¿Es realmente confiable el test de saliva para el coronavirus?
Autoridades sanitarias señalan que este examen tendría resultados más precisos y evitaría la exposición del personal de salud a contagiarse. Expertos cuestionan los estudios relacionados al procedimiento, y afirman que se generará un "cuello de botella", con muchos exámenes pero poca capacidad de análisis.
Este viernes, el Ministerio de Salud (Minsal) anunció la implementación de un test de saliva para el coronavirus que a partir de esta semana será integrado de manera progresiva en los distintos centros de salud de la atención primaria, funcionando como un complemento al examen hisopado nasofaríngeo realizado en la actualidad, y que según el ministro Jaime Mañalich, se espera sea la norma general a fines del mes de junio.
"Sabemos ya que la saliva produce una información incluso más sensible que el hisopado bronquial, y tiene más seguridad para el personal de salud”, explicó la autoridad sanitaria.
En la minuta del pasado 31 de mayo, el Consejo Asesor COVID-19 señala que “existe evidencia que SARS-CoV-2 se multiplica en la lengua y glándulas salivales, cuyas células son ricas en receptores de la enzima convertidora de angiotensina 2, ACE2. La saliva recoge la infección de las glándulas salivales, del líquido crevicular, la infección que baja de la nasofaringe y la que asciende desde los pulmones. Se ha aislado virus vivo de la saliva”.
“Hay evidencia que la detección de SARS-CoV-2 en saliva ocurre durante todo el período infeccioso de los casos COVID-19 y que su detección es más estable (tienen menos falsos negativos seguido por un test positivo) que las muestras nasofaríngeas. Además, se ha demostrado que en muestras simultáneas pareadas en pacientes SARS-CoV-2 positivos, las muestras de saliva tienen una mayor sensibilidad que las obtenidas por tórula nasofaríngea. Asimismo, los títulos de virus son significativamente mayores (5 veces más altos). En estudios de personal de salud asintomático la saliva logró también mejor rendimiento que la muestra por tórula nasofaríngea”, indica el texto.
Ventajas
De acuerdo al Consejo Asesor, la mejor técnica de detección de SARS-CoV-2 en saliva “es la muestra auto-coleccionada por el paciente, pidiéndole que tosa y escupa en un frasquito. Las muestras de saliva obtenidas con tórulas de las glándulas salivales y con esponjitas obteniendo líquido crevicular son menos sensibles y más engorrosas por lo que no se consideran en esta minuta”.
Entre sus ventajas versus el sistema actual, los expertos que asesoran al Minsal establecen que la sensibilidad de la muestra de saliva es mayor y la detección del virus es más prolongada durante la evolución de la enfermedad; la toma de muestra no es invasiva, disminuye el estrés del personal y pacientes, disminuye molestias, dolor y sangramiento; evita trasmisión nosocomial de SARS-CoV-2; permite toma de muestras fuera del hospital, en centros de salud primaria, internados, empresas, centros comunitarios y en la casa de los pacientes; y elimina el tiempo de espera de la toma de muestra acelerando el proceso y entrega de resultados.
En base a lo anterior, los científicos recomiendan “promover el uso de la muestra de saliva como una alternativa de igual precisión que las tórulas nasofaríngeas”, considerando casos sospechosos en establecimientos ambulatorios, hospitalarios o en terreno, incluyendo el domicilio de los pacientes o personas en riesgo, aunque se considera que el mayor beneficio se obtendrá por su aplicación en el nivel primario de salud".
¿Cómo se usa?
En relación a las consideraciones especiales para su uso, el documento apunta que “es preferible tomar la muestra dentro de los primeros siete días de inicio de los síntomas, porque luego la positividad disminuye, pero la detección del virus es más prolongada que la que se obtienen con las tórulas”.
A diferencia del test hisopado nasofaríngeo, su uso es bastante sencillo. Se recomienda evitar comer, beber o cepillarse los dientes antes de la toma de muestra, o ideal en ayunas. Existen dos opciones: toser y escupir en un frasquito boca ancha con 2 ml de medio de transporte para el PCR y luego cerrarlo firmemente e introducir en una bolsa con cierre; o toser y escupir repetidamente en un frasco boca ancha hasta llenar un tercio del volumen. Las muestras se dejan a temperatura ambiente hasta 5 horas antes de procesarla.
Para sus consideraciones, el Consejo Asesor COVID-19 cita a un informe de la Agencia de Control de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA), que recientemente aprobó el uso del examen en base a saliva en ese país, y un estudio publicado el 22 de abril por 50 científicos, donde se dan a conocer las ventajas de este sistema versus los hisopos nasofaríngeos.
En el extranjero
La evidencia en el exterior es poca, pero va en aumento. El 8 de mayo, la FDA aprobó un test de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey, que utiliza una muestra de saliva tomada en la casa del paciente que se remite a un laboratorio, siendo más rápida y con menos riesgo médico. De forma similar al examen en Chile, la saliva es depositada por el mismo paciente en un pequeño tubo, ahorrando los hisotopos especiales que se emplean para recolectar las muestras en la garganta o la nariz.
El nuevo método de recolección de saliva, permite, según sus creadores, una detección de población más amplia que el método actual debido a que la auto-recolección de saliva es más rápida y escalable que las recolecciones de hisopos. Además, las pruebas también son útiles para personas en cuarentena, ya que al ser caseras pueden saber cuánto tiempo pasará hasta que ya no estén infectados.
Otro país que implementó el nuevo examen es Japón, quien la semana pasada aprobó el procedimiento y se realizarán a pacientes que hayan tenido síntomas durante un máximo de nueve días, período durante el cual el virus permanece detectable en la saliva de los infectados. En Argentina en tanto, actualmente se encuentran experimentando con una prueba similar.
Cuello de botella
Pero algunos expertos discrepan con la decisión del Minsal. Este domingo, la Sociedad Chilena de Infectología (Sochinf) cuestionó la implementación del examen, afirmando que el test actual “se encuentra muy bien estandarizado en la Red de laboratorios clínicos a lo largo del país, y representa una gran fortaleza de la red asistencial”, además de ser utilizado por décadas en el diagnóstico de virus respiratorios en Chile y el mundo.
En el documento, la Sochinf reveló sus dudas sobre los estudios publicados, ya que “corresponden en su mayoría a reporte de casos con un número limitado de muestras; y por ahora no permiten generalizar los resultados que justifiquen recomendar y promover la recolección de este de tipo de muestras para el diagnóstico de COVID-19″.
El organismo no recomienda que en un “momento crítico de la pandemia” se solicite implementar y estandarizar nuevos procedimientos de toma de muestra en los laboratorios clínicos a nivel nacional, sin considerar la validez externa de dichas investigaciones. La única justificación se relaciona a un posible déficit de insumos para la toma de muestra en la red de salud, aunque de ser el caso se aconseja realizar previamente un estudio piloto.
Además, respecto de la evaluación de la factibilidad para la implementación de esta toma de muestra, la Sochinf menciona que “se debe tener presente la necesidad de contar con medios de transporte adecuados y capacidad de refrigeración suficiente para mantener un gran volumen de muestras en condiciones que permitan preservar el material genético del virus”.
Por lo mismo, los infectólogos apuntan que “modificar el tipo de muestra y método de recolección de estas, no resolverá la latencia en la entrega de resultados, porque la demora en los tiempos de respuesta en Chile está asociada fundamentalmente a que los laboratorios poseen una capacidad de procesamiento de muestras que está al límite; esto implica que diariamente en los laboratorios del país, cientos a miles de muestras quedan refrigeradas por muchas horas a varios días, desde que son tomadas, a la espera de poder ser procesadas lo que no variará al incorporar las muestras de saliva”.
El Dr. Ignacio Silva, infectólogo y académico de la Escuela de Medicina de la Universidad de Santiago, coincide con la Sochinf, y afirma que “si bien han salido buenos estudios que validan las pruebas a través de la saliva, tienen pocos pacientes. Claramente hay mucho más experiencia con la toma de PCR mediante muestras nasofaríngeas y que por ahora nos da mas confianza, porque es la técnica que tienen más respaldo científico”.
"No es llegar y aumentar la cantidad de testeos, que es una de las ventajas de las muestras con saliva por su fácil implementación en atención primaria donde hay menos recursos para examenes más complejos ", dice. “Hoy, el límite que tenemos, más que la toma de muestras donde ya hay gente capacitada, es la capacidad de análisis para las muestras. Los laboratorios están al tope de sus capacidad”, asegura.
“Si bien las muestras por saliva nos permiten aumentar la cantidad a nivel de atención primaria -podrían ser tomadas incluso en el domicilio- no tenemos la capacidad para analizar tal cantidad. Implementar un cambio en la técnica de toma a estas alturas de la pandemia, sin aumentar la capacidad de los laboratorios es riesgoso, debido a que se generará un cuello de botella que acumulará muestras con resultados tardíos y no nos ayudará a tomar buenas decisiones”, sostiene Silva.
De acuerdo al Dr. Rodrigo Cruz, Director del Centro de Investigación y Enfermedades Infecciosas de la Escuela de Medicina de la Universidad de Valparaíso, “hay varios aspectos relevantes: el cambio de toma de muestras no va a agilizar el resultado de los exámenes, porque el procesamiento es el mismo, los mismos tiempos y por lo mismo no habrán mayores exámenes informados”.
“Los estudios son aún insuficientes, principalmente vinculados a 'series de casos’ por lo tanto sacar una conclusión sobre la utilidad de estos tests no es correcta, faltan más estudios con un mayor número de pacientes para saber si hay equivalencia”, sostiene. “Si bien demuestran que el test podría ser útil, son acotados y preliminares, con un número de pacientes muy pequeño. Debe ser realizado con aplicación en la población general y estandarizados de la misma forma que el examen actual”.
“Uno cambia algo cuando tienes un problema y aquí no había un problema. El inconveniente hoy es que los laboratorios no tienen la suficiente capacidad para los exámenes. El problema no es la toma de muestras, necesitamos más gente y apoyo a estos centros, ya que hay un cuello de botella por la poca capacidad", dice Cruz.
"No habrá un impacto mayor por el cambio de toma de exámenes”, puntualiza.
El Dr. Marcos Huilcamán, infectólogo de la Clínica Ciudad del Mar, piensa distinto: “el virus podrá ser encontrado en cualquier lugar donde haya secreciones y replicación viral. Podemos hacer un test de lo que uno quiera y vamos a encontrar virus”.
“Puedo encontrar virus desde la misma saliva que secreta virus en su forma habitual, pero es posible que esa replicación viral sea menor que en la zona nasal, donde es muy alta por la cantidad de vasos linfáticos. El test nasal tampoco tiene una gran sensibilidad (varían entre 60-80%), y es similar a lo que podemos encontrar en la saliva. Son exámenes opcionales entre uno y otro”, afirma.
El especialista indica estar de acuerdo con el nuevo test: “Al día de hoy hay que tratar de buscar otras formas de encontrar el virus. En la zona nasal encuentro 6 u 8 de cada 10 pacientes, no es el 100%".
“El test a través de la saliva es un punto a ganar para tratar de hacer masiva la búsqueda del virus. Entre más gente pueda testear y mas fácil sea el acceso, es mucho mejor. Hay diferencias entre uno y otro pero en una situación de pandemia tenemos que llegar a la mayor cantidad de gente posible”, sentencia.
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