Las cifras entregadas por la última Encuesta Nacional de Salud 2016-2017 dejaron en evidencia el riesgo que tienen los chilenos de sufrir enfermedades cardiovasculares. El 25% de nuestra población presenta riesgo alto, mientras que la incidencia de enfermedades como hipertensión arterial, colesterol elevado y diabetes mellitus tipo 2, constituyen un grave problema de salud pública del que debemos hacernos cargo.
Si plasmamos esta realidad en cifras, el 86,7% de los chilenos es sedentario, un tercio es hipertenso, mientras que el 74% de nuestra población sufre exceso de peso, lo que sitúa a nuestro país en el nada envidiable ranking de los 5 países con mayor obesidad en Latinoamérica.
Según el estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), "Impacto social y económico en Chile, Ecuador y México", en el período 2015-2030 se producirán 204.000 muertes por esta causa en nuestro país. El informe, además, agrega que al año cerca de 2,9 millones de casos de enfermedades están relacionados con el sobrepeso y la obesidad en Chile, y se estima que el 95% de ellos tienen que ver con hipertensión y diabetes tipo 2.
Para crear conciencia sobre el control de dichos factores de riesgo debemos comenzar a actuar desde la infancia. Si bien los adultos son el mayor foco de preocupación para las entidades involucradas, y quienes sufren las consecuencias, son los niños y jóvenes los que podrán absorber el mensaje que entregamos en forma eficaz, puesto que es más fácil sembrar en edades tempranas los hábitos de vida saludable.
La Organización Mundial de la Salud asegura que el 80% de las muertes prematuras por enfermedades cardiovasculares podrían evitarse con un simple tratamiento, que incluye una dieta saludable rica en frutas y verduras, disminuir las grasas saturadas, el sodio y el consumo de alcohol, abandonar el cigarro, y realizar actividad física constante. Estas mejoras en los hábitos de vida podrían disminuir, en gran medida, la posibilidad de sufrir problemas al corazón.
La Sociedad Chilena de Cardiología y Cirugía Cardiovascular adhiere a este postulado de la OMS, ya que para reducir los factores de riesgo es indispensable que la persona haga un vuelco en su vida y trate de seguir hábitos saludables en forma permanente. Esta es la clave para tener un corazón sano desde la infancia y enfrentar la adultez en buenas condiciones.