Esta dieta combinada con ejercicios reduce la peligrosa grasa abdominal y mejora tu corazón según estudios
Dos investigaciones paralelas demuestran los beneficios para la salud de seguir este estilo de vida más saludable, los que siguen presentes incluso un año después de iniciada las recomendaciones.
Seguir una dieta mediterránea baja en calorías y realizar actividad física diaria ha demostrado reducir el peso corporal y el riesgo cardiovascular en pacientes con sobrepeso y síndrome metabólico, y mantener estos beneficios al cabo de un año.
Estos son los principales hallazgos del ensayo PREDIMED-Plus (PREvención con DIeta MEDiterránea-Plus), publicado en la revista científica Diabetes Care, una investigación que forma parte de un ensayo clínico aleatorizado de ocho años de duración en España.
Esta dieta combianda con ejercicios reduce la peligrosa grasa abdominal y mejora tu corazón según estudio
Durante la investigación se analizaron a más de 600 pacientes de entre 55 y 75 años con obesidad o sobrepeso y síndrome metabólico. Es decir, tener tres o más de los siguientes factores de riesgo cardiovascular: obesidad abdominal, presión arterial alta, altos niveles de azúcar en sangre, triglicéridos altos y colesterol HDL bajo.
Hoy en día, a los pacientes con sobrepeso u obesidad, especialmente aquellos con síndrome metabólico, se les recomienda adelgazar cambiando su estilo de vida. El objetivo de estas recomendaciones es reducir su riesgo cardiovascular; sin embargo, no existe evidencia científica de que este efecto beneficioso pueda mantenerse a largo plazo. Aunque las dietas bajas en grasas y carbohidratos han demostrado ser efectivas para perder peso y mejorar el riesgo cardiovascular, los beneficios tienden a disminuir después de un año.
Con estes estudio, los investigadores de la Unidad de Nutrición Humana de la Universitat Rovira i Virgili, en colaboración con otros 23 grupos de investigación, han evaluado los cambios en el peso corporal, la acumulación de grasa y diferentes factores de riesgo cardiovascular al cabo de un año en 626 pacientes.
Los resultados han demostrado que los cambios en el estilo de vida incluidos en el estudio son eficaces para mantener una pérdida de peso clínicamente significativa. De hecho, tras 12 meses de intervención, el 33,7% de los pacientes que siguieron la dieta mediterránea hipocalórica y ejercicio diario mostraron una pérdida de peso mínima del 5%.
Estos pacientes también mostraron mejoras en aquellos parámetros relacionados con el metabolismo de la glucosa y ciertos marcadores inflamatorios, a diferencia de aquellos pacientes que no siguieron la dieta. Además, para aquellos pacientes con diabetes o en riesgo de padecerla , los beneficios de estos cambios en el estilo de vida fueron particularmente altos en términos de control de la glucosa.
Los investigadores destacan que, en este estudio, la mayor pérdida de peso se ha encontrado a los 12 meses, lo que ilustra que la pérdida de peso se mantuvo en el tiempo.
En otro estudio, publicado el miércoles en la revista JAMA Network Open, se examinaron los resultados de uno y tres años en una subpoblación de 1.521 personas que se sometieron a exploraciones para determinar los niveles de grasa abdominal visceral.
A la mitad del grupo se le pidió que siguiera una dieta mediterránea con una reducción del 30% de calorías y limitara la ingesta de azúcar añadido, galletas, panes y cereales refinados, mantequilla, nata, carnes procesadas y bebidas azucaradas. Además, el grupo de intervención recibió ayuda de dietistas capacitados tres veces al mes durante el primer año, junto con capacitación sobre cómo autocontrolarse y establecer metas.
A ese mismo grupo también se le pidió que aumentara su ejercicio aeróbico con el tiempo hasta caminar 45 minutos o más al día junto con ejercicios para mejorar la fuerza, la flexibilidad y el equilibrio, todos los cuales son fundamentales para envejecer bien.
Al final de un año, las personas del grupo de intervención que siguieron la dieta mediterránea baja en calorías y hicieron ejercicio perdieron una cantidad modesta de grasa corporal durante el primer año, pero fue significativamente más que el grupo de control. Sin embargo, el grupo de intervención recuperó parte de la grasa en los años dos y tres cuando se eliminaron los consejos y el apoyo dietéticos. La menor cantidad de grasa corporal perdida por el grupo de control se mantuvo estable durante los tres años.
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