¿Es saludable caminar descalzo?
Práctica conocida como "earthing" o "grounding" promete diversos beneficios de salud física y mental. Sin embargo, su práctica requiere precauciones y orientación profesional para evitar riesgos.
En una sociedad donde el estrés y trastornos de salud mental se hacen presente cada día, surgen prácticas que con el pasar de los años han alcanzado cierta popularidad y que tienen como objetivo mejorar y complementar la salud de las personas.
Una de ellas es el earthing o grounding (conexión directa a tierra), una práctica que busca conectar el cuerpo humano con la energía de la Tierra mediante el contacto directo con superficies naturales como pasto, arena o tierra.
Pero ¿es apta para todo mundo? ¿cuáles son sus contraindicaciones o efectos adversos? Dos profesionales te cuentan más al respecto.
El poder de caminar descalzo: estos son los beneficios del “earthing”
Su popularidad resurgió en los años 90 gracias a Clinton Ober, autor del libro Earthing: The Most Important Health Discovery Ever?, donde plantea que esta conexión genera beneficios físicos y mentales. Hoy en día, además de caminar descalzo, existen dispositivos como alfombrillas y sábanas conductoras que buscan replicar estos efectos.
Un análisis realizado en 2023 por la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción revisó 87 estudios sobre el earthing, concluyendo que “posee indicios congruentes en la disminución del dolor, con una efectividad del 87,5% en la reducción de síntomas en los participantes”. Otras investigaciones destacan su impacto en la mejora del sueño, la reducción de la inflamación y el fortalecimiento del sistema inmune.
Para practicarlo, solo se necesita estar descalzo y permitir que la piel entre en contacto con el suelo.
Si bien la conexión directa con la naturaleza es la forma más efectiva de practicar el earthing, existen dispositivos diseñados para quienes viven en entornos urbanos.
Sin embargo, el kinesiólogo Eduardo Reinoso, de la Universidad de Concepción, advierte que la intensidad del efecto es menor en comparación con el contacto directo con el suelo, y enfatiza que no todas las superficies son adecuadas: el concreto, el asfalto y la madera tratada bloquean el flujo de electrones, por lo que se recomienda evitar estos materiales.
En tanto, es una práctica que se puede realizar en cualquier momento del día, aunque se recomienda en la mañana o al atardecer, cuando la carga de electrones disponibles es mayor.
Además, es una práctica accesible para personas de todas las edades, desde niños hasta adultos mayores. “Los electrones de la superficie terrestre influyen en los procesos bioeléctricos del cuerpo humano, con efectos potenciales en la salud cardiovascular y el sistema inmunológico”, explica la psicóloga Cindy Villalón, académica de la universidad UNIACC. También, se ha observado una reducción de la inflamación, mejora en el sueño y un mayor equilibrio del sistema nervioso.
“Permitirte estar descalzo, aprender a caminar y respirar de forma consciente es un acto de autocuidado que todos podemos practicar”, comenta Villalón.
Beneficios para la salud física y mental
Según el terapeuta de UdeC, esta práctica puede reducir el estrés, la ansiedad y la inflamación, además de mejorar el sueño, la función inmunológica y la tensión muscular. “En personas sometidas a altos niveles de ansiedad, esta técnica puede ser un complemento valioso dentro de un tratamiento psicoterapéutico”, enfatiza Villalón.
La experta en salud integrativa, destaca que el contacto con la tierra ayuda a regular el ritmo circadiano, lo que contribuye a un descanso más profundo y una mejor calidad del sueño.
Además, su efecto antioxidante permite neutralizar los radicales libres, protegiendo al cuerpo del envejecimiento prematuro y fortaleciendo el sistema inmunológico. Villalón subraya también la importancia de acompañar esta práctica con asesoría profesional cuando se busca un impacto terapéutico más profundo.
Desde una perspectiva terapéutica, la psicóloga añade que el earthing puede aliviar el dolor crónico y mejorar la movilidad en personas con fibromialgia o artritis, mientras que su impacto en la circulación sanguínea favorece la prevención de enfermedades cardiovasculares.
Principales beneficios del earthing:
- Reducción del estrés y la ansiedad.
- Mejora del sueño y regulación del ritmo circadiano.
- Disminución de la inflamación y el dolor crónico.
- Fortalecimiento del sistema inmunológico.
- Mejora de la circulación sanguínea.
- Protección contra el envejecimiento prematuro.
- Regulación hormonal, especialmente en mujeres.
- Complemento en terapias para depresión y ansiedad.
¿Existen contraindicaciones o efectos adversos?
Si bien el earthing ofrece múltiples beneficios, es fundamental tomar ciertas precauciones antes de incorporarlo a la rutina. Villalón enfatiza la importancia de contar con guía profesional para asegurar su efectividad y evitar posibles riesgos.
“Debemos considerar aspectos del contexto, las condiciones de cada persona y las alteraciones emocionales que puedan presentarse, ya que, sin una orientación adecuada, la práctica podría afectar la salud mental”, advierte. Además, es crucial revisar que el entorno esté libre de contaminantes como pesticidas o petróleo, y evitar zonas con instalaciones eléctricas defectuosas.
Desde un punto de vista físico, Reinoso señala que la superficie donde se realiza el earthing es clave para evitar efectos adversos. “No se recomienda hacerlo en lugares con temperaturas extremas, suelos contaminados o con objetos afilados”, explica.
También es necesario considerar posibles alergias al pasto, la clorofila o materiales de alfombras y dispositivos de simulación, ya que estos pueden generar irritaciones en la piel o reacciones que requieran atención médica.
Otro factor a tener en cuenta es el uso de dispositivos médicos. Villalón advierte que las personas con marcapasos, desfibriladores u otros implantes deben consultar a un especialista antes de practicar earthing con simuladores eléctricos. Es esencial que estos dispositivos sean certificados y provenientes de fuentes confiables, especialmente en el caso de adultos mayores o personas con condiciones de salud preexistentes.
Por último, la práctica debe ser supervisada en personas neurodivergentes o con patologías severas de salud mental. “Quienes presentan mayor sensibilidad al contacto con superficies y sonidos deben contar con la aprobación de sus especialistas”, señala Villalón. Además, en casos de trastornos graves, la exposición a ambientes no controlados podría desencadenar crisis emocionales o conductuales, por lo que se recomienda siempre el acompañamiento de un profesional.
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