La vacunación está empezando a dar frutos alrededor del mundo y las naciones, ante las alentadoras cifras de inoculados, han decidido disminuir paulatinamente las medidas de cuidado implementadas desde el principio de la pandemia (lavado de manos, uso de mascarilla, distanciamiento social), esperando volver a esta tan deseada “normalidad”.

Utópicas parecen ahora las imágenes de calles y avenidas vacías en 2020 con personas encerradas en sus casas en los momentos más complejos de la pandemia.

A tal punto llegó el descenso en la circulación en 2020, que los casos de virus estacionales el año pasado disminuyeron en un 1.449% con respecto al 2019, todo debido a las cuarentenas y el uso preventivo de mascarillas, aliviando en parte las urgencias ante el peak de contagios por Covid-19.

Sin embargo, la lucha contra el coronavirus todavía no ha acabado. Así ha quedado demostrado en diversos países que, a pesar de contar con altas tasas de vacunación, vuelven a ser azotados por olas de contagios a raíz de variantes de preocupación.

Los expertos han señalado que la variante Delta, mutación que actualmente reina en la mayoría de los países, afecta primordialmente a los no vacunados, quienes son los que ahora copan las emergencias de los hospitales.

Pero el contexto en el que circula Delta es distinto al anterior. Ahora, el 90% del país está desconfinado, las cuarentenas ya no tienen la misma adherencia que en 2020 y se suma el factor del regreso paulatino de menores a los colegios, lo que agrega la variable del aumento de casos de virus estacionales.

Conviviendo con dos virus

En Estados Unidos, los especialistas del sistema de salud se han mostrado preocupados por el aumento simultáneo de infecciones por la variante Delta y por casos de virus sincicial respiratorio (VSR), una enfermedad que tiene características similares a la gripe; es altamente contagiosa y afectaría principalmente a adultos mayores y niños, siendo este último grupo uno de los que todavía no está protegido contra el Covid-19, volviéndose doblemente vulnerable.

Un paciente se sienta dentro de una instalación de cuarentena para personas que muestran síntomas del Covid-19 en medio del brote de coronavirus en el estadio Patriot Candrabhaga en Bekasi, Indonesia. Foto: Achmad Ibrahim/AP.

Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades en el país norteamericano (CDC), el VSR es una enfermedad que puede causar secreción nasal, tos, estornudos y fiebre, sintomatología similar a la del coronavirus.

La doctora del Texas Children’s Hospital en Houston, Heather Haq, mostró en sus redes sociales su preocupación ante el aumento de hospitalizaciones de niños tanto por VSR como por coronavirus.

“Después de muchos meses de cero o pocos casos pediátricos de Covid, estamos viendo bebés, niños y adolescentes con coronavirus que regresan al hospital, más y más cada día. Ahora tenemos volúmenes de pacientes a nivel de invierno de bebés/niños pequeños con enfermedades agudas con VSR, y me preocupa que nos quedemos sin camas y personal para manejar el aumento”, explicó la especialista, mencionando que los pacientes tienen edades comprendidas entre las 2 semanas y los 17 años.

Un trabajador de la salud examina a un niño para detectar la enfermedad del coronavirus en un centro de pruebas temporal de Covid-19, en la plaza Rabin en Tel Aviv, Israel. Foto: Amir Cohen/Reuters.

Texas ha sido uno de los más afectados por el rebrote de casos de Sars-CoV-2, debido a la llegada de la variante Delta y por la decisión de sus autoridades de revocar las medidas de cuidado impuestas por el gobierno.

Escenario en Chile

Para Ignacio Silva, infectólogo y académico de la Dirección de Postgrados de la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago (Usach) es posible ver un aumento de los casos de virus estacionales con el desconfinamiento progresivo y con el retorno a actividades presenciales, más aún con los establecimientos educacionales abiertos. Silva menciona que ya se ha visto desde junio un paulatino aumento de adenovirus y de virus respiratorio sincicial, sin llegar a los niveles que existían antes del coronavirus, pero sí más que el año pasado. “Está muy en relación sobre todo al retorno de las actividades de los niños”, indica.

“En la medida que tengamos mayor circulación comunitaria de la variante Delta, que ya se están describiendo los primeros casos detectados en el país, y es posible que haya bastante más circulación de la que hoy día está reportada. Entonces, es muy probable que en cuatro semanas más, la mayoría de los casos nuevos sean por Delta, tanto en adultos como en niños”, sostiene el académico.

El infectólogo agrega que, según la cantidad de casos que haya, y si el desconfinamiento y clases presenciales se mantienen, es posible que tengamos una coexistencia de virus estacionales con Sars-CoV-2. Por eso Silva recalca que es fundamental reforzar las campañas de vacunación tradicionales, del programa de inmunizaciones, sobre todo de los niños, además de la campaña de vacunación contra la influenza, ya que todavía estamos a tiempo para vacunarnos. “Es muy probable que haya una mayor tasa de contagios o incidencia de influenza y otros virus en este mes si es que se mantiene el desconfinamiento y aumentan las clases presenciales”.

El académico de la Usach sostiene que la variante Delta no necesariamente es más peligrosa en los niños, pero sí, como es más contagiosa, tienen más probabilidades de contagiarse, y sobre todo, como ellos hacen cuadros más leves, incluso a veces asintomáticos, tienen mayor probabilidad de contagiar a las personas de su entorno, más aun las que no estén vacunadas o que sean población de mayor riesgo.

José Gregorio Martínez, infectólogo de la Clínica Vespucio, menciona que una de las “ventajas” de estos virus, es que su transmisión se produce por el mismo mecanismo (vía aérea), por lo que, si se mantienen las medidas de higiene personal, uso adecuado de la mascarilla, más la ventilación de lugares cerrados y evitar aglomeraciones, el aumento de casos, tanto por coronavirus como por virus estacionales, no sería exponencial.

Silva indica que lo que ha pasado en países del hemisferio norte es que, a pesar de tener una situación epidemiológica muy favorable, han liberado de manera desproporcionada las restricciones, llegando incluso a recomendar no usar mascarillas en algunas circunstancias, lo que rápidamente ha desencadenado nuevas olas de contagios a expensas de la variante Delta, lo que refuerza la importancia de mantener las medidas básicas de cuidado a pesar de tener mayores libertades de movilidad o de realizar actividades sociales.