En enero se estrenó Pandemia, una serie documental de Netflix que muestra cómo científicos y profesionales de la salud se enfrentan a la influenza y otras gripes que han azotado al mundo. Una de las protagonistas es Sarah Ives, biotecnóloga estadounidense que junto a su colega Jacob Glanville -CEO de Distributed Bio, compañía en la que trabajan- lidera el desarrollo de una vacuna universal contra la influenza.

Pero la llegada del Covid-19 cambió los planes para todos, y para Ives significó pausar el avance de la vacuna universal y comenzar con un nuevo desafío: buscar la cura para este virus. En entrevista con Qué Pasa, la científica afirma que ella y su equipo lograron dar con una serie de anticuerpos que bloquean el SARS-CoV-2 y que espera pueda ser administrado durante este año a los pacientes afectados.

“Empezamos a trabajar fines de enero. Estuvimos monitoreando de cerca los reportes que venían desde China, incluso guardé todos los periódicos que hablaban sobre esto desde finales de diciembre. En esos momentos pensaba: ‘Esto se va a convertir en algo grande’, y no podía creer que no se le prestara atención. Casos de neumonías inexplicables y brotes que sonaban a que una pandemia de influenza estaba comenzando, pero resultó ser otra cosa. Un nuevo tipo de coronavirus”, cuenta Ives por Zoom desde su casa en San Francisco, donde se encuentra aislada desde hace cuatro semanas.

Anatomía de una cura

La científica líder en la investigación de un tratamiento para el Covid-19, explica cómo funcionan los anticuerpos: “Lo que hace un anticuerpo es que logra entrar y atrapar al virus, el que es una esfera que tiene unos picos saliendo y rodeando su superficie. El anticuerpo puede bloquearlos para que no se adhieran a las células humanas”.

Agrega que la idea es que esta medicina sea administrada a personas que ya están enfermas, logrando deshacerse de la infección en cuestión de minutos u horas. “También podrá ser proporcionado a quienes estén en alto riesgo de contraer Covid-19, como los trabajadores de la salud o las personas que estén inmunocomprometidas”, afirma Ives.

¿Estos anticuerpos son los mismos que los creados naturalmente por el cuerpo humano para lidiar con el virus?

Sí. De hecho, para desarrollarlos analizamos los anticuerpos de personas que habían sobrevivido al SARS, en 2002. Obtuvimos la secuencia genética de estos anticuerpos; es decir, supimos de lo que están hechos, y los recreamos en nuestro laboratorio. Así, desarrollamos billones de versiones mutantes de esos anticuerpos hasta encontrar aquellos que ahora funcionan para lidiar con este tipo de coronavirus.

¿En qué se diferencia de una vacuna?

La vacuna le recuerda a tu cuerpo que debe producir anticuerpos durante semanas o meses. Pero toma mucho tiempo para que comience a ser efectiva, y no ayudará a la gente que ya está enferma tampoco a los que tienen una mala respuesta inmunológica, como es el caso de la gente mayor. La vacuna sirve para prevenir que más gente se enferme en el futuro, pero no va a tratar a las personas que están hospitalizadas ahora y no va a ayudar a las que se van a enfermar. El tratamiento con anticuerpos es una medicina. Si estás enfermo, vas al hospital y el doctor te da la droga en forma de vacuna o por vía intravenosa. Luego te vas a tu casa, y en cosa de una hora, ya no estarás infectado. Nosotros creemos que tanto una vacuna como el tratamiento con anticuerpos son importantes para enfrenta a este coronavirus. Las vacunas serán necesarias porque protegerán a las personas en el futuro, pero no ayudarán con este brote porque no estarán listas a tiempo.

¿Cuánto demoraría en estar listo este tratamiento que prepara?

Esta es la razón principal por la que quisimos enfocarnos en un tratamiento: es más rápido. Todavía nos falta hacer pruebas clínicas, que pueden demorar un poco, pero esperamos que en cosa de meses la medicina sea fabricada. Ojalá podamos tenerla disponible para su uso extendido en septiembre u octubre, lo que sería lo más pronto que podría estar disponible.

El costo del tratamiento

¿Es la Fundación Gates la que los financia, al igual que con la vacuna universal contra la influenza?

No, no son ellos, aunque nos gustaría. Estamos trabajando con un grupo llamado CoVIC (Coronavirus Inmunotherapy Clearinghouse), y ellos son financiados por la Fundación Gates. El grupo CoVIC estará encargado de testear en hámsteres los anticuerpos que les enviaremos. También nos están ayudando las Fuerzas Armadas de Estados Unidos , ellos también harán los estudios en hámsteres, lo que es muy importante para saber si dos grupos independientes tienen los mismos resultados que nosotros. Esperamos poder comenzar con las pruebas en animales en las próximas dos semanas y luego proceder a los ensayos clínicos.

¿Será muy costoso tener acceso a este tratamiento?

Históricamente las drogas de anticuerpos han sido costosas, pero no en todos los casos. Estamos haciendo todo lo posible para que los gobiernos de todo el mundo subsidien el desarrollo y distribución de esta medicina. No estamos tratando de obtener ganancias de esto, queremos que la gente tenga acceso global al tratamiento y la única forma es que los gobiernos del mundo tomen iniciativas para desarrollar y destruir esta droga.

La idea es asociarnos con instalaciones alrededor del mundo y darles las instrucciones de cómo desarrollar el tratamiento. Esto es algo inaudito en biotecnología, especialmente en relación a drogas de anticuerpos, porque las compañías son las dueñas, controlan la producción y distribución. Tienen una patente, es algo muy secreto. Pero si seguimos ese lineamiento, no llegaríamos a la gente que de verdad lo necesita.

¿Han tenido contacto con otros científicos que estén trabajando en una cura para el Covid-19?

Sí. Ha sido increíble ver en las últimas semanas toda la colaboración entre científicos y compañías para tratar con este nuevo coronavirus. Para mí fue sorprendente porque en cierto sentido estamos compitiendo entre nosotros, pero realmente nos reunimos, compartimos información, protocolos, resultados. La verdad sólo queremos una medicina que funcione. Creo que nuestro verdadero competidor es el virus y estamos todos en el mismo equipo, porque estamos todos tratando de vencerlo.

¿Alguna vez pensaste que ibas a estar tan directamente involucrada con “salvar al mundo” de una pandemia?

No, ha sido muy loco. He sido muy apasionada con la investigación de la influenza, realmente disfruto trabajando en ello y siento que es por una muy buena causa. Pero cuando la gente de Netflix se nos acercó, pensamos que sería una oportunidad genial para que las personas vieran que los científicos no solo somos unas personas inalcanzables que usan bata blanca y trabajan en un laboratorio. Fue muy extraño verme en televisión y que luego viniera este coronavirus. Ha sido como un tornado desde entonces, porque hemos recibido muchísimo apoyo de personas que se ofrecen a ayudarnos, que quieren trabajar con nosotros. Ha sido abrumador y realmente asombroso. Me siento muy humilde de tener la oportunidad de trabajar con científicos tan inteligentes y talentosos, y poder ser parte de este grupo que está creando esta medicina que esperamos todo el mundo pueda tener pronto.