El rover Zhurong de China aterrizó de manera segura en Marte el 15 de mayo, convirtiendo a China en el tercer país en aterrizar con éxito un rover en el planeta rojo.
Más impresionante aún, China es la primera nación en ir a Marte en llevar a cabo una operación en órbita, aterrizaje y exploración en su primera misión.
El científico planetario Roberto Orosei dijo a Nature que China está “haciendo de una sola vez lo que la Nasa tardó décadas en hacer”, mientras que el astrofísico Jonathon McDowell describió la decisión de China de incluir un rover en su primera salida a Marte como un “movimiento muy valiente”.
Zhurong, que lleva el nombre del dios del fuego en la mitología china, se separó del orbitador Tianwen-1 y aterrizó cerca del sitio de misiones anteriores de la Nasa, en una vasta llanura llamada Utopía Planitia.
Esta área de Marte se formó hace miles de millones de años, cuando un meteorito marciano se estrelló contra la superficie del planeta. El área circundante es en gran parte sin rasgos distintivos, cubierta principalmente de material volcánico.
Zhurong no es el primer rover en explorar esta región. En 1976, el módulo de aterrizaje Viking 2 de la Nasa aterrizó más al norte dentro de la cuenca Utopia Planitia, devolviendo imágenes de alta resolución de la superficie marciana y analizando muestras de suelo.
El módulo de aterrizaje Viking 2 carecía de la capacidad de investigar más allá de su lugar de aterrizaje inicial. Pero el rover Zhurong debería estar bien equipado para vagar más lejos durante su misión.
El programa científico de tres meses de la misión comenzará una vez que el rover Zhurong desembarque de la nave de aterrizaje y comience su viaje a través de la superficie marciana. El rover de 240 kilogramos y seis ruedas está equipado con seis instrumentos científicos individuales y tiene cuatro grandes paneles solares, lo que le da la apariencia de una “mariposa azul”.
El diseño, los instrumentos y la tecnología a bordo del Zhurong son comparables a los de los vehículos gemelos Spirit y Opportunity de la Nasa, que aterrizaron en enero de 2004. Aunque Zhurong no está a la vanguardia de la tecnología de exploración espacial actual, la gran velocidad del desarrollo de este programa desde su inicio en 2006 es impresionante.
Al igual que los muchos exploradores de Marte anteriores, Zhurong sondeará el entorno de este planeta alienígena y buscará signos de hielo de agua en la superficie.
Se espera que la misión examine cuatro aspectos de su entorno local:
-Topografía y estructura geológica.
-Estructura del suelo y posible presencia de hielo de agua.
-Composición química, minerales y tipos de rocas.
-Características físicas de la atmósfera y la superficie rocosa.
Zhurong ayudará así a construir una imagen geológica más completa de la historia del planeta rojo. Y, por primera vez en la exploración marciana, está equipado con un magnetómetro para medir el campo magnético del planeta. Este es un estudio importante que ayudará a abordar por qué Marte ha perdido gran parte de su atmósfera, dejando su paisaje tan árido.
La misión Tianwen-1 es solo uno de una impresionante lista de logros de la Administración Nacional del Espacio de China en el último año. Sus otras hazañas incluyen el lanzamiento de docenas de cohetes Long March, cada uno con múltiples cargas útiles, incluida la de la sonda lunar Chang’e 5, que trajo rocas lunares a la Tierra por primera vez desde el final del programa Apollo de la Nasa en la década de 1970.
El mes pasado, China lanzó la primera etapa de su estación espacial Tiangong, que el próximo año se convertirá en el segundo hogar a largo plazo del mundo para humanos en el espacio. Sin embargo, el trascendental lanzamiento no se realizó sin problemas, ya que los escombros del vehículo de lanzamiento hicieron un reingreso incontrolado a la Tierra, y finalmente salpicaron el Océano Índico.
Afortunadamente, nadie resultó herido en ese incidente, pero es un recordatorio oportuno de que el ritmo acelerado de las misiones espaciales y los lanzamientos de cohetes de China deben gestionarse con cuidado.
Ambicioso futuro espacial
Este año de actividad ha solidificado la poderosa presencia de China en el espacio, y solo estamos viendo el comienzo de su ambicioso futuro. Para 2045, China espera convertirse en una potencia espacial líder, como se describe en el mapa de ruta de las Corporaciones de Ciencia y Tecnología Aeroespaciales de 2018.
En los próximos años podremos esperar ver a China lanzar misiones tripuladas a la estación espacial Tiangong, y en las próximas décadas podemos esperar que China se una a otras naciones con viajes espaciales en misiones de regreso a la Luna y Marte.
* Sara Webb, candidata a doctora en Astrofísica, Universidad Tecnológica de Swinburne
* Rebecca Allen, coordinadora de proyectos de la oficina espacial de Swinburne / Universidad Tecnológica de Swinburne