El psiquiatra Mariano Montenegro, es admirador del modelo islandés de prevención y consumo de drogas y alcohol en adolescentes. Lo viene siguiendo desde que era el director del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) en el segundo gobierno de la expresidenta Michelle Bachelet.
Hoy es consultor internacional y uno de los asesores del nuevo plan Elige Vivir sin Drogas que se lanzó hoy y que se inspira en el exitoso modelo Planet Youth desarrollado en Islandia.
A su juicio, la prevención del consumo de alcohol y de drogas por parte de los niños y adolescente es una tarea que se debe hacer desde la ciencia y con datos prácticos comprobados y verídicos, sin mitos ni creencias falsas.
Basándose precisamente en los datos, es que Montenegro señala que el modelo islandés es exitoso. Conocido a nivel mundial como Planet Youth el programa logró reducir el consumo en los jóvenes de este país: si en 1998 el 42% de los adolescentes islandeses reconoció haber bebido en los últimos días, en 2016 esa cifra se redujo al 5%. En el consumo de marihuana, lograron reducir de 17% a un 7% en igual período.
Un mito: "enseñarle a tomar a los hijos". "Es un tremendo error. Partió como un mito rural que luego se hizo urbano pero hay que dejar de transmitirlo. No hay que enséñales a tomar, simplemente no tienen que tomar. El 50% de la población no toma alcohol y no por eso hay que ridiculizarlos. Tenemos que aprender que se puede pasar bien sin alcohol. Siempre es mejor retrasar la edad de iniciación. Nuestros abuelos no sabían el cerebro no está maduro antes de los 20 e incluso antes de los 24 años. Hoy sí lo sabemos, entonces debemos tomar decisiones aplicando ese conocimiento científico y no haciendo caso a tradiciones dañinas", dice el psiquiatra.
Incluso, cuando este adulto decide beber, debe hacerlo en forma moderada, esto es: no más de dos copas de vino o dos vasos de cerveza o un destilado al día si es hombre, y la mitad si es mujer. De los siete días a la semana, con hasta cinco, se considera moderado.
-¿Cuáles son a su juicio las claves del éxito del modelo islandés?
"Hace 20 años, los jóvenes en Islandia consumían más alcohol, tabaco y drogas que cualquier otro joven europeo. Hoy son los que menos índice tienen. Eso siempre nos hizo mirar con mucha admiración y curiosidad lo que hacían. Es un sistema preventivo de nivel local, todo se realiza en el municipio o en la comuna. Es el alcalde y su concejo los responsables de la política de prevención con apoyo del gobierno nacional. Finalmente, son las autoridades de la comuna los que más saben de lo que pasa con sus vecinos y las personas que viven en ella. La comunicación es más directa".
En este tipo de programa de prevención, el estado de situación y diagnóstico se logra con una encuesta que se aplica a los escolares de 15-16 años. "Se les pregunta cómo están, como están con la familia, los amigos, sus pares, con la comunidad que lo rodea, en el colegio, si consume o no alcohol, drogas, si ha intentado suicidarse, si le ha surgido la idea, cómo está respecto de la práctica de deporte, cultura, violencia doméstica, si ha cometido delitos… es una encuesta muy completa y lo más fantástico es que los jóvenes responder y eso te indica lo que está pasando con ellos en solo tres meses. El piloto que se hizo el año pasado en seis comunas arrojó realidades distintas", reconoce Montenegro.
En la actualidad, indica el ex director de Senda, se realizan este tipo de encuestas pero se hacen a nivel nacional y regional, no comunal, y los resultados están disponibles cada dos años.
Según el psiquiatra, tener estos datos de la propia comuna ayuda al alcalde y el concejo a trabajar con factores de riesgo protectores y el plan se aterriza con el Senda, salud, educación, Dideco, seguridad, deporte, cultura y esparcimiento y el Sename (oficinas OPD). "Todas estas organizaciones locales reciben información y programan de acuerdo a cada uno de los colegios y sectores de la comuna. Los niños ocupan más su tiempo libre y se les enseña también a los padres a ser mejores padres", señala.
Otro elemento que destaca es el gran acuerdo que lograron tener los padres de los jóvenes a la hora de fijar los horario de permisos y las medidas estructurales que existen en Islandia y que ayudan a que los jóvenes beban menos alcohol y consuman menos drogas. Por ejemplo, hay pocas botillerías, solo una por cada 21 mil habitantes (en Chile es una por cada 1.200 personas), un alto impuesto que encarece las bebidas alcohólicas, horarios limitados y altas multas para quien venda a los menores de 18 años.
"El 50% de la política de prevención es estructural y de restricción de acceso, el otro 50% es entregar habilidades para que las personas tengan más herramientas. Con eso se ha bajado consumo problemático y se ha generado sociedades más sanas. En Islandia han ahorrado mucho dinero en salud, accidentes, indisciplina laboral y se ha reducido la deserción escolar. Es un ahorro., menos violencia intrafamiliar, menos crímenes, menos enfermedades adictivas y cardiovasculares. Es un pueblo que vive muy bien", cuenta Montenegro.