Entre licitaciones fracasadas, aislamiento y protestas: el drama de los ascensores de Valparaíso

ASCENSOR BARON
El ascensor Barón es uno de los que inició su “marcha blanca” en medio de la pandemia. Foto: Dedvi Missene.

Hace un tiempo que una organización ciudadana llamada Ascenval se enfoca en promover la necesidad de recuperar los ascensores de Valparaíso, dado que algunos detuvieron su funcionamiento hace años. Hoy solo siete están operativos.


Más allá del enredo legal que los tiene detenidos hace años, la historia de los ascensores implica un problema económico y de aislamiento para varios porteños.

Así lo comenta Cesar Andrade, presidente de Ascenval. “El colectivo te deja lejos, obligandote a subir escaleras en mal estado. Hay mucha población que no lo puede hacer, que son los adultos mayores, las personas con movilidad reducida, que en la práctica, tienen que modificar su rutina”.

Recientemente, esta organización llamada agrupación de usuarios y usuarias de ascensores de Valparaíso, convocó a una ruta de fiscalización ciudadana, que contó con la presencia de los diputados Diego Ibáñez y Jorge Brito. Estas instancias tienen por objetivo generar conciencia sobre la necesidad de una restauración.

Manifestación Ascenval
Manifestación organizada por Ascenval

Entre licitaciones, aislamiento y protestas: el drama de los ascensores de Valparaíso

Los ascensores de Valparaíso son una pieza fundamental de la identidad y movilidad de la ciudad, facilitando el acceso a sus empinados cerros desde hace más de un siglo. Estas estructuras, que forman parte del paisaje porteño, no solo cumplen una función práctica, sino que también poseen un alto valor patrimonial, reflejando la historia y evolución urbana de la ciudad.

Desde que Valparaíso fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2003, se ha reconocido la importancia de preservar estos emblemáticos sistemas de transporte. Sin embargo, la conservación de los ascensores ha sido un desafío constante. Muchos han dejado de prestar servicio debido a problemas técnicos, falta de mantenimiento y una gestión deficiente.

El progresivo deterioro de esta red de ascensores pone en riesgo no solo su operatividad, sino también su permanencia en la vida cotidiana de los porteños. A pesar de su relevancia histórica y cultural, su recuperación ha avanzado lentamente, evidenciando la necesidad de políticas efectivas que garanticen su funcionamiento a largo plazo. Esta desesperanzadora sentencia la comparten en la agrupación y en la municipalidad.

“Gran parte de los ascensores son propiedad del Ministerio de Obras Públicas. Ni con toda la voluntad del mundo la municipalidad podría encargarse de restaurarlos todos. Lo que tenemos que hacer es un trabajo mancomunado entre las distintas instituciones”, explican desde la alcaldía.

Los rostros detrás de los ascensores

En el año 1940, nació en los cerros de Valparaíso, Don José Toro Villa. A sus 18 años, entró a trabajar al ascensor Villaseca, donde comenzó ejecutando varias labores hasta que lo ascendieron a maquinista. Como todo oficio, aprendió de sus compañeros, pero también de los especialistas en el área que acudían por mantenciones o por fallas.

Fue nombrado ”Hijo ilustre” y es uno de los rostros de esta historia.

Y es que, hay algo mucho más profundo que lo patrimonial, es lo humano. La falta de ascensores no solo es un problema económico para quienes tienen que pagar largas carreras de autos particulares para bajar de sus casas, sino que también afecta la calidad de vida.

El mencionado Cesar Andrade, presidente de Ascenval, es oriundo de Temuco y llegó a vivir al puerto en 2013. “Mucha gente que llega a Valparaíso es la que se pone a defender la ciudad, o se entusiasma más, o se frustra más”, explica.

En 2019, empezó a participar en el colectivo “acción por Valparaíso”, en el cual buscaban desarrollar proyectos para la recuperación de la ciudad. En ese contexto, dieron cuenta de que había ascensores que no estaban en un plan de recuperación, y cuando en 2020 falló la licitación de los ascensores Artillería, Villaseca y Monja, decidieron crear Ascenval. La primera acción oficial fue en 2021, todos los vecinos se pararon frente a lo que era antes la Intendencia, ahora el Gobierno Regional, porque se cumplían nueve años desde la compra de los asesores y todavía estaban sin funcionar.

La lucha por la restauración ha durado varios años desde que, se formó Ascenval con el objetivo de trabajar en la concientización tanto de la ciudadanía como de las autoridades sobre la vital importancia diaria de los ascensores de la ciudad, y con esto empujar su recuperación y mantención en el tiempo.

Andrade es tajante al decir cuál es la verdadera inquietud de los porteños. “defendemos la dimensión del medio de transporte, su utilidad y funcionalidad. No somos unos vecinos nostálgicos por un pasado que queremos mantener porque fue parte de ese Valparaíso glorioso. el ascensor hoy, cubre la misma necesidad que en 1883 cuando se creó el primer ascensor en Valparaíso, es la idea de poder transportarnos de forma fácil y accesible”.

actividad de Ascenval
Actividad de Ascenval.

La falta de una correcta administración

El 6 de enero de 2025, el ascensor Barón se desplomó cerro abajo. Siete personas vivieron momentos de terror, pero nadie resultó herido. Este episodio, representa incertidumbre en cuanto a si dejará de operar otro de los pocos ascensores.

Los ascensores que son Monumento Nacional son los de propiedad Municipal, del GORE y el ascensor Van Buren. Mientras que, los que están dentro de la UNESCO son el Cordillera, El Peral y Concepción.

Hay algunos, como el ascensor Artillería, que la municipalidad lo tiene en comodato, en este caso desde 2017. Es decir, que hay un contrato mediante el cual se entrega gratuitamente un bien a otra entidad para que lo use por un tiempo determinado, con la obligación de devolverlo en las mismas condiciones en que lo recibió. Es un préstamo de uso y no transfiere la propiedad del bien.

Ascenval, contabilizó 17 licitaciones que fracasaron. Entre algunas desiertas y otras que se han caído porque las empresas olvidaron adjuntar algún documento y algunas porque la oferta superó el monto presupuestado por el MOP.

Es por esto, que parte de sus principios como organización ciudadana son impulsar la creación de una empresa pública de transporte especializada en la operación, mantenimiento y recuperación de ascensores. Pero también la de diseñar un plan de gestión que abarque no sólo los 16 ascensores históricos, sino que tenga en cuenta las necesidades de transporte en otras partes de la ciudad, creando nuevos ascensores. Exigen una entidad de transporte vertical, dotada de la autonomía política.

Los principales problemas radican en que no existe tal entidad experta. “Las autoridades reconocen que la dimensión principal es que son un medio de transporte, lo de patrimonio es secundario y en tercer lugar lo de atractivo turístico, para que los vecinos lleguen a sus casas o al trabajo. Pero hay una política mal diseñada desde un inicio”, sostiene Andrade.

Éste último relata que los principales dueños son la municipalidad y el gobierno regional, pero “ninguno de los dos está diseñado para medios de transporte. Pero la realidad ha sido así, lo han tenido que asumir con el tiempo. Antes los ascensores eran todos privados en el fondo. Nacieron como empresas privadas y el año 2012 el estado a compró nueve. Pero el municipio lo empezó a adquirir por goteo hasta ahí los años 80”.

Un medio de transporte requiere mecánico y repuestos. Desde la agrupación, visualizaron que “los problemas estructurales son los difíciles, porque se desarrolló una política de restauración que se la encargó a otra entidad, a ninguno de los dos dueños, que es el Ministerio de Obras Públicas, a través de su departamento de arquitectura. La mirada fue desde un elemento arquitectónico, monumento, un patrimonio. Entonces, ¿a quién se le encargo eso? A los arquitectos. Pero el ascensor es la dimisión más relevante en la máquina, es el vehículo que sube y baja. Eso es lo que queremos cambiar”.

Comentan que la política de restauración fue diseñada en el primer gobierno de Piñera y aún no hay avances. “Ya estamos a finales de este gobierno y no se logró restaurar ninguno. Entonces los temas de fondo cuesta mucho modificarlos en las otras instituciones. Y se necesita una política de Estado de transporte más que algo patrimonial”.

Ascensor San Agustín
Ascensor San Agustín

Nueva alcaldía: ¿Qué depara el futuro?

Camila Nieto es la primera mujer en ser electa como alcaldesa del puerto. Nació y se crió en el cerro Las Cañas y durante los pocos días que lleva de gestión, ya se ha sentado a conversar con la organización ciudadana por los famosos ascensores.

“Hay mucha disposición del gobierno regional y últimamente del municipio, porque con la administración anterior no estaban las puertas abiertas. Entonces por más que la nueva alcaldía tenga la disposición, el problema estaría con el Ministerio de Obras Públicas. Eso es lo que lo tiene frenado, comenta Andrade.

El ascensor Lechero era privado. El año 2007 se quemó y diez años después fue adquirido por la municipalidad, pero no se incluyó en ningún plan de restauración. Esto refleja que no habrá solución a corto plazo. “Si seguimos con el modelo actual de recuperación de ascensores, donde nadie es experto en ascensores, no vamos a tenerlos operativos de aquí al 2030, habrá que esperar a la próxima década con este modelo y a esta velocidad”, añade.

Es desesperanzador, el historial de 17 licitaciones no concretadas por falta de oferentes. Las cinco que se adjudicaron, resultaron mal. El 2010 hubo un accidente con el ascensor Concepción, chocó en la parte de abajo. Entonces, revisaron otros arreglos, y descubrieron que todo lo de la maquinaria electromecánica estaba malo.

Acusan que “hay muchos actores involucrados y ninguna institución experta en estas máquinas. Nosotros siempre hemos dicho que el problema es más político, porque si tú le preguntas de cualquier ingeniero mecánico, sabe lo que hay que hacer”.

La frescura de la nueva alcaldía viene con promesas detrás. “Para nosotros los ascensores son mucho más que una atracción turística. Por eso nos interesa articular a las diferentes entidades involucradas en su restauración para darle el empujón que necesita su mejoramiento”. declaran.

También, destacan que su plan consiste en “revisar el estado de cada uno de los ascensores para tener claro cuál es el proceso que le corresponde para su mejoramiento. El rol de la municipalidad en gran parte de los casos tiene limitaciones que obligan a ser protagonistas y líderes en la coordinación y articulación de actores para acelerar el proceso de reparación”.

Por último, son honestos al explicar su limitado rol. “No se puede hablar de los ascensores como un problema único. Requiere diferentes procesos y soluciones, y cada solución un diferente plazo”.

El presidente de Ascenval es enfático con la necesidad de una institucionalidad nueva, pero por mientras la organización prosigue con su labor de concientizar a los porteños para generar presión. Las rutas ciudadanas son una manera de que el tema adquiera interés público.

Con respecto a la prensa, creen que es necesario aparecer para ser vistos por las autoridades políticas.

Así, ha sido el largo camino recorrido para poder garantizar un medio de transporte que permita a los vecinos, sobre todo adultos mayores, realizar su vida con normalidad, sin pagar más de un viaje ni sufrir aislamiento por la imposibilidad de subir las peligrosas escaleras que los llevan de vuelta a sus hogares.

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