones en la gestión de citas médicas.
Alejandra García: “En salud, ya no podemos seguir haciendo lo mismo”
Gracias a su destacados aportes en el ámbito de la salud digital, ha sido reconocida el Premio Innovadoras en Salud 2024, organizado por la Cámara de la Innovación Farmacéutica junto a Mujeres Empresarias, que tiene como objetivo visibilizar el liderazgo y la contribución de las mujeres en el sector de la salud.
Con más de 900 nominaciones y un jurado compuesto por 20 expertos, el premio que reconoce a las mujeres al sector de la salud por su impacto en el desarrollo social, destacó a García en la categoría Compromiso Público, siendo una de las galardonadas más jóvenes.
En conversación con Qué Pasa, García conversa sobre su trayectoria en innovación digital y cómo su labor no solo apunta a la transformación del sistema de salud mediante la tecnología, sino también a inspirar y empoderar a nuevos innovadores, especialmente mujeres, en un sector que demanda cada vez más soluciones efectivas y humanizadas.
-¿Qué te inspiró a comenzar tu carrera en la innovación en salud digital?
Bueno, surge en realidad de que siempre quise estudiar algo en el área médica, pero al principio no algo directamente relacionado con pacientes. Así que la Tecnología Médica me abrió la oportunidad de hacer algo en ese ámbito, sin la necesidad de estar en contacto directo con ellos.
A medida que avanzaba en la carrera, me di cuenta de que más allá de trabajar en un hospital o clínica, también existía la posibilidad de aplicar la tecnología para resolver problemas en salud. Al finalizar el pregrado, empecé a involucrarme en temas de procesamiento de imágenes en biomedicina, particularmente en el análisis de células de músculo esquelético. Ahí conocí a un físico, Julio, que trabajaba en estos temas, hace ya como 20 años.
Desarrollamos un proyecto FONDEF para llevar el procesamiento de imágenes a la práctica clínica, donde medíamos y estandarizábamos el análisis del espermiograma. Trabajamos en el desarrollo de algoritmos computacionales, su validación con expertos y, finalmente, en el empaquetamiento del software. Este se llamó “Centro de espermiogramas digitales asistido por internet”. Fue un proyecto innovador que nos llevó a ganar un premio Iberoamericano de Innovación y Emprendimiento en España en 2012. Pensé que ese sería el camino hacia un gran éxito, pero descubrimos que los hospitales y clínicas no consideraban urgente esa solución, por lo que el proyecto no tuvo el impacto esperado.
Aún brindamos el servicio a algunas clínicas, pero finalmente el análisis de espermatozoides evolucionó hacia la industria de los salmones, donde un socio se encarga de liderar esa línea de trabajo. Esta experiencia me ayudó a entender cómo la innovación y la tecnología pueden contribuir al sector salud, aunque también noté la resistencia de algunas personas a adoptar nuevas tecnologías.
Así, me encaminé en un viaje de promover la innovación en los prestadores de salud, como clínicas y hospitales, para que vean los problemas como oportunidades de mejora.
-¿Por qué crees que es esencial la transformación digital en el sistema de salud en el país?
Comparado con otras industrias, el sector salud es uno de los más atrasados en cuanto al uso de tecnología, digitalización de procesos y transformación digital que involucren un cambio en la forma en que las personas realizan sus actividades.
En Chile, desde hace un tiempo, se impulsa la formación digital en salud a nivel ministerial. Sin embargo, las organizaciones a veces tienen dificultades para implementar esos cambios normativos, y ahí es donde nosotros intervenimos, ayudando a que las personas estén más abiertas a adaptarse y adoptar nuevas tecnologías.
-¿Qué aprendizajes te dejó el programa de innovación en centros de atención primaria en Maipú?
Este programa fue un esfuerzo público-privado en el que participamos desde la academia, centrados en los usuarios del sistema de salud. Buscábamos instalar capacidades de innovación en centros de salud de atención primaria de la Municipalidad de Maipú. Contamos con el apoyo de la municipalidad y de la Cámara de Innovación Farmacéutica (CIF), quienes impulsaron todo este proceso.
Trabajamos intensamente durante cuatro semanas con líderes de los CESFAM para que identificaran problemáticas e idearan soluciones. Después, se realizó un desafío de innovación abierta en el que empresas y startups podían ofrecer soluciones para resolver los problemas detectados. Finalmente, se seleccionó una solución piloto para el CESFAM Doctor Carlos Godoy, la cual ayudó a reducir el número de personas que visitaban el centro solo para obtener información, al permitir el envío de mensajes segmentados según el programa de salud de cada persona.
Esta solución tuvo tan buena aceptación que el Consejo Municipal decidió implementarla en todos los centros de salud de Maipú, constituyendo un caso de éxito.
Sé que se ha considerado a nivel ministerial que se replique en otras comunas, pero nosotros solo actuamos como articuladores para instalar capacidades y realizar pilotos exitosos. Luego, el escalamiento y la continuidad en otras organizaciones son responsabilidad de las mismas empresas o startups.
-¿En qué está trabajando actualmente en el CENS y cuáles son sus metas para los próximos años?
A raíz del éxito en Maipú, desarrollamos otro programa llamado “Juégatela con la innovación e impulsa el cambio en salud”, en colaboración con ProSalud Chile, Corfo y el Ministerio de Salud. Este programa es una versión nacional de lo realizado en Maipú, enfocado en empoderar a las personas en organizaciones de salud para que vean los problemas como oportunidades de mejora.
La primera versión del programa contó con la participación de cerca de 90 personas de 25 instituciones, y seguimos la misma metodología: formación en innovación y resolución de desafíos a través de innovación abierta.
De estas instituciones, solo dos lograron desarrollar un piloto exitoso, y se les otorgó un sello de innovación. En el camino, hemos identificado desafíos y brechas en el sector salud, y trabajamos para que la innovación sea una parte institucionalizada en las organizaciones, no solo el resultado del esfuerzo de personas con buena voluntad.
Este programa también nos llevó a ser finalistas en el Foro Iberoamericano de Compras Públicas de Innovación, lo cual respalda nuestro trabajo en esta área.
-¿Qué representa para ti el Premio Innovadoras en Salud y cómo crees que influirá en el sector de la innovación en salud?
Me siento muy orgullosa porque fue una competencia dura, con personas muy talentosas en la categoría de Compromiso Público. Creo que el haber estado en ambos lados —implementando soluciones e identificando brechas— me ha permitido entender la innovación como una herramienta para mejorar los procesos internos de las organizaciones. He dedicado años a crear consciencia sobre la importancia de hacer las cosas de manera diferente en un sector como la salud, que es jerarquizado y donde no se permite el error.
La innovación, sin embargo, nos da una oportunidad de validar cambios que mejoran la atención al paciente. Me siento contenta también porque recibí mensajes de apoyo de colegas que se sienten representadas en este logro. En el sector salud, aproximadamente el 60-70% de la fuerza laboral son mujeres, pero pocas están en cargos de liderazgo. Los programas de innovación en los que participo han ayudado a empoderar a mujeres en sus organizaciones para ser promotoras del cambio, y creo que con estas herramientas podrán lograrlo.
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